Victoria estaba seria en el vehículo, ver a Henry después de tanto tiempo solo le hizo reafirmar su amor hacia Lorenzo; no entendía que había visto en Henry cuándo aún era muy joven, quizás, el ser un joven muy apuesto la había embelesado, pero después de todo lo vivido a su lado, de la traición que él y su hermana le habían hecho, finalmente podía verlo tal cual era, un hombre vacío, vanidoso y cruel al que nunca le importaron ni Liam y William ni tampoco ella.Le quedaba muy claro, él quería a los niños que no llevaban su sangre solo para alimentar su ego, y eso no lo iba a permitir, Liam y William habían sufrido mucho con su partida; que ahora llegase a sus vidas los destrozaría, pues sabía que tarde o temprano Henry Pines volvería a irse, Henry no era un hombre para permanecer en un hogar, no podía cargar con nadie más que con el mismo. Juegos, cerveza, mujeres, él quería vivir eternamente en soltería, nunca debió fijarse en el…sin embargo, tampoco se arrepentía de haberlo conocid

Henry había sido arrojado sin contemplación dentro de aquel espacio donde Lorenzo creía que Liam y William tuvieron su primer hogar, fuera de aquel edificio él y Victoria se habían conocido por primera vez cuando el salvo al pequeño Liam de ser atropellado mientras Victoria intentaba encontrar una solución a sus penurias.Ese momento en la vida de Lorenzo, lo cambio todo.Henry también observaba y notaba todo lo que Victoria le había descrito hacía mucho tiempo, donde una vez Victoria soñó el recuperar para en el tener su propio hogar, sin embargo, estaba vacío; no quedaban vestigios de la familia que compartió una vez en él, no había fotografías, muebles, no estaba aquella cunita en donde Victoria había dicho que habían dormido ella y su hermana y que quería para sus pequeños gemelos, no estaban las pinturas de Victoria, no había absolutamente nada en los Bianchi, solo un doloroso y frio vacío en aquel departamento que, incluso, mostraba sus paredes pintadas del mismo color que Victo

Caminar por las calles de Palermo siempre le había resultado agradable, observar el paso del tiempo entre antiguos y modernos edificios era un regalo a la vista que no tenía comparación, Ginevra sentía las miradas de los hombres sobre ella y aquello no era extraño, estaba demasiado acostumbrada a ello, siempre había sido hermosa, el centro de las miradas de todos…sin embargo, solo Lorenzo había sido el que había más allá de ello, mirando a la mujer detrás de la belleza, quien la había impulsado en primer lugar a ser ella misma y nunca sentirse inferior a nadie.Aun así, lo había traicionado con su hermano Laurent, y para el mayor de los Visconti no había sido más que el juguete de Laurent quien, deliberadamente, la usó para hacer enojar a su hermano, y ella, sabiéndolo, se dejó llevar por el momento, pero a pesar de ello no había cambiado, ella no, Ginevra Armani seguía siendo la misma cínica que había sido siempre, aquella que gustaba de brincar entre la cama de los hermanos Visconti

Dolor, era todo lo que estaba sintiendo, un dolor insoportable que recorría todo su cuerpo y que la conciencia le estaba regalando, los recuerdos llegaban poco a poco hasta él y aun podía sentir el puño de Lorenzo Visconti estrellándose con violencia sobre su rostro.La luz incandescente le lastimaba las pupilas y le estaba costando demasiado trabajo abrir los parpados, logrando finalmente abrir los ojos, Henry Pines pudo divisar la figura de un hombre sentado a un costado de su cama, sobresaltado al confundir aquella silueta con la de su verdugo, despertaba de golpe de su estupor, dándose cuenta de que estaba en un cuarto de hospital y que, al parecer, tenía rotos varios huesos.— Al fin despiertas, Pines. — dijo una voz masculina.Mirando a aquella silueta hasta lograr enfocarla con mediana claridad, pudo ver que se trata de Laurent Visconti, el viejo amigo de Victoria y profesor de arte en los tiempos de universidad de su ex esposa que en ocasiones llegó a visitarlos en los Estados

Todo estaba alistado, el camino hacia el campamento era simplemente hermoso, dejando atrás a la selva de concreto, Victoria admiraba el hermoso paisaje de los verdes campos y las floridas praderas que se hallaban a la vista regalando un espectáculo de sublime belleza a la retina.Había empacado su equipo de arte decidida a plasmar un poco de aquella belleza cuando finalmente llegasen al sitio, y Lorenzo, observaba el semblante feliz de su amada, sin duda, ella era lo único que le podía brindar felicidad en medio de sus sombras, había recibido la llamada de Rodríguez informándole la nueva situación, Laurent de nuevo había interceptado uno de sus cargamentos mandándolo directamente a la mierda.Su hermano era un dolor de trasero constante, sin embargo, no lo sería mucho más, sus nuevas alianzas le aseguraban eso, él no era un eslabón débil, siempre procuraba ir delante de los demás, por eso era el más temido líder de mafia en Europa, ya quería ver el rostro de su hermanito cuando lo sup