Samantha se acercó con una gran sonrisa.—¿Cómo estás? —preguntó amablemente—. Catarina, por favor, tienes que pasar a la tienda, ¡ha llegado un vestido que es justo de tu estilo! ¡Por favor!—Ah, pero nos vamos de verdad, ya tengo curiosidad —dijo Melissa, llevándome hacia la tienda.La vendedora trajo el vestido con capa. Era un vestido de noche, rojo brillante, corto, con tirantes, escote en V y un escote profundo en la espalda que llegaba hasta la base de la columna. Era sexy y me fascinó.—¡A probarte, Catarina! —ordenó Melissa.—Mel, ni siquiera salgo de noche, ¿dónde voy a ponerme un vestido así? —pregunté, intentando resistirme a ese vestido.—Nando llega hoy y le voy a decir que nos lleve a bailar la semana que viene. ¡Vamos! – Mi amiga estaba muy mandona.- Ya que tienes planes, te traeré un vestido precioso, Melissa. – Dijo la vendedora emocionada y Melissa aplaudió.Entré al probador y me puse ese vestido diminuto, sorprendida por la falta de tela. ¡Ni siquiera me llegaba
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