Punto de Vista de SolanaTenía las manos alrededor del cuello de Nicolás mientras me llevaba de regreso a casa.Me aferraba a él con las piernas temblorosas, la piel húmeda por todo lo que acababa de hacerme afuera. No sabía ni cómo seguía consciente, como si hubieran exprimido mi cuerpo hasta la última gota de fuerza y aun así me hubiera dejado con ganas de más.Solo hizo una pausa al entrar para quitarse las pantuflas con el mismo cuidado meticuloso de siempre: primero un pie, luego el otro, dejándolas perfectamente ordenadas junto a la puerta.Y yo simplemente observaba, no porque importara, sino porque no lograba entenderlo.Lo había visto llegar a otros lugares sin inmutarse: la casa de sus padres, mi departamento, habitaciones de hotel. Nunca le había importado dónde tiraba los zapatos, pero aquí, en su propia casa, hacía esto.¿Por qué?No era como si fuera a responder.Si tuviera que poner una moneda en un frasco por cada cosa que no podía explicar sobre Nicolás Herrera, necesi
Ler mais