Shane RobinsonLlego a la farmacéutica e intento parecer tranquilo, aunque por dentro estoy hirviendo de coraje. El auto de Sean está en su lugar, junto con sus otras adquisiciones, lo que significa que está en la empresa. Subo hasta el último piso pensando en lo que haré cuando lo tenga enfrente, todavía no decido si vale la pena partirle la cara, aunque eso es lo que más ganas tengo de hacer. La planta de la directiva está vacía cuando llego. Ni siquiera su asistente está en su lugar cuando el ascensor se abre y yo avanzo por el lugar. Entro a la oficina de la presidencia y veo los restos de café, merienda y una cantidad considerable de documentos. Al parecer ha estado ocupado.Doy un repaso por toda la oficina, decidiendo qué hacer, cuando me acerco un poco más al escritorio y veo algo que me llama la atención. Una carpeta con el logo del banco de Misael Allen. Sé que Sean ha estado consiguiendo sus inversores a través del banquero, pero por algún motivo este archivo llama mi a

Shane RobinsonMiro el reloj, son las seis y ya debería estar de salida, pero sigo aquí, en la empresa, cumpliendo con el trabajo que he estado posponiendo por una cosa u otra. Zoey está que se sube por las paredes organizando mi agenda, pero ya ella sabe que cuando empiezo con el proyecto de urbanización todo lo demás deja de tener importancia para mí.Ahora, la diferencia es que con tanto pasando en mi vida personal, creo que terminaré postergando mucho más de lo que suelo.Sin embargo, hoy no pude rechazar mis labores, desde que salí de la farmacéutica y llegué aquí, todo ha sido de una reunión a otra. He firmado convenios, revisado contratos, aprobado nuevos planos y auditado las partes que debía de la constructora. Preparando el terreno para lo que ahora será lo más importante también tuve encuentros con los jefes de obra de los proyectos a

Ivanna TaylorEl vestido negro y regio me queda bien, me gusta. Y por más que me sigo diciendo que no dejo de mirarme porque quiero estar pendiente de cualquier detalle, la verdad es que lo hago porque me pregunto si a Shane le gustará.Como mis ojos son verdes, él adoraba verme vestida de tres colores. El verde, que es su color favorito. El rojo, que hace contraste con mi mirada. Y el negro, que marca las curvas que tanto le gustaba tocar.Me enojo conmigo misma, soy una idiota. Unas pocas palabras de Shane asegurando que nada es como lo creo y ya comienzo a sentirme más cercana a él. No puedo conmigo. De verdad que soy más estúpida de lo que creo.—Ya está el auto esperando —informa Viena, entrando a mi habitación y sonriendo al verme.El alcalde se puso en contacto conmigo para decirme la hora a la que debía estar lista y que mandaría un auto por mí.

Shane Robinson.—No es justo —susurra Ivanna sin quitarme los ojos de encima. Sus mejillas se colorean con un delicioso rubor—. No deberías hacer esto.Me guardo la sonrisa que quiere salir porque sé que no quiero jugar a ser justo, pero entiendo lo que quiere decir sin que deba explicar más.—¿Hacer qué? —pregunto, con una ceja levantada y viéndola desde la comodidad de mi silla. Intento no ser demasiado para ella, pero cómo puedo evitarlo si con todo lo que he descubierto me doy cuenta que solo hemos perdido el tiempo.Aunque también soy consciente de que debemos dejar todas las cartas sobre la mesa.—Esto —señala con un dedo entre ella y yo—, tú actuando como si tuvieras derecho a recordar lo que una vez fuimos, insinuando que eso puede repetirse. —Traga en seco al decir eso, está claro que le costó dejarlo salir.Me muerdo la lengua, pero asiento. Mi prioridad siempre será respetarla, por encima de todas las cosas.A pesar de que solo quiera abrazarla, respirar de su aroma, mirarl

Shane RobinsonSiento que el suelo se abre bajo mis pies. En un segundo estoy mirando a Ivanna a los ojos, muy de cerca, respirando entrecortado, y al siguiente me da la sensación de que no puedo moverme.Por un momento, no escucho nada más que mi propio corazón golpeando en mis oídos. Las palabras de Ivanna flotan en el aire, como si el mundo entero hubiera dejado de moverse para asegurarse de que las escuchara una y otra vez.…Estaba embarazada...Me quedo completamente inmóvil. No sé si estoy respirando. No sé si puedo.La cabeza me da vueltas, dudo que hayan pasado más que segundos, pero es como si todo se moviera en cámara lenta.Mis dedos se tensan, y el cuerpo entero me vibra por dentro, como si una corriente de electricidad lo recorriera. Retrocedo un poco, creo que lo hago, porque el verde hermoso de sus ojos deja de verse desenfocado, pero eso significa