Siento la necesidad de aclarar las cosas, en especial por la confusión de esposo que tuve en el pasado porque también quiero colocar de mi parte. Así que, coloco mi mano en su pecho mientras su mirada me quema.‘Ni siquiera llevas un mes estando divorciada, no corras, Irina. No te dejes llevar.’ Me pide mi mente, pero, no me siento capaz de soportar mucho.— Facundo no me gusta, es alguien atractivo físicamente, eso no te lo voy a dudar, pero, lo que siento por ti es algo que va más allá de lo físico, es como si fuera un magnetismo que me hizo desearte aunque no sabía que eras mi esposo.Él suspira aliviado y yo solo puedo sonreír y negar, porque se supone que su seguridad no debería hacerlo sentir de esta forma, es especial cuando él sabe que si soy su pareja destinada, no hay manera de que me involucre con otro lobo.‘Su padre también es lobo y ya

No necesito ver mi rostro para saber que estoy sonrojada, pero, ¿cómo podría evitar el sonrojo con esas palabras que acaba de decirme?— Aunque seas bueno con tus palabras mi padre no van a recibir un regalo de esta magnitud. — le digo con seriedad.— Poco a poco los convenceré, porque si hay algo que quiero para nosotros es que tus padres tengan su propio lugar y puedan vivir tranquilamente. — me dice él sonriéndome y yo lo observo confundida.— ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? — pregunto confundida y el hombre que es tan bueno con sus palabras me sonríe incluso con su mirada.‘Ni siquiera puedo decir que voy a jugar a enamorarlo y utilizarlo, porque es evidente lo que siento por este hombre y cómo hace imposible que yo me aproveche de él.’ Me digo mentalmente.Pero incluso ahora que me ha mostrado de muchas formas su riqueza, no

Me causa una inmensa felicidad poder abrazar a mis padres que siento que esto es un sueño. No llevamos años sin vernos, pero, con todas las cosas que han sucedido, se siente como si fuera una eternidad.— Realmente ha pasado un tiempo. — susurro llorando como una niña pequeña.— ¿Cómo te ves de diferente en tan poco tiempo?— ¿Crees que fue poco tiempo? Para mí fue una eternidad, padres, lo siento. — digo llorando y es cuando ellos se alejan de mí.— No tienes que disculparte, quien debe hacerlo soy yo. Tenemos muchas cosas de las que hablar, pero, te aseguro que no son para juzgarte o molestarte, hija, lo has hecho bien. Lo has hecho muy bien. — dice mi madre sin saber lo que esta sanando con esas palabras.Por eso, solo lloro como la niña pequeña que soy en sus brazos hasta que finalmente hemos tenido suficiente.— Te ves muy he

Se ha enojado, mi padre realmente se ha enojado al saber solo un poco de las circunstancias que nos llevaron a este momento. Así que, no pongo resistencia, si no que, camino hacia la salida con él.‘Es mejor no hacerlo enojar más de lo debido.’ Me digo mentalmente.— ¿A qué se refieren con irse? Yo me estoy haciendo responsable con mi niña, no se la lleven, por favor. — dice mi madrina.— Su hijo y sobrino han hecho algo imperdonable. Entiendo que mi hija no tenga la valentía de enfrentarse a ustedes porque es joven e influenciable, pero, con nosotros no va a suceder lo mismo, porque humildes y siendo humanos, sabemos colocar límites.— No es eso lo que quería que pensara. El tonto de mi hijo ha reconocido su error y Facundo tiene prohibido estar aquí ni acercarse a Irina si no lo quiere cerca, ella es la que decide.— ¡No me mientan! —

Ni siquiera hemos empezado el interrogatorio cuando mi teléfono suena con un mensaje de Eydran:‘Si tus padres te colocan demasiado difícil estar conmigo solo dímelo y yo iré inmediatamente hasta donde ustedes se encuentran para asumir la responsabilidad de toda crítica y reproche.’— Deja de concentrarte en el teléfono porque tenemos una conversación pendiente. — Ordena mi padre y yo guardo el teléfono sin darle una respuesta a Eydran.— Quiero que seas sincera con nosotros Irina, ¿realmente quieres ese hombre que no es de tu propia especie y que además de ello, tiene una discapacidad? ¿Lo que sientes es tan fuerte al punto de quererlo y quedarte con él a pesar de todas las cosas que ustedes saben que han vivido? — pregunta a mi madre directamente.— Si la respuesta a esas dos preguntas es no, lo mejor que podemos hacer es recoger nuestra