—Está bien, está bien.Pronto dejaría de verlos, ya no molestaría a su pequeña familia perfecta con Wendy.Volví a la escuela, me mudé al dormitorio y continué perfeccionando mis apuntes de investigación farmacéutica.Al día siguiente, mientras iba a la biblioteca con Derek, me topé con Alex y Ricardo. No obstante, fingí no verlos, busqué un asiento, abrí mi cuaderno y seguí escribiendo, palabra por palabra.Wendy los arrastró para sentarse cerca de mí, y de vez en cuando, escuchaba la risita de la niña, mientras Alex y Ricardo le acariciaban la cabeza.—Compórtate. En unos días nos iremos al Caribe.Al escuchar sus palabras, sentí me costaba respirar, así que me levanté y fui a beber agua. Para cuando regresé, mi cuaderno estaba en manos de Wendy.Alex y Ricardo habían ido a buscar libros en las estanterías, así que Wendy estaba sola, arrancando páginas de mi cuaderno.Las alarmas sonaron en mi cabeza y corrí a arrebatárselo. Ella se tiró dramáticamente al suelo, golpeándose l
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