Christian WalkerLuego de ver como Flor se va, es claro que no intento volver a acercarme. Es aquí cuando me doy cuenta de que, recuperarla, no será fácil. Ella nunca va a volver a confiar en mí, es claro que esos niños son míos, sé que se escucha raro, yo exigiendo ver a mis hijos, yo exigiendo estar en su vida, pero así es.Sí, tuve que perderme todos estos años para que, solo con ver una foto, me diera cuenta del maldito arrogante que fui.No, no me acabo de dar cuenta, tuve algunos malditos años que me sirvieron para darme cuenta de todo. No lo voy a negar, tan pronto como me di cuenta de que ella se fue, si, es claro, estaba furioso, estaba herido, pero no me sentía herido por el hecho de no tenerla a mi lado, no, hasta ese momento, estaba herido porque ella se había ido sin que yo se lo pidiera, era mi ego hablando.Catalina dice que no, que siempre supo que yo me preocupaba por ella, yo no lo vi, nunca lo vi, pero ella decía que sí.Ella me listó varias cosas que hice inconscie

Flor PérezCuando Matías y yo entramos a casa, voy directo a ver a mis niños, los cuales ya están cayendo en los brazos de Morfeo, bueno, más bien, en los brazos de Blanca, quien cuida de los tres chiquillos con toda la paciencia y el amor que se puede.- Perdóname, te pasé a dejar a mis niños todo el día… -digo realmente apenada.- ¡No te preocupes! Ellos son mis ahijados, así que aprovecho para malcriarlos un poco… -dijo Blanca entre risas. – Ahora dime tú, ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue?Yo simplemente le hago señas de que hablamos fuera, me acerco a mis chiquitos y mi sobrino, les doy un besito a cada uno y salimos de la habitación.Matías, tal como siempre, ya se ocupó en alguna cosa de la hacienda o de aquí, mi hermano nunca para y no sé de dónde saca tanta energía. Yo, sin hacer nada, hoy siento que estoy agotada, solo quiero un baño e ir a la cama, con todo lo que traigo en la cabeza, ni apetito tengo.- Bien, ahora sí, cuéntame… -dice Blanca cuando entramos a la cocina y me sirve