CAPÍTULO 30EMILIANO FERRERRedacta un contrato prenupcial.¡Qué día el de hoy! —me dije, y ya me siento agotado por las emociones, esto parece una locura total y siento que es el comienzo.—Nana, te voy a necesitar más que nunca, de tus consejos y sabidurías —le digo mientras estamos los dos sentados platicando—. ¡Qué coincidencia y jugada del destino que Antonella es mi novia y justo me quieren obligar a casarme con su prima y lo más raro de todo fue al enterarme de que son familia!Veo a mi nana atenta escuchando lo que le digo, está que no se lo puede creer.—Nunca imaginé que tu padre hiciera tal cosa, no lo entiendo ni logro entender, en esta situación no encuentro motivo alguno —me dice.—En cuanto al otro, que son familia, no sé qué decir, somos marionetas de la vida, solo debemos esquivarlas en algunas ocasiones. —La escucho hablando mientras me llevo el té a la boca.—Mañana me comunico con tu madre, ¿por qué de algo me deben servir los años que trabajé a su lado y me va a e

Capítulo 32MEGAN SALVATORECena de compromiso, conociendo a mi prometido, mi futuro esposo.En la gran casa, todo el día fue de ajetreo. Las empleadas de un lado a otro, limpiando y verificando que todo estuviera en perfecto estado, detallando hasta lo más mínimo, como se dice por aquí, de punta en blanco.Imagino que, por la ocasión, sacaron las vajillas de porcelana japonesa, que viene siendo una reliquia que todavía se conserva, las copas de cristal, cada una ocupando una función —vino, champán y agua—, y cubiertos de plata reluciente; todos esos utensilios cumplen para la ocasión esta noche.Veo la hora y faltan pocos minutos para la llegada. Veo mi vestido, color azul rey, y a su vez parece un color violeta, con hermosos encajes y estampados de rosas. Su parte delantera lleva un pequeñito corte que deja ver el centro de sus dos senos cubiertos de la tela y sus hombros descubiertos, ya que las mangas caen a cada lado. La parte de su espalda está cubierta. Trae una cremallera inic

Capítulo 34Arthur Ferrer (Parte 3)Fin de la cena: todo salió como lo esperabaLa cena resultó mejor de lo que esperaba. Mi hijo se portó a la altura como debe ser. Lo veía contento, emocionado y risueño, y eso me gustaba. No se podía decir que la muchacha fuera fea, al contrario, era muy hermosa y estaba a su nivel, a su altura, como todo un Ferrer.El compromiso ya estaba hecho, solo faltaba la fecha, aunque sería muy importante hacer una rueda de prensa anunciando todo por todo lo alto. La cena fluyó con mucho entusiasmo, todos estábamos animados y contentos saboreando los exquisitos platillos, dignos de una celebración como esta.—Concuerdo con el señor Máximo, quiero nietos —dije con mucho entusiasmo—. Pronto, sería maravilloso que un varón prolongara nuestros apellidos.—Eso lo discutiré con mi futuro esposo, primero dejen que llegue al altar —mencionó Megan con un tono juguetón, y todos reímos.Aunque no sería mala idea saber cómo es el pastel antes de la celebración, pensé.—

Capítulo 36Antonella SalvatoreCreo ser tu plato fuerteNo puedo creer cómo ha cambiado mi vida desde que inicié mi relación con Emiliano, y no es que me esté quejando. Me refiero a que antes no tenía a nadie aquí a quien amar y ahora lo tengo a él y lo amo con toda mi alma. Sin él, creo no poder seguir. Sentirme vulnerable en esta relación no es lo que quiero y deseo.Casi no lo veo fuera del trabajo, de hecho, dentro nos vemos más. Cada oportunidad que se presenta, debería ser al contrario. ¡No! Ahora estoy en un nuevo puesto y me gusta. Pensé que sería difícil, ya que no tenía ni idea de qué hacer, pero con ayuda de mis compañeros y en estas dos semanas he aprendido. Ser jefa de Marketing es un cargo importante y una responsabilidad. El cargo se trata de que el jefe de marketing es el que se encarga de liderar el área de marketing de una empresa, en mi caso FERRER & ASOCIADOS, para coordinar las estrategias que impulsen el reconocimiento de la marca, la generación de clientes pote

CAPÍTULO 38EMILIANO FERRERSignifica todo.Satisfechos quedamos después de saciar las ganas que teníamos, y no solamente de tener a mi Principessa en la oficina. Fue todo lo que terminamos haciendo entre estas cuatro paredes. Amarnos fue una cosa deliciosa, y si por mí fuera la tomaría otra vez y la haría mía todo lo que resta del día.Nos encontramos acostados en el sofá, reposando totalmente en silencio; estamos de lado, frente a frente. Ella apoya su cabeza en mi brazo derecho mientras mi mano izquierda le da caricias por su rostro. Ella se deja, con los ojos cerrados, serena a mí, toqué.—¿Por qué eres tan hermosa? —le digo en voz baja. Ella abre los ojos y sonríe.—No lo sé, creo que los genes de mis padres —pronuncia con su voz suave y tranquila.—Amor, lo menos que hemos hecho es hablar y se supone que a eso vine aquí, quiero que me digas lo del documento.—Es cierto, pero eso no lo decías hace un rato cuando gemías —le digo entre risas. Y su cara se sonroja.—¡Tonto!, no me d