Han pasado días desde que Gerald continúa con su recuperación casi, por no decir siempre, al pendiente y al lado de sus tres bebés. Usualmente se la pasa en el patio, acostado en la grama verde mientras los bebés intentan aprender a gatear, o aprender a hablarle en balbuceos o de vez en cuando golpearlo en la cara sin querer con sus manitas. Pudieron el día siguiente previo a saber la recomendación de Aleksander marcharse a las afueras de Chicago en una nueva propiedad con un enorme patio recomendable para los trillizos.La prioridad ahora era mantener a los bebés a salvo y estar al pendiente cualquier sospecha que dirigiera al rincón donde Basian se encontraba. Casi una semana después desde la última vez que vio a Esad, Scarlett se toma la pequeña molestia de visitar a su esposo muy entrada la noche, ya cuando los trillizos duermen luego de una gran jornada de llantos y quejas en la habitación. Los demás ya duermen porque ya son altas horas de la noche. Y mantiene el monitor de bebés

Aquí no encontrará manera de escapar. Cubriéndose el brazo, Scarlett suspira y se oculta otra vez por los disparos. Gerald y Edmund siguen afuera. Probablemente no pueda seguir aguantando esto, necesita, por sobre todas las cosas, hacer algo. Scarlett mira sus manos ensangrentadas y luego mueve la mirada hacia el volante. Traga saliva y trastabilla para acomodarse en el piloto y encender el auto. Sólo necesita un poco de calma para buscar en los alrededores a su esposo.¿Dónde están?No.¿Dónde está Basian?Cuando no hay manera de que esto sea peor Scarlett lo ve. A su tío, alzándose entre la pandilla de sus hombres con la barbilla alzada y decidido a tirar a matar a todo aquel que se tropiece frente a él. Scarlett baja la cabeza, apretando las manos en el volante. Gerald, ¿Dónde está su esposo? La lanzó aquí para protegerla, pero ahora sí Basian no perderá la oportunidad. Vuelve a ver el parabrisas y poco a poco se acercan los hombres de Basian. Revisarán éste auto y…será su fin.—¡Sa

“Necesitas viajar a Tirana.”Las palabas de Scarlett entorpecen un poco los pensamientos de Gerald. Están en el patio junto a los niños y han pasado dos días desde el destino crudo de Basian. Prisionero de los Shkodra. Una muerte no será su final, sino lo que los mártires consiguen al caer en manos de los enemigos. El peor enemigo de los Shkora ha caído en las manos de la bestia, y jamás saldrá.Gerald le sonríe un poco a su amada esposa y le besa los nudillos.—Necesitamos —Gerald lo deja en claro—, quiero que los niños sean presentados en nuestra sociedad, que todos sepan que mis herederos nacieron.Scarlett mira a los trillizos en la cuna. El cielo arriba de ellos facilita la calma, extraña para ella, y que los acompaña en ésta gran noche. Entiende los puntos de su esposo más de lo que debería. Y se trata de Tirana, donde vivió el peor infierno. Revivir ese trauma…no. Aprieta la mano de su esposo y le sonríe.“Estarán seguros.” Scarlett mueve sus manos. “Estaremos a su lado.”—¿Y t

De regreso a la propiedad a quien consigue Scarlett es a Mary, hablando con Dorothy y recibiendo una taza, supone que acaba de llegar. Cuando su amiga los observa, y sus ojos viajan hacia a Aleksander, su saludo no llega como lo esperaría Scarlett, concisa y determinada, sino un poco balbuceante, evitando el contacto visual con el primo de Gerald.—¿Dónde estabas? —la saluda Mary con un beso en la mejilla—. ¿Necesitas algo?“Estaba haciendo algo. Gracias.” Scarlett sonríe. A Aleksander lo observa por su hombro y éste parece que la mejor manera de presentarse es en silencio. Le hace una señal a Aleksander.—Sé quién es ella. Tu amiga —Aleksander responde. Se acerca hacia las dos y estira la mano con dirección a Mary—. Aleksander. Nos hemos visto antes.—Mary —responde su amiga al tragar saliva—. Y sí. Es la primera vez que nos presentan formalmente —otra ojeada le da que dura unos segundos en Aleksander para responderle a Scarlett su sonrisa.“Gracias, Aleksander. Buenas noches.”

CAPÍTULO 110Volver a un país que la marcó para siempre no era algo que, meses antes, elegiría. Scarlett carga a Theo porque es el único que no se ha dormido de sus dos hermanos más, en coches que los llevarán al aeropuerto privado. Viajarán de noche para llegar cuando amanezca y así no molestar el horario de sueño de los trillizos. Las maletas ya están preparadas y solo falta su esposo, todavía adentro de la casa.Mary sigue con ella porque Scarlett así lo quiere. Aunque no quiera Scarlett la pudo convencer.—¿Estás segura que a tu marido no le molesta? —Mary farfulla de brazos cruzados—. No hay necesidad de ir, en serio. Ya han hecho mucho por mí.“Eres parte de nuestra familia y además quiero que seas madrina de mis hijos.”La expresión de Mary con claridad cae en la sorpresiva emoción que Scarlett ya confunde con un grato cariño.—¡¿Lo dices en serio?! —Mary grita emocionada antes de abrazarla cuidando de no lastimar a Theo, atento a las dos mujeres con su pequeño chupete—. ¡Scarl