Narra Kendall. Estaba en mi oficina, sentada frente al escritorio, los ojos cerrados por un momento, respirando hondo. El sonido de una notificación me obligó a abrirlos. Revisé el correo y una sonrisa se dibujó en mis labios: el proyecto estaba oficialmente terminado. Una mansión valorada en quince millones de dólares. Diseñada por mí, desde sus cimientos hasta la última curva en la decoración interior. Mis dedos acariciaron suavemente la pantalla, como si pudiera tocar ese logro. No era solo una casa; era la prueba viva de que todo mi esfuerzo, todo lo que había sacrificado, estaba dando frutos. Las cosas están surgiendo bien, a mí parecer, hace una semana que arrestaron a Cristian, no tengo toda la información, pero solo espero que Brittany termine igual. Tatiana estaba sentada en uno de los sofás, con una tablet en las manos, aunque sabía que estaba más pendiente de mis movimientos que de cualquier informe. Su lealtad era inquebrantable, aunque su silencio era incómodo a v
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