-¡Señor el auto de los guardaespaldas no está! -Lo sé, no logro verlo por ningún lado, esto es malo... Hay que caminar hacia donde debería estar el campamento.Caminábamos lo más rápido que se podía, yo corría, entonces una ambulancia pasó a mi lado y el pánico me invadió, comencé a correr como un loco aunque el aire me faltaba.-¡Sofía! ¡Sofía!Gritaba descontrolado, no sabía que había sucedido pero imaginaba lo peor, sin los guardaespaldas y con una ambulancia... Entonces después de tanto correr llegué hasta dónde estaba una multitud, por lo que podía ver, eran estudiantes, todos con chalecos de la universidad a la que asistía Sofía y otra vez el pánico se apoderó de mí.Corrí entre ellos buscando desesperadamente su rostro, no la veía por ningún lado, los estudiantes me miraban sin decir nada y yo gritaba como un loco.-¡Sofía, Sofía!Entonces la vi, sentada en la ambulancia con una manta que la cubría, mojada, despeinada. Mi corazón dio un vuelco, ella estaba bien, pero algo
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