El comentario de Edward hizo que Azura se sonrojara más de la cuenta, él y Sofía lo notaron y rieron a carcajadas.-Ja ja ja. -Ja ja ja. Azura pareces un tomate. -Yo... -¿Verdad que es linda?Preguntó Sofía intentando saber si había en Edward una pizca de interés en su amiga.-Es cierto...Aunque Edward no tenía ese tipo de interés en Azura, tenía que aceptar que cuando se sonrojaba era un lindo tomate.-... Basta...Azura estaba completamente avergonzada.-Ja ja ja. -Bueno, si no hay nada más entonces podemos irnos...Azura quería salir corriendo de ahí.-Aún hay algo más, no sé si Azura te lo comentó, pero este fin de semana habrá un viaje grupal. -¡Es verdad! Lo siento, lo olvidé por completo. -No te preocupes Azura, cómo me lo vas a contar si no te di mi número y falté dos días. Apenas nos vimos hace un rato...El comentario de Sofía intrigó a Edward. ¿Qué clase de amigas no comparten su número telefónico? Había algo raro en el comportamiento de Sofía.-Es verdad, pero debí d

-Si le llamo... ¿Me aceptarían mi firma? -No le encuentro sentido igual le vas a pedir autorización, pero si. Si la aceptaríamos. -¡Genial!Sacó su celular y marcó el número de teléfono de la mansión. Se mordió el labio mientras esperaba.Azura la miraba con mucha atención mientras que Edward con mucha ansiedad. Quería escuchar la voz de su rival en el amor.* -Residencia de la familia Adams-Ivannovich -Hola Nanita hermosa...Sofía sonrió, no esperaba escuchar su apellido añadido al de Michael.-Niña Sofía ¿Todo bien? -Si... Es sólo que... ¿Está el señor en casa? -Claro... ¿Necesita algo? -Mmm si... -Deme un segundo y transfiero la llamada a su oficina. -Muchas gracias Nanita.Tanto Azura como Edward notaron que Sofía no mencionó el nombre de su esposo, esto los intrigaba aún más. ¿Estaría mintiendo para conseguir el permiso y llamando a alguien más? ¿O es que estaba casada con un hombre casado y por eso quería ser lo más discreta posible ocultando su identidad? Sus m

Desde que se habían entregado por primera vez, Sofía no podía resistirse ante el deseo de estar con Michael a pesar del cansancio.-¡Mmm! ¡Uugh! ¡Mmm!Michael recorría su piel con sus manos, mordía, lamía, acariciaba.-Mic... ¡Oh por Dios! ¡Niños! -... -¡Oh!Eliss la madre de Michael entró sin avisar sorprendiéndolos en el acto. Sofía se puso pálida como una hoja y como pudo se cubrió con los brazos, Michael buscó con desespero su vestido y se lo colocó, todavía en el marco de la puerta, Eliss se cubría los ojos fingiendo indignación y soltando algunos regaños, aunque por dentro moría de la risa.-Estos niños. ¡Por favor, la próxima vez cierren la puerta! ¿Qué no ven que alguien más puede verlos? ¿Acaso no tienen recámara? La oficina se inventó para trabajar. No quiero ni imaginarme cuántos rincones de esta casa han sido profanados por ustedes.Después de oír las palabras de Eliss, Sofía no se atrevía a mirar. Prefirió quedarse sentada sobre el escritorio mientras le hacía señ

Las palabras de Eliss le dolieron en el alma, pero ya había hecho un acuerdo, no podía dar marcha atrás ahora, había dado su palabra y debía cumplir.Pasó un rato más junto a la mujer y luego esta se marchó, sólo había ido a comprobar sus sospechas, sabía que pocas mujeres se quedarían al lado de un hombre si este lo perdía todo, esperaba que Sofía fuera esa clase de mujer, para su decepción, ella ya había planeado abandonarlo.No la culpaba, no la odiaba, su hijo no había actuado bien con ella en un principio, sin embargo, le dolía, le dolía porque había visto con claridad cuanto amaba Michael a Sofía y sabía que esto lo rompería más que nada, más que la traición que había vivido tiempo atrás, porque esto era diferente, era amor, amor de verdad.Siendo consciente de esto decidió informar a sus hijos lo que Sofía planeaba hacer, no para persuadirla, sino para apoyar a Michael llegado el momento.Sabía que él sufriría, pero de algún modo su corazón se calmaba por momentos, después de to

La pareja disfrutó su tiempo a solas, se entregaron sin reservas en la oficina de Michael, para cuando terminaron ya era de noche, estaban agotados. Michael llevó a Sofía a su habitación, la colocó con cuidado sobre la cama y se acurrucó a su lado. Mientras dormían una pesadilla invadió los sueños de Michael, soñaba que Sofía se ahogaba, que se ahogaba en un lago y que por más que gritaba su nombre, él no podía hacer nada para ayudarla porque estaba atado, atado a un tronco observándola hundirse. Despertó sobresaltado, su frente empapada en sudor, el grito que dio despertó a Sofía.-¡Sofía, no!-Aaah… ¡¿Michael?! ¿Qué sucede?-Yo... Michael rompió en llanto y envolvió a Sofía en un abrazo. No quería soltarla, estaba asustado. Sentía que si lo hacía la perdería. Sofía no sabía qué hacer o decir, jamás lo había visto así, lo sentía temblar y aferrarse a ella.-¿Michael? ¿Estás bien? ¿Qué sucede?-Tuve un mal sueño...-¿Qué soñaste?-Que morías... Morías y no pude hacer nada para evi