C250-ES MOMENTO DE ATACAR.Drakos partió al amanecer, junto a Therion y Zayden. El viento era helado, pero no tanto como la sensación que llevaba en el pecho, no quería irse. Pero ya había dado su palabra.Antes de irse, la miro dormida, enredada en las sábanas, con la frente ligeramente fruncida, como si incluso soñando estuviera tensa.La miró un largo rato.No quiso despertarla.Solo pensó que tenía que volver pronto, más pronto de lo que cualquier guerra o deber exigiera. La noche anterior no había podido decírselo, pero cuando volviera, se lo diría todo.Y se arrastraría si era necesario.Haría lo que ella le pidiera, si no quería perdonarlo, se lo ganaría de la manera que ella eligiera y con eso en mente, alzó el vuelo.Ashley despertó poco después.La habitación se sentía más vacía que de costumbre. Por un segundo pensó que todo había sido un sueño.Pero no.Lo había hecho.Se vistió y estaba lista para bajar, pero Kendra apareció en con una sonrisa amable y una bandeja en las

C252-SIN CUERPO AUN RESPIRA.El viento cortaba como cuchillas. Drakos volaba al frente, más rápido que nunca, pero con el pecho apretado. El asunto con Zayden se resolvió más rápido de lo esperado y apenas fue posible, regresó.No quiso quedarse un minuto más lejos. No había palabras para lo que sentía. No era miedo… era algo peor. Lo sentía en las entrañas. Algo con Ashley no estaba bien.Therion iba detrás, sin decir nada, pero al ver el rostro de su rey, supo que no era una corazonada cualquiera. Era instinto y Drakos no solía equivocarse con eso.A pocos kilómetros del castillo, entre un valle oculto por la niebla, divisaron una sombra moviéndose. Bajaron al instante. Resultó ser un dragón herido, que apenas podía mantenerse de pie y era del clan.Tenía las alas desgarradas y el costado cubierto de sangre seca.—¡¿Qué pasó?! —rugió Drakos al aterrizar frente a él.El dragón levantó la cabeza con dificultad.—¡Vargos… y el Dragón de Hielo! —tosió—. Atacaron… en cuanto usted se fue…

C254- EL JUICIO DE VEXYS.El Anillo del Juicio estaba repleto. El viento cortante arrastraba el olor a sangre seca y hierro quemado, mezclado con los murmullos inquietos del clan. Las runas talladas en la plataforma de piedra brillaban con un fulgor siniestro, como si el propio lugar supiera que la noche terminaría con muerte.Vexys, fue arrastrada desde las mazmorras, hacia el centro, sus pies ahora estaban descalzos dejando manchas rojas sobre las losas. Y sus alas, antes poderosas, ahora eran ahora dos muñones grotescos, cortados tan cerca del torso que los huesos aún asomaban entre la carne mal cicatrizada. Las cadenas mágicas le quemaban la piel, dejando marcas humeantes con cada movimiento, pero aun así mantenía su orgullo.Al llegar frente a Drakos, levantó la cabeza con dificultad y escupió a sus pies, sus ojos ya no lo miraban con el amor de antes.—¿Así recibe a su antigua concubina, mi rey? —Su voz todavía era sarcástica y provocadora—. ¿Tan frío te ha dejado esa loba?El dr

C256-REINA TRAIDORA.La noche había comenzado en calma en el territorio de los Lobos Oscuros. Las antorchas del castillo brillaban suavemente mientras Scarlett, la Luna de Arzen, acariciaba el pelo de Valerian, su hijo, que dormía plácidamente en sus brazos. Lavinia, su nana de confianza, tejía junto al fuego, murmurando una vieja canción de cuna.Hasta que el aire cambió.Un escalofrío recorrió la espalda de Lavinia. Y sus dedos se detuvieron en medio de una puntada.Algo andaba mal y entonces lo olió: Azufre.—¡Arzen! —gritó, levantándose —. ¡Algo se acerca!Arzen estaba junto a Scarlett, pero al escuchar el terror en la voz de Lavinia, se volvió hacia la ventana. Y sus ojos se contrajeron, no necesitó ver para saberlo.Era Drakos.Se giró hacia Lavinia y le ordeno con cada músculos tensos bajo su piel.—Lleva a mi hijo y a Scarlett a la mazmorra de seguridad. ¡Ahora!Scarlett no protestó, sabía lo que significaba ese tono y Lavinia asintió, tomando al pequeño Valerian contra su pech

C258-AMOR CORRESPONDIDO.El rey la miró, incrédulo, preguntándose si estaba alucinando. Nunca, ni en sus delirios más absurdos, se habría imaginado trabajar junto a Arzen.Y Ashly, al notar la negativa, habló con calma:—Esto también te afecta a ti, Drakos. Nos afecta a todos.—¿A todos? ¿Y a mí por qué? Yo no tengo ningún problema con Grayson —replicó, frunciendo el ceño.Ashly suspiró y se volvió hacia Arzen.—¿Pueden dejarnos solos?El alfa asintió enseguida. Si Ashly era capaz de calmar a Drakos, no se interpondría, pero cuando intentó marcharse, el rey lo detuvo.—No he terminado contigo, Arzen. Y si crees que...Se detuvo en seco cuando Ashly apoyó una mano en su pecho, solo falto su toque para paralizarlo. Giró el rostro lentamente, sintiendo cómo su corazón se aceleraba con ese simple contacto.—Déjalo ir —susurró ella—, y hablemos.Tragó saliva.No quería mostrar lo que sentía, pero era evidente: ella tenía un control sobre él que nadie jamás había tenido.Arzen alzó una ceja,