C182-TE PERDONO.Odette se detuvo al verlo.Ragnar estaba pálido, tenía los ojos hundidos, las mejillas marcadas por los huesos. Pero fue su piel lo que la dejó helada: venas negras que se extendían por su cuello y subían por la mandíbula.Era como si algo podrido le caminara por dentro y ella lo supo, su lobo se estaba muriendo.Sintió una punzada en el pecho, no de amor, sino de lástima. Y Recordó cuando eran jóvenes, cuando él era todo para ella. Cuando creía que no había otro futuro que no fuera a su lado. Y ahora verlo así, marchito, la impresionaba.Ragnar tosió de repente, y la sangre negra manchó el pañuelo que apretó contra su boca. Él lo escondió rápido, creyendo que ella no lo había visto.—Vas a pasar —dijo con dificultad.Odette asintió y caminó a su lado, sin rozarlo. Entraron al salón principal del castillo y lo que una vez fue hogar, ahora parecía una tumba. Las paredes estaban frías, sin vida y todo olía a polvo y abandono. Se le hizo un nudo en el estómago.Ragnar se

C184-¡VE POR ELLA!Mientras tanto, Zayden caminaba de un lado a otro, no podía quedarse quieto. Sus pasos marcaban el suelo de tierra, ida y vuelta, como si eso le ayudara a pensar.Pero no lo hacía.Noah estaba sentado junto a Willow, que tenía a la bebé dormida en brazos. La aldea estaba tranquila. Se escuchaban risas suaves, gente hablando, una calma que no cuadraba con lo que él sentía.Todos estaban felices por el nuevo miembro, menos él.Zayden solo podía pensar en Odette.—¿Zay? ¿Qué vas a hacer? —preguntó Willow, sin rodeos—. No me digas que vas a seguir de orgulloso.Lo miró directo y con desaprobación, el detuvo el paso y tragó saliva avergonzado.—Por supuesto que no —respondió —. Mi mujer está en riesgo. Solo... solo necesito saber cómo actuar. Esos malditos Errantes...Sus manos se cerraron con fuerza.—¿Qué son? —preguntó Willow, frunciendo el ceño—. He escuchado hablar de ellos, pero nunca vi uno.Noah se inclinó hacia ella y le besó la mejilla antes de responder.—Los E

C186- LA QUE HABÍA ENAMORADO AL REY DRAGÓN.El salón principal, era lujoso, las paredes de obsidiana brillaban con una luz rojiza que salía de las grietas del suelo. En el fondo, Drakos estaba sentado en su trono de cuernos retorcidos, mientras sostenía una copa de oro, llena de un vino espeso y oscuro que apenas se movía cuando giraba la muñeca. Su mirada estaba clavada en la nada, pero sus sentidos estaban despiertos.Zayden entró. Y sintió de inmediato el cambio, además de su peculiar sombra se proyectaba en el suelo. Lo normal es que fuera humana, pero esta reptaba como una criatura alada.Un dragón.Therion se acercó y se inclinó levemente.—Mi rey, Zayden ha venido a verlo.Drakos entrecerró los ojos y su mirada se clavó en Zayden como un cuchillo. El silencio duró unos segundos largos, hasta que el rey se puso de pie, caminó lentamente, sin quitarle los ojos de encima.Zayden aguantó la respiración.No era miedo, era respeto, el era un Alfa. Pero Drakos… Drakos era un depredado

C188- ARRASTRARTE AL INFIERNO.La luna colgaba alta sobre el claro, pero su luz apenas servía, estaba sofocada por una niebla espesa, que olía a carne podrida y hierro oxidado.Cada guerrero sentía ese olor y lo sabían: Los Errantes ya estaban cerca.Odette verifico las posiciones, todo debía salir perfecto, porque un error, y esa noche sería su última.—Tú vas con el grupo del norte —le dijo a Gareth —. Hazlo cuando veas las antorchas encenderse, no antes.—¿Y si no se encienden? —preguntó uno de los jóvenes, tragando saliva.—Se encenderán —dijo Odette. Ella no aceptaba otra opción.De repente, los animales del bosque no hicieron ruido y el viento dejó de moverse.… algo se acercaba.Y entonces, se escuchó una risa, áspera y cruel.—¿Planificando mi muerte, Odette? Qué predecible…Todos se giraron.Desde los árboles, la figura emergió despacio: Briella.Llevaba un manto de pieles de lobo, su cabello brillaba bajo la luna y su sonrisa era una grieta cruel en su rostro.Y detrás de ell

190- UNA NUEVA HISTORIA.La tierra seguía húmeda por la lluvia de esa mañana. Odette se arrodilló frente a la tumba de piedra recién cerrada. No lloraba, pero la mirada le pesaba. Ragnar estaba muerto y ella lo había sepultado como lo que fue: un alfa.No por lo que hizo, sino por lo que representó para muchos, le colocó su collar de guerra entre las rocas y se levantó sin mirar atrás.La mayoría de su manada había caído por culpa de los Errantes y los pocos que quedaron, le pidieron volver con ella. Querían seguirla, confiaban en su liderazgo. Pero Odette no dio una respuesta inmediata.Aún no.Quería hablarlo con Zayden.Por eso estaba allí esa noche, sentada al borde de la cascada que marcaba el límite entre los antiguos territorios. Esa parte del bosque siempre la calmaba. Las hojas crujían con el viento y el agua corría sin prisa, y las estrellas asomaban entre las ramas.Se quitó la ropa con movimientos lentos y entró al lago. El agua estaba helada, pero la ayudaba a pensar. Hun