C161- COMPLETOS IDIOTAS.Zayden no pudo contenerse más.—¿Te diviertes? —preguntó, metiéndose en medio de los dos.El general dragón giró lentamente la cabeza y sus ojos dorados brillaron al reconocer al alfa, pero no con miedo.—Zayden —saludó con una breve inclinación.Pero él no respondió al saludo, estaba demasiado celoso para hacerlo.—Lárgate —gruñó, sin rodeos.El dragón no se movió. Y en cambio soltó un poco de aire caliente, lanzando una advertencia.—No sabía que esta era zona prohibida. Además, solo estaba conversando con tu compañera.Odette intervino antes de que ambos llegaran a más.—Estará bien, general —dijo, colocándose entre los dos —. Ya hablaremos más tarde.El dragón la miró, evaluando la situación, y después de un momento, asintió con elegancia.—Como desees, Odette —respondió, mirando a Zayden antes de alejarse.Odette esperó hasta que estuvo fuera de vista, antes de girarse hacia su compañero, los ojos encendidos.—¿Qué demonios te pasa?—¿Yo? —Zayden apretó l

C163- VOLVER A CASA.El amanecer apenas despuntaba entre los árboles cuando Alma terminó de trazar el último símbolo en el suelo. Las velas negras parpadeaban, proyectando sombras sobre las runas. Kendra, impaciente, se agachó y ajustó una de las marcas con un gesto brusco.—¡Así es más eficiente!— insistió, pasando el dedo por una línea curva para hacerla más pronunciada.Odette no dijo nada, pero sus ojos estrechos delataban su desconfianza en el ritual. Zayden cruzó los brazos, mirando el círculo con escepticismo.—¿Estás segura de que esto no nos dejará pegados en una pared?— gruñó.Alma no respondió.Y con movimientos precisos, levantó el cuenco de sangre de lobo y lo inclinó sobre el espejo de obsidiana. El líquido espeso resbaló por la superficie negra y, de repente, el espejo lo absorbió todo de un solo trago.El aire se tensó.Y luego un vórtice oscuro se abrió en el centro, chupando la luz a su alrededor. Las hojas del suelo levantaron vuelo, arrastradas por un viento sobren

C165- PODRÍAS TENERLO TODO... INCLUIDO ZAYDEN.Willow y Noah avanzaban hacia el castillo y detrás de ellos, los guerreros de Alma se mantenían silencio, con los ojos vigilantes, cada uno en su lugar.—Todo va a salir bien, mi amor —dijo Noah en voz baja, notando el leve temblor de su mujer.—Lo sé —respondió Willow, enderezando la espalda y preparándose para lo que viniera, pero no para lo que venía delante. ―Tiene que salir bien.Willow adelantó un paso y de la nada el suelo bajo sus pies pareció crujir. Y antes de que pudieran reaccionar, soltó un grito corto mientras caía, Noah trató de alcanzarla, pero la gravedad no dio tregua. Ambos cayeron en la oscuridad y sus cuerpos golpearon el suelo con fuerza, el dolor les recorrió en un segundo.—¡Mierd4! —exclamó Noah, levantándose, buscando a Willow entre las sombras del foso.—Esto... esto no está pasando —dijo ella, frotándose la cabeza, aturdida.A su alrededor, el foso oscuro y los muros estaban cubiertos por extrañas lianas y raíc

C167- NO MORIRÁ.El cuerpo de Maelor se tensó y sus músculos convulsionaron, la piel se le volvió agrietándose como si algo se consumiera dentro.Y Zayden rugió, aun con el corazón de su padre palpitando en su puño y al mismo tiempo, sintipo cómo algo se rompía dentro de él, como la bestia se apagaba.Su pelaje comenzó a caer en manojos, dejando rastros de piel humana y los huesos crujieron al recolocarse, las garras se retrajeron, la transformación fue lenta y dolorosa. Y cuando por fin fue humano otra vez, apenas podía sostenerse en pie.Miró a Odette, el corazón de Maelor todavía en su mano y quiso hablar, pero las palabras no salieron, sus rodillas golpearon el suelo y luego todo fue oscuridad.—¡Zayden! —Odette corrió hacia él.Mientras, el salón seguía siendo un campo de pelea, los últimos guerreros de Maelor peleaban con la desesperación de quienes no tenían nada que perder. Y Noah y Willow, aún en forma de lobo, los acorralaban contra las paredes, acabando con ellos.Y Kendra,

C169- PRUEBA DE VALOR.Tres días después, la manada se había estabilizado. Las reparaciones avanzaban rápido y entre todo ese renacer, Willow y Noah regresaron a su antigua casa.La vida volvía poco a poco a su ritmo.Al principio, ambos se comportaron como si nada hubiera cambiado. Compartían tareas, hacían rondas juntos, discutían por tonterías. Pero también pasaban más tiempo a solas, había más miradas y más momentos como ese.Willow soltó una carcajada mientras trataba de sacar una bandeja de pan quemado del horno. El humo se desparramó por la cocina, mientras Noah, desde la mesa, la observaba como si hubiera presenciado un crimen grave.—Cariño… ¿qué demonios intentaste hacer?—¡Era pan de miel! —bufó, agitando la bandeja como si pudiera arreglar algo con eso.—Eso parece carbón de volcán.Ella se giró para lanzarle una cucharada de harina y la nube blanca terminó flotando entre los dos hasta que le cayó encima a él.—¡Perfecto! —rio Noah—. Ahora sí, te ganaste el premio a la peo