En ese momento de incertidumbre la voz de Marco llega desde atrás impidiéndole ver la cara.— Ella puede ser mía… Se la pedí al señor— dice con una voz segura de estar haciendo declaraciones sin un ápice de duda o posibilidad de que exista otra posible respuesta.— Él aceptó. La haré obedecer como se debe, como una hembra debe hacer a un hombre.Las palabras que Yasuke estaba escuchando le provocaban asco y rencor.— Sólo suéltame— declara Yasuke. — Suéltame de los agarres y veremos quién hace obedecer a quién— susurra el hombre al mismo tiempo que siente de nuevo una navaja en rojo vivo ardiendo sobre su piel. — ¡AAaaghh!— Jadea Yasuke conteniendo el grito de dolor desgarrador que sale de su cuerpo.— Tú mejor cállate que para este punto ésta es solamente una probadita de todo lo que vas a sufrir al hacerte cenizas en el primer rayo del sol.— Dice Marco sin contemplación alguna.Luisa va desesperada al mismo tiempo que corre en busca de encontrar una posible respuesta.“¿Qué podría

La mirada de Yasuke se encuentra con el rostro temeroso de Luisa.— No te preocupes. Es sutil, pero lo tengo— dice él, al mismo tiempo que se arroja al agua y nada desesperado para encontrarse con una pequeña entrada justo en la caída del agua que podría haberlo guiado hacia otra dirección.El mismo Yasuke duda que se encuentre aún con la suficiente energía para que pueda sobrevivir.Ese niño tenía el latido del corazón que había escuchado en cientos de guerreros.El último latido.Justo cuando daban el último suspiro de vida.“No” piensa él decidido. “No puedo dejarla vivir con culpa. No puede estar en ese suplicio de culpa e impotencia. La misma responsabilidad que me atormenta a mí de forma permanente.”En el instante en el que llega a un pequeño cúmulo de oxígeno encuentra al niño inconsciente recostado en unas cuantas rocas.Sin embargo, el agua había comenzado a subir de tal manera que ya cubría su nariz y sus extremidades.Yasuke corre desesperado sacándolo del agua y comenzan

Luisa abre los ojos desconcertada y desesperada al mismo tiempo que comienza a buscar su pecho.No había ningún hoyo, seguía con vida.— Sigo con vida, sigo con vida, mi corazón sigue dentro de mi pecho —susurra ella, al mismo tiempo que observa que se encuentra en una cueva justo a la orilla de una fogata que la mantiene cálida.Sin embargo, una especie de frialdad contrapone la calidez de la fogata y al girarse se da cuenta que Yasuke se encuentra observándola y abrazándola de forma permanente como si se tratara de una maravillosa creación.La calidez que mira en sus ojos hace que Luisa sienta una necesidad de acercarse a él y abrazarlo.—Creí que iba a morir —susurra ella.— Por poco y lo haces…— Susurra Yasuke con las quijadas apretadas.— Creí que ya no iba a poder verte— Luisa continua observando la pose inmóvil de Yasuke— no estoy dispuesta a seguir con esta lucha —susurra ella, al mismo tiempo que extiende su mano para acariciar el rostro inseguro e inquieto de Yasuke. —Simpl

—Necesito tiempo —declara Yasuke, procesando todo lo que tenía en su mente. —Sólo déjame procesarlo y te lo diré.—¿No tiene nada que ver contigo? ¿Verdad?— Cuestiona a ella, con una intriga que atenaza sus huesos no podría soportar que él hubiera formado parte de esa tortura física y psicológica sobre ella. — Tengo años sufriendo su acoso, años sufriendo los maltratos y el control de Emmanuel, dime que tú no tienes nada que ver en esto —susurra Luisa con la esperanza colgando de un hilo.Yasuke abre los labios.Sin embargo, antes de que cualquier palabra salga de ellos, tocan a la puerta y él decide cerrar la boca aun no se sentía preparado y levantarse para abrir la puerta y encontrarse con una horrible sorpresa.—Hola, hermanito —susurra la voz de Emmanuel, que eriza la piel por completo de Luisa sólo al escuchar que se encontraba presente. —¿Sigue viva? ¿No has caído en la tentación?— Cuestiona con una voz sumamente juguetona al mismo tiempo que asoma su rostro petulante, y la e

Ahí, en la habitación, ella se queda en silencio al observar que Yasuke se mantiene petrificado, observando su rostro.— ¿Qué tengo? ¿Qué pasa? ¿Qué sucede?— Cuestiona ella, desesperada, hasta que siente que la mano de Yasuke rosa debajo de su nariz.Era sangre.Estaba corriendo sangre.“No, la maldición ha comenzado…” piensa Yasuke, frustrado y desesperado, por haber caído en la tentación, cuando lo único que tenía que hacer era rescatarla, eliminar su maldición y volver a llevarla al lado del alfa que sí podía protegerla.— Yo tengo la culpa— susurra él, inmerso en sus pensamientos, sin darse cuenta que lo había dicho en voz alta.— Yo tengo la culpa.— ¿De qué? ¿Por qué? ¿Por qué te culpas?— Cuestiona Luisa, sin entender que eso era solamente abrir la caja de Pandora para una línea de confesiones que Yasuke había evadido por demasiado tiempo como para ser contado.Yasuke, al finalmente darse cuenta de lo que había dicho en voz alta, simplemente toma entre sus brazos a Luisa y la co