El corazón de Oleika palpita acelerado al encontrarse sola y en el exterior del territorio perteneciente al aquelarre, ese mismo que ellos protegían con magia, aquí ella se estaba completamente sola.Ahora se encontraba en medio de las dunas, caminando con el peso de la arena en sus pies, mostrándole que una pequeña incomodidad que a la larga se vuelve absolutamente dolorosa e intolerable.Toda la planta de sus pies se encontraba abierta con pequeñas heridas dejando una huella fehaciente de su sangre marcada en las pequeñas rocas y cristales que estaban en el suelo.— Voy a encontrarte y si todo es como yo creo, sé que estarás esperando por mí— decía ella como un susurro, confesando ante el viento sus verdaderas intenciones.En ese momento, cuando llegó a la primera hilera de altos árboles que daban inicio a un bosque y a un territorio externo, Oleika comenzó a sentirse observada de nuevo.— Lo sabía— susurra ella al mismo tiempo que se acerca a esa sensación de peligro. — Sabía qu

— PRESENTE — PRESENTE — PRESENTE — PRESENTE —Oleika se encuentra soportando cada uno de los impactos de la magia oscura que son arrojados desde el espejo que es el portal que enlaza los dos mundos.“Vamos amor, sé que puedes” susurra ella al mismo tiempo que aprieta sus manos en la sal especial.De forma inesperada los cánticos se detienen.Ahí en medio de la oscuridad, salen propulsados dos seres del espejo. Brillando de forma estruendosa, dejando prácticamente ciegos a todos los presentes por un instante.En medio de la incertidumbre, la pelirroja alcanza a identificar que están ambos, cada uno en su forma real, luchando por mantener el poder sobre el otro.El cuerpo de Oleika se tensa porque siente en el instante en que Enzo sale del portal como esa magia oscura que se había mantenido cautiva y encerrada en el cuerpo de Malcolm ahora estaba con vía libre para hacer y deshacer lo que quisiera.En ese momento, los tres brujos pertenecientes al ritual comenzaron a tener dificultade

Oleika quien se encontraba levitando en el cielo comienza a moverse y a deshacer las bolas oscuras que se impactan contra la barrera de maná de fuego que tiene en su cuerpo.— Te di la oportunidad— una voz fuerte, profunda y llena de sabiduría es la que sale de Oleika — completamente diferente a la que ella tenía— con la esperanza que después de tanto tiempo entenderías tu lugar, aprenderías de tus errores y enmendarías tu camino, por lo visto, aunque parecía imposible… me equivoqué.Un jadeo colectivo se escuchó de parte de los brujos presentes, ya que no solo estaban viendo a su criatura ancestral, su dador de vida, sino que también frente a sus ojos aceptaba que se había equivocado.Ella poco a poco comenzó a acercarse a Enzo, quien en este punto ya no se encontraba tan seguro como antes, sus ataques que habían sido lanzados uno tras otro, que en cualquier criatura de magia, tanto brujo, como licántropo podría ser profundamente lastimado, en ella parecía ser solamente un inconvenie

El viento de la noche helado y cortante característico de cada una de las húmedas noches de invierno de París estaba a la expectativa de cualquier descuido para infiltrarse en cualquier persona.Ixtlie iba corriendo, respirando desesperada, sintiendo que la ira atravesaba su garganta como filosas navajas arrancando cualquier certeza de tranquilidad.En cuanto dio vuelta en una esquina, se encontró en medio de unas sombras mal difuminadas y el cuerpo fuerte, fibroso y poderoso de Malcolm, sin poder evitarlo su cuerpo reaccionó de forma automática a su sola presencia, erizándole la piel que respondía a su olor.Un chillido agudo la distrajo a lo realmente importante en este momento.El pobre agente que se encontraba tembloroso y arrinconado en una de las esquinas sin oportunidad a mantenerse con vida por sí mismo, temblaba y le suplicaba entre lamentos que lo dejara vivir, que necesitaba estar con vida para mantener a su familia.En ese punto Ixtlie que alcanzó a escuchar cómo ese jove

El tiempo parecía haberse detenido en medio de un limbo que la llenaba de alegría.Para este instante, ella se encontraba manteniendo el equilibrio con mucho esfuerzo, por el peso de su amplio vestido y las joyas que representaban su estatus y le daban seguridad, aunque en este punto las pequeñas puntas de sus tacones estaban en una larga madera al frente del barco, como el cuerno de un unicornio, llamada bauprés.La fuerza utilizada en cada uno de sus pies tenía a Ixtlie estresada, cualquier error y podría costarle la vida.Traga saliva desesperada… Ilusionada, y sobre todo decidida a no permitir que nada… absolutamente nada la separase de él.Las piernas de ella, comienzan a ceder ante la tensión que las recorre de forma permanente, pero no pude hacer ningún movimiento que lo alertara, que rompiera el enlace que estaban teniendo. Y ahí en medio de un ambiente lleno de amor, tensión y sal que flotaba en el aire recordándoles de forma sutil cuál era su lugar, Ixtlie extendió su man