Capítulo 177.
El viento de la noche helado y cortante característico de cada una de las húmedas noches de invierno de París estaba a la expectativa de cualquier descuido para infiltrarse en cualquier persona.
Ixtlie iba corriendo, respirando desesperada, sintiendo que la ira atravesaba su garganta como filosas navajas arrancando cualquier certeza de tranquilidad.
En cuanto dio vuelta en una esquina, se encontró en medio de unas sombras mal difuminadas y el cuerpo fuerte, fibroso y poderoso de Malcolm, sin poder evitarlo su cuerpo reaccionó de forma automática a su sola presencia, erizándole la piel que respondía a su olor.
Un chillido agudo la distrajo a lo realmente importante en este momento.
El pobre agente que se encontraba tembloroso y arrinconado en una de las esquinas sin oportunidad a mantenerse con vida por sí mismo, temblaba y le suplicaba entre lamentos que lo dejara vivir, que necesitaba estar con vida para mantener a su familia.
En ese punto Ixtlie que alcanzó a escuchar cómo ese jove