70. Cincuenta bastardos
70MagnusEl cielo comenzaba a teñirse de tonos naranjas y dorados cuando nuestras patas tocaron la orilla del lago por última vez. La noche había sido nuestra. La luna llena nos bendijo, y no con calma, sino con fuerza, con fuego, con piel contra piel, mordidas y gemidos que solo el bosque fue testigo de.Nos transformamos casi al mismo tiempo.El crujido de huesos, el vapor que salía de nuestros cuerpos aún calientes, la respiración entrecortada.Eva cayó de rodillas primero, desnuda, temblando no de frío, sino de lo que acabábamos de compartir.Me acerqué, sin pudor, sin vergüenza, sin ninguna intención de cubrirme.La envolví con mi cuerpo, mis brazos, mis labios que buscaron su nuca con un cariño que me salía a borbotones, pese a que solo quería arrancarle la respiración de un beso más.—Mi loba… —susurré ronco, la voz rasgada por el cambio, por el deseo, por lo que sentía por ella y por lo que no podía, ni quería, poner en palabras.Eva no respondió. Solo se recostó cont
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