Dave asintió y marcó rápidamente el número de Zane. —Haré que Zane te acompañe de vuelta. Si estás cansada, descansa. Él se quedará contigo, y yo regresaré pronto —le prometió a Bianca.Su instinto protector se activó de inmediato, y solo confiaba en su amigo más cercano para mantenerla a salvo. Al ver las acciones cautelosas de Dave, los ojos de Franklin se entrecerraron con malicia. Una sonrisa torcida se dibujó lentamente en su rostro, revelando una intención oscura.Poco después, Zane llegó y escoltó a Bianca hasta la suite de Dave. Dave, tras intercambiar algunas palabras con los invitados, se marchó con Franklin, sintiéndose más tranquilo.Cuando la puerta del salón se abrió, Dave encontró a Lucas recostado en un sillón, rodeado por guardaespaldas altos. Con una seña de Lucas, los guardias salieron en silencio. Franklin cerró la puerta suavemente detrás de ellos, dejando solo a Dave y a su abuelo en la habitación.—Abuelo, ¿en qué puedo ayudarte? —preguntó Dave, acercándos
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