La sorpresa de Lucas se transformó en una expresión de aprobación.
—Tienes razón. Si él ve quién es ella en realidad, terminará con todo por su cuenta. Así, no tendré que hacer nada.
—Yo me encargo —respondió el mayordomo con respeto antes de salir de la suite.
Los labios de Lucas se curvaron en una sonrisa tensa mientras miraba la luna por la ventana, con una expresión fría.
—Dave, algún día entenderás por qué tuve que hacer esto —murmuró.
Al mismo tiempo, Dave abrió la puerta de la suite de lujo y con un gesto cortés le indicó a Bianca que entrara.
Bianca apretó los labios mientras pasaba junto a él, incapaz de sacudirse la sensación de distancia que los separaba.
Era la primera vez que Bianca veía una suite de lujo en el crucero, y quedó impresionada por su diseño sofisticado.
La suite era enorme.
Cruzó la puerta de cristal y entró en una sala de estar espaciosa.
Sobre la mesa de centro, un jarrón de cristal sostenía lirios que impregnaban el aire con su delicado aroma.
Mien