Irina se encontraba justo al lado de la ventana disfrutando del brillo de la noche, las lágrimas rodaban por sus mejillas, mientras recordaba a sus hijos y por supuesto a Dmitriy, finalmente estaba feliz porque había encontrado el amor verdadero, y era la madre más orgullosa del mundo. Su única escapatoria era su hermano, pero al ver que simplemente se había dado vuelta comprendió que estaba sola y su destino era morir a manos de Andrei, el frío de la noche era intenso anunciando la desgracia, el sueño había desaparecido.Irina lo único que deseaba era estar de vuelta en su hogar junto a sus seres queridos, poder contraer matrimonio con el hombre que amaba, vivir junto a ellos felices y lejos de tanta maldad.La puerta se abrió de golpe, Irina dio un pequeño salto, Andrei nuevamente ajustó la puerta y se quedó estático observándola fijamente, Irina comenzó a temblar, no quería morir, pero esa era su única salida. —Por favor Andrei, no me hagas daño, no te he hecho nada malo, el culp
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