CLARIS:Sentí que mi cuerpo se volvía ligero, casi etéreo. Kieran me sujetó con fuerza mientras continuaba leyendo, sus palabras ahora mezclándose con los ecos del pasado. Clara se aferró a Fenris, y pude ver cómo la energía de las gemelas nos envolvía a ambas en un capullo protector.  El torbellino de energía se intensificó, y con él llegaron voces distantes, fragmentos de conversaciones pasadas, risas y llantos entremezclados en una sinfonía caótica de tiempo.  —Confía en el proceso —susurró Lúmina en mi mente—. Estamos volviendo a donde todo comenzó.  De repente, sentí un tirón violento, como si algo nos jalara hacia atrás con una fuerza descomunal. El mundo se convirtió en un túnel de luz y color, y, por un momento, todo fue caos y movimiento.  Y entonc

ALFA ALEPH:    Habíamos vivido todas las vidas del Alfa Kieran Theron. Las brujas antiguas nos ayudaron a seguirlos. Incluso cuando, en una de esas vidas, él nos salvó al intentar poseerme a mí y a mis hijos, seguía siendo mi enemigo. Quería derrotarlo y ser yo el Alfa de Alfas. Por eso, ahora que regresamos al tiempo normal, debía recuperar lo que, por derecho, me pertenecía: Las Lobas Lunares.  —Entonces, Vorn, tú tienes que reclamar a Elena; Vikra, tú a Claris, y yo a Clara. En cuanto a ti, Chandra Selene, tienes que drogar al Alfa Kieran Theron y hacer que te marque —le ordené a mis hijos.  Una marea de energía, densa y seductora, cargaba el aire que nos rodeaba. Cada palabra resonaba como un tambor en mi pecho; las memorias entrelazadas del Alfa Kieran Theron martilleaban en mi mente, recordándome que, aunque nos había sa

CLARIS  Mi loba Lúmina dio un paso al frente, dejando que su luz se filtrara más allá de los árboles, cubriendo todo a su paso. La sensación quemaba en el aire, intocable, conectándome con la barrera protectora que reforzaba aún más a la manada. A mi lado, mi Alfa me admiraba con orgullo. Nadie podría negar lo que éramos jamás.  —Mi Alfa, creo que debemos analizar todas las cosas que han sucedido antes de que yo no pueda seguir soportando esa barrera protectora. A falta de Elena, necesito que el brujo mayor, Marcus, me ayude —dije, girándome para verlo.  —Por supuesto, mi Luna —respondió de inmediato—. Yo me encargo de mantenerla segura mientras ustedes tres se unen.  Volvimos a ser humanos y, mientras Kieran se dirigía con sus lobos a recorrer la manada, Clara, los cachorros y yo nos encaminamos al interior de

KIERAN:  Recorremos la manada por todo el límite que cubre la barrera protectora. Al norte los veo, a pesar de que se esconden entre la maleza. El Alfa Aleh, con sus hijos y todos los suyos. Chandra Selene no puede aguantarse y, al ver cómo fijo mi mirada en ella, deja de esconderse y camina hacia mí. Se detiene cuando la barrera no la deja avanzar más.  —¿Alfa Kieran Theron, ahora te proteges detrás de una barrera de energía? —pregunta con sarcasmo. —Chandra Selene, ¿queriendo entrar en mi territorio? Dile a tu padre y a tus hermanos que no necesitan ocultarse. Que no se olviden de quién soy; puedo sentirlos. ¿Así que me encerraron con esta barrera? —pregunté, viendo cómo se confunde—. Tus arreglos con las brujas van en aumento.  —¡Yo no hice nada de eso! —se defiende, mirando a su padre, el Alfa Ale

CLARIS:  Caminé despacio, seguida por mis bebés, que no se separaban de mí ni un instante. Tenían miedo de que yo desapareciera, pero en ese momento quería sujetar a mi Alfa por el cuello. Fui en busca de la nana y le pedí que los cuidara. Ellos se negaron, pero les dije que tenía que hablar con papá. Para mi sorpresa,  —Mamá, ¿Konor puede dormir en mi cama? —preguntó Lexi de pronto.  —Cariño, claro que puede, pero solo si él lo quiere. No puedes obligar a tu hermano a hacer todo lo que deseas —le aclaré, recordando que Clara hacía lo mismo conmigo.  —Está bien, mamá. Dormiré con mi hermana. Ve, papá te está llamando —dijo Konor, señalando a Kieran en el salón.  Giré la cabeza, y era verdad. No me había seguido; me estaba espe