Capítulo 101Brandon parecía una fiera enjaulada. No quería tratar mal a Erica, porque aún no sabía si estaba equivocado, y no deseaba lastimarla. Por eso, pasaba todo el día en la empresa, encerrado en sus asuntos.—No puedes seguir actuando así —le reclamó Ilay, molesto por la forma en que Brandon trataba a todos—. Ya hemos perdido dos proveedores en la última semana.—¿Sabes qué está haciendo Amanda? —preguntó Brandon, ignorando por completo lo que Ilay acababa de decirle.—Sí, ve a Sanders casi todos los días. Se reúnen en su empresa o en el hospital.Brandon apretó los puños.—Ese maldito idiota me dijo que no me preocupara, y ahora me hace esto...Sin pensarlo dos veces, se levantó, se puso su chaqueta y salió como un tornado de la empresa. Tomó un taxi y fue directo al hospital. Subió a la oficina de Sanders, donde lo encontró tranquilo, bebiendo café.—¿Qué tanto hablas con mi esposa? —le soltó de golpe.—Si quieres que te responda, cálmate primero. No pienso decir nada mientr

Capítulo 103Sanders le mostró a Brandon a dónde llevar a Amanda. Brandon entró en la habitación, depositó a Amanda en la camilla y cerró la puerta detrás de él.—Déjame ver —le pidió Brandon, acercándose rápidamente.—Sal de la habitación, voy a cambiarme de ropa —respondió Amanda con tono firme.—No pienso salir, de todas formas, ya te he visto sin ropa —replicó Brandon, con una sonrisa burlona.—Brandon, no tengo ganas de discutir contigo. Tengo demasiadas cosas en mi mente como para perder el tiempo en eso —le dijo Amanda, con una voz calmada, pero cargada de tensión.Brandon, perdiendo la paciencia, se acercó de un paso a Amanda, y de un tirón rompió la blusa que llevaba puesta. Revisó la herida en su espalda y suspiró al ver que no era grave.—Tuviste mucha suerte —le dijo Brandon, aliviado—. Podría haber sido mucho peor.—Sé que no es nada grave —respondió Amanda, con tono tranquilo—. Si lo fuera, Sanders habría venido con nosotros y se habría quedado con la mujer que traje al

Capítulo 105Brandon se siente frustrado. El camino hacia Amanda y su hija se le hace cada vez más complicado, y no sabe qué puede hacer para cambiar eso. La incertidumbre lo consume, y su mente no deja de dar vueltas, buscando una solución que le permita encontrar la paz. Pero cada intento de dar un paso hacia adelante parece llevarlo dos atrás.– ¿Creen que algún día me perdonará? – les pregunta a Sanders e Ilay, quienes se quedan mirándolo en silencio. Las palabras que salen de su boca son como un susurro lleno de desesperanza, como si la respuesta a esa pregunta ya fuera incierta para él.– Nunca creí verte en este estado – le dice Sanders, su tono más serio de lo habitual. – Creo que deberías enfrentar directamente a Erica y evitar todo esto. No puedes seguir escapando de lo que está pasando.Brandon se frota la cara, cansado de escuchar siempre la misma recomendación, una que sabe que no puede seguir. La idea de enfrentarse a Erica lo atormenta más de lo que se atreve a admitir.

Capítulo 107La sonrisa de aquel hombre, tan fría y calculadora, ponía aún más nerviosa a Amanda. Sabía que cada gesto de él ocultaba intenciones que no se atrevía a revelar por completo. Lo observó con atención, buscando alguna pista en su rostro que pudiera anticipar sus palabras, pero solo halló esa expresión arrogante que parecía disfrutar del poder que tenía sobre las personas.—Sea directo y dígame qué espera conseguir con esta visita —dijo Amanda, cruzándose de brazos, intentando que su voz sonara firme, aunque por dentro su estómago estuviera hecho un nudo.El hombre la observó unos segundos en silencio, como si evaluara sus palabras antes de soltarlas, como si disfrutara de la tensión que se acumulaba en el aire. Finalme

Capítulo 109Brandon entró al hospital a toda prisa, sus pasos resonaban en los pasillos mientras sus pensamientos se arremolinaban en su mente, haciéndolo sentir aún más ansioso. Se demoró algunos minutos en encontrar la habitación correcta, ya que, a pesar de estar en el mismo edificio, nunca había ido a ver a Dolores antes. Aunque le estaba agradecido por salvarle la vida a Amanda, su mente estaba tan saturada de preocupaciones y problemas que simplemente no había encontrado el momento ni la disposición emocional para visitarla, especialmente considerando que la mujer seguía inconsciente desde la operación.Cuando por fin abrió la puerta de la habitación y cruzó el umbral, sus ojos se fijaron de inmediato en Amanda, quien se encontraba sentada en una de las esquinas del cuarto, con la cabeza agachada y una expresión que dejaba claro que estaba lidiando con muchas emociones. Sanders, que también estaba presente, le estaba revisando una herida con suma concentración y cuidado, asegur