Héctor rueda desde la cama hasta el suelo.Valentina, parada en la puerta, presencia la escena: el poderoso magnate Héctor siendo pateado fuera de la cama por Nadia.Pff. Valentina no puede contenerse y se ríe.Héctor se pone de pie, primero lanza una fría mirada a Nadia y luego mira a Valentina:— Valentina, ¿de qué te ríes?Valentina responde:— Lo siento, señor Celemín, no me estoy riendo... a menos que realmente no pueda evitarlo, ¡ja, ja!Héctor suspira resignado. ¿Ya terminaste de reír? ¡Seguir riéndose sería descortés!Nadia mira a Valentina:— Señorita Méndez, gracias por venir.Valentina entra. Le agrada Nadia:— Señora Petro, siento que tenemos una conexión. Si no le molesta, puede llamarme por mi nombre, Valentina, como lo hace el señor Celemín.Nadia sonríe:— De acuerdo, Valentina.— Señora Petro, extienda su mano, voy a tomarle el pulso.Nadia extiende su mano. Valentina toma su pulso y pronto frunce el ceño.A Héctor le preocupa ver a Valentina fruncir el ceño y pregunta
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