“Respira, lo estás haciendo muy bien mi conejita…” susurró contra su oído mientras empujaba lentamente dentro de su raja, acarició sus muslos suavemente y luego los apretó para sostenerla cuando ella se estremeció, dejó besos en su cuello para excitarla y hacerla relajarse, su peso aplastándola parcialmente sobre la cama para entrar más profundamente dentro de ella.Sus uñas se clavaron en su espalda y su respiración se entrecortó mientras él la empujaba lentamente más profundamente. Gimió contra su cuello, con voz baja y ronca. “Estás tan apretada, tan cálida…” Hizo una pausa para recuperar el aliento, con la cara enterrada en su cuello. “Me estás tomando tan bien, mi chica caliente. Lo estás haciendo tan bien”.Flexionó las caderas, se apartó un poco antes de volver a empujar, marcando un ritmo lento pero profundo. Gruñó cuando el cuerpo de ella se apretó a su alrededor, sus manos apretaron sus muslos posesivamente. Le mordisqueó el cuello, un toque de dolor para distraerla de la in
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