124. CONVERSACIÓN ANTES DEL VIAJE
Ariel siguió contando divertido que su hermano Marlon no era nada fácil; eran sus hermanos, pero tenía que reconocer que ni él ni Ismael se lo piensan dos veces para ajustar cuentas con alguien. —Antes les decía “El Padrino” a mi hermano Marlon y “Pistola” a Ismael, k, k, k… No me mires así; esos dos juntos son capaces de, si hacen algo a su propiedad, quemarla y abandonar el pueblo para darles una lección—dijo en tono divertido y serio a la vez.—¿En serio? ¿No lo dices para asustarme? —giró Camelia, asustada, para mirar a Ariel, que siguió riendo divertido, recordando a sus hermanos mayores.Luego, tratando de distraerla, comenzó a contarle cómo su padre, en su intento de ayudar a los más necesitados, había tenido la idea de instalar empresas en pequeños pueblos para mejorar la vida de los habitantes. Él nació de padres pobres y siempre tiene el instinto de ayudar a todos. Así, al instalar fábricas de materia prima, ayudaba a las personas.Aunque las intenciones del señor Rhys era
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