“Mas vale una verdad que duela, que una mentira que ilusione”Neyra volteo a ver a Alexander queriendo fulminarlo con la mirada, mientras hizo el intento de ponerse de pie. Pero un fuerte mareo la obliga a sentarse en la orilla de la cama.–¿Amor estás bien, hay que llamar a la ambulancia?–¿Mami, estás bien? –preguntó el niño, también preocupado al ver a su mamá tan pálida.–Si mi amor, no te preocupes. ¿Me puedes traer un poco de jugo de naranja o de manzana con hielo en pedazos? –pidió Neyra con una leve sonrisa.–¿En serio Alex? –reclamó Neyra molesta, en cuanto paso el mareo.–¿Qué pasa mi amor?–Si tu mamá quiere, yo estaría más que feliz de estar con mis dos amores. –imitó con un tono de burla, visiblemente molesta.–El niño me preguntó, ¿qué querías que hiciera o qué más le podía responder? –dijo riendo después de ver la cara de enfado de ella. Sabía que cuando se lo proponía podía ser un fastidio, pero aun así la amaba, y le daba gracia verla enfada.–Pudiste decirle cualqui
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