Era como si por medio de ese suspiro encontrara las respuestas para saber qué decirle a Fernando. — No te odio —habló Daina suspirando pesadamente. —Es bueno escucharlo de ti, Daina — sonrió Fernando. — Escucha, solo dile a mi mamá que estoy bien, que no se preocupe — habló Fernando al otro lado de la línea haciendo que Daina colgará. Saliendo del baño un tanto perturbada, encontrándose con su hermana, quien la miraba, un tanto desconfiada, sabía que algo tenía. Daina sabía que algo estaba escondiendo. — ¿Quién te habló, Daina? —preguntó Rocío cruzando sus brazos. —Era un amigo, no te preocupes —habló Daina tratando de sonreír. — ¿Segura? —preguntó Rocío un tanto desconfiada. — ¿No será que te llamo Fernando y por eso estás de ese modo? — preguntó Rocío. Un tanto desconfiada, sabía que alguien la había perturbado o, mejor dicho, la había incomodado y puesto inquieta. —Si segura no tienes que preocuparte, yo estoy bien —habló Daina tratando de sonreír, pero en el fondo ella no e
Leer más