Ahora se veía diferente, quizás mejor. Estaba detrás de una mesa alta, completamente perpleja. Esos ojos castaños me miraban aterrados, y tuve que usar toda mi fuerza para contener a mi lobo, que deseaba gritar delante de todos los alfas que ella era mi mate… y besarla. Por la diosa, ¡cómo quería be

—No puedo hacer esto, ella me odia —le decía a mi lobo, viendo cómo ella se iba, determinada a no darme ni una oportunidad. —Tenemos que seguir a mate no la podemos dejar sola —Connor toma el control; él lo necesitaba y yo no podía negárselo.La observé y la observé por un buen tiempo. Demonios, el

—¡Tati no ha hecho nada malo! ¡Por favor!—Ella no es de la manada. Nuestra hermana ha sufrido bastante, sea lo que sea no tienen que hacer aquí —respondían de forma insolente. Yo rugía y ellos se asustaban.—Guerreros no es lo que piensan, no queremos hacerle daño, todo lo contrario— indicó David i

—Es maravillosa. Mira como me acepta sin miedo— añadió Connor orgulloso. Ella no pareció asustada cuando mi lobo se acercó. No tenía miedo ni desconfianza, sino todo lo contrario parecía contenta. Connor era grande y lo normal para cualquier humano sería salir corriendo, pero ella se inclinaba para

—¡Qué locuras dices! —exclamé sonrojada. —Ese hombre se babea por ti y tus curvas, cualquiera puede verlo— indicó y pasé todo el día angustiada con estas noticias. Mi infierno no eran varios círculos, sino un gran circulo que se repetía y yo no podía salir. Los lobos me perseguían, se iban a ir, p