2. A mí también me duele
— Señora está completamente equivocada, aunque eso en este momento ya no importa. — Tienes razón, al fin se deshizo de ti y te irás para siempre —, La suegra dijo con saña y tiró el acuerdo frente a Laura. Recoge los papeles del divorcio, le duele el corazón pero no hay lágrimas. No lo pensó antes, desde el principio del matrimonio no había usado ningún método para evitarlo pero el bebe nunca llegó. Quizá sería algo del destino, pero con lo ocurrido sin duda era lo mejor, separarse con un hijo en común alargaría el proceso y también lo tornaría mucho más doloroso. Laura aunque estaba con el corazón roto pensaba en cómo había comenzado aquel amor que pensaba que sería para toda la vida, todavía podía recordar cuando lo conoció, enigmático, inteligente, todo un caballero. Su trato, la manera en que la observaba con admiración, hizo que su corazón se emocionara como nunca antes. Para ella, la imagen de los hombres estaba deteriorada como resultado de un padre que salía con muchas
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