Ella releía el documento una y otra vez, le arrebate el papel y ahí mire que salió positivo. Mi corazón se llenó de una alegría indescriptible al ver esa simple palabra. — Felicidades Lucía — me dijo — vas a ser madre, esto está contra todo pronóstico médico. Ahora sí que Adriel y yo pudimos emocionarnos por la buena nueva, me dieron miles de recomendaciones y me calificaron como un embarazo de alto riesgo por lo que tuve que guardar reposo desde el mismo momento que llegue a la casa. — ¡Lucía! — gritó Aimee — ¡¿En dónde estás?! Aimee entró a mi cuarto, ella usaba un vestido de maternidad que la hacía ver sumamente hermosa, su barriga cada día crecía un poco más. — ¡¿Es cierto lo que me dijo Adriel?! — ella tomó mis manos con mucha ilusión — ¿Voy a ser tía por tercera vez? — Si — yo le sonreí — estoy embarazada, Dios se compadeció de mí y me envió un tercer hijo. Nosotras nos abrazamos, conversamos de nuestra maternidad hasta que se hizo de noche, en mi cuarto estaban todas las
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