Alexis: Anoche escogí muy bien el sitio al que la llevé, ese restaurante es un imán para las celebridades y los paparazzi siempre andan rondando por allí. Es natural que ahora varias fotos nuestras se encuentran en la portada de revistas de cotilleo internacionales. Imagino que a Vitorio Visconti le encantará ver lo bien que trato a su hermanita. Mi favorita de entre todas las fotografías es la mía besando su mano, la pulsera de diamantes bien visible y ella, mirándome con esos ojitos , que en vez de a punto de llorar parecían mirarme con todo el amor y la admiración que una recién casada siente por su marido. Estuvo perfecta. Si ella hubiese conocido el plan, las cosas no hubiesen salido tan bien. Estoy seguro de que alguna de esas revistas irá a parar a manos del Padrone, tarde o temprano. Por otro lado, anoche me llamó el viejo cretino de mi contador. Por suerte, las cuentas bancarias en Islas Caimán, Fiji, Guam y Palau también están a nombre de Sofía. A pesar de que le dij

Fiji:Realmente no vi mucho de la ciudad capital, Suva, porque no había acabado de bajar del jet y ya Alexis me estaba metiendo en un coche.Esa semana la pasamos en una casa en la playa, aislada y completamente sola para nosotros.A pesar de que no sé cocinar ni para salvar mi propia vida, él se las ingenió para que nos mantuvieran alimentados. A diario venía gente de no sé dónde y nos traían los alimentos recién cocinados.Estuvimos comiendo el kakoda que se prepara con mahi-mahi (pez limón) marinado con crema de coco, el rourou (una especie de puré a base de hojas de talo), el kassaua un plato dulce a base de tapioca, crema de coco, azúcar y puré de plátano, el duruka a la brasa.La Kava es la bebida nacional de Fiji hecha triturando la raíz de la planta de la pimienta que allí recibe el nombre de kawa y que se toma en una ceremonia tradicional denominada Yagona, sin embargo, mi secuestrador mafioso parecía echar de menos su vodka y se la pasó bebiendo aquello que a mí me supo a m

Anya: Forcejeo intentando quitarlo de encima, pero parece un león rabioso. —Suéltame ya. No me importan tus amenazas… Mañana pediré otra copia de los papeles y los firmarás . ¡De una vez por todas se acabará está pesadilla! Me besa, metiendo sus dedos en mi cabello, colándose entre mis piernas, mordiéndome los labios y metiéndome su lengua hasta la garganta. ¡No! ¡Esto no era lo que yo quería! ¡Otra falsa reconciliación, no! ¡Otra vez, estar de luna de miel una semana y luego que él comience con lo mismo, no! No quiero más infidelidades. No quiero volver a dormirme llorando. No quiero seguir desperdiciando mi juventud por un hombre que no me respeta y no me quiere. Que me odia porque lo amo, y tuve el atrevimiento de reclamarlo como mío. Se me han saltado las lágrimas. Este infierno ya no lo soporto. Oleksander gruñe sobre mi boca, pero no le correspondo el beso. —No lo permitiré, ¿me oyes, Anya? —Déjame ir. —Lo siento pero en la iglesia fueron muy claros, esto es hasta q

Sofía:Al aterrizar en Moscú, en vez de irnos a la mansión, Alexis me llevó a un edificio. Era un rascacielos situado en las inmediaciones de Moscú.El lugar me pareció común y corriente hasta que me di cuenta de que en cada habitación y cada piso habían guardias armados hasta los dientes.Igor se separó de nosotros y se quedó recibiendo informes del hombre al que había dejado a cargo en lo que él nos acompañaba a nuestro tour.Me sonrojo.Por momentos olvidé que nos acompañaba un team de guardaespaldas, pero no dudo que en las últimas semanas esos hombres nos hayan visto a mí y al Don…bueno.Ajá...Alexis me mete en el elevador sin dar explicaciones y yo me mantengo callada.Desde que dejamos Fiji ya no somos la pareja de recién casados que aparentábamos ser durante nuestro viaje. Él ha regresado a ser el mafioso implacable y yo su prisionera/ esposa por conveniencia.Pffff.Se abre la puerta del elevador, hemos subido al penthouse y él se encamina hacia una puerta bastante amplia.L

Vitorio Visconti: El clan Visconti es el clan de la serpiente, otras bestias pueden más veloces e incluso pueden provocar mayor daño físico, pero una serpiente, silenciosa, insidiosa, lenta y cuidadosamente se acerca a su presa y solo ataca cuando sabe que su ponzoña le segura la victoria. Observo el escudo de armas de mi clan. El cual muestra un par de montes, y entre ellos una mamba negra erguida y orgullosa, lanzando su veneno en proyectil, desde su boca, en un gran chorro. Sonrío. En mi juventud, mis amigos comentaban con frecuencia que aquello parecía el momento exacto en que un pene liberaba todo su semen después de una buena cogida, y no me molesta esa interpretación. Me haré una paja magistral, y le tiraré todo mi semen en la cara al ruso Ivanov cuando lo atrape. La vídeo llamada conecta y la mujer del otro lado me recibe con un bufido. —No tienes buen aspecto, cara. —Por supuesto que no. Tuve que dejarme golpear por los japoneses para que Alexis no sospeche de mí. Y no