Todos los capítulos de Switch. Te presto mi vida: Capítulo 41 - Capítulo 50
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39. “Fabio”
Me acerco a la tumba de aquella mujer, coloco el ramo de rosas rojas que le he comprado, dentro de un jarrón vacío que está al lado de una fotografía, donde se muestra muy sonriente al lado de sus dos hijos.Me siento sobre su tumba y estiro una mano hasta acariciar su imagen. Tuerzo una sonrisa, dedicándome a mirar a aquella guapa rubia que casi parecía estar sonriéndome. Carajo, ahora que tenía su lugar de descanso frente a mí, se sentía aun más incorrecto tener su corazón, por mi mente había pasado que, tal vez al venir a visitarla, aquella curiosidad sobre su vida, iba a parar, pero, lamentablemente no lo hacía, ahora más que nunca, quería saber cómo era ella, ¿su vida había sido realmente buena? ¿fue feliz?Niego con la cabeza, dejando salir un lento suspiro.—Gracias, Emma —susurro al fruncir los labios—, gracias por haberme dado una nueva oportunidad para vivir. Prometo que voy a cuidar de tu corazón, prometo que, trataré de ser inmensamente feliz, a como tú debiste de serlo an
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40. “El secreto”
Milú se pasea sobre mi cama, a cada cierto tiempo se echa y levanta una patita para lamerse, tuerzo una sonrisa, incapaz de dejar de mirarla, aquella cosita chiquita y blanca, era tan perfecta, que me provocaban tremendas ganas de querer comérmela.Yo me mantengo apoyando mi cabeza sobre los muslos de Kyle, dejándome llenar por aquellas agradables caricias de su mano al meterse dentro de mi cabello. Él está sumamente callado, tan solo era capaz los suaves suspiros que salen de sus labios.Muevo mi mano en dirección de Milú, esperando a que ella se acerque, lo que hace enseguida. Paso una mano por su pequeño cuerpo, sonriendo sin parar, demonios, ¿Cómo era posible haberme enamorado tan rápido de aquella pequeña gata? Jamás fui amante de los animales, por lo que, ni siquiera comprendía que fue lo que se me metió al querer tener uno.—¿Dónde estuviste en la tarde? —pregunta él al final, al dejar de acariciar mi cabello—, vine a verte, solo estaba Drake, con Milú.Trago saliva con fuerza,
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41. “Una visita inesperada”
Mis rodillas flaquean en cuanto abro la puerta y lo encuentro a él ahí, de pie frente a mí, pasando una mano por su canoso cabello con notoria incomodidad.Los ojos verdes del señor Morgan se clavan en los míos, mientras que en sus labios se dibuja una pequeña sonrisa cargada de timidez. Imaginé muchas veces este momento, me había hecho diversos escenarios de lo que pasaría cuando al fin volviera a verlo. En uno, me imaginaba diciéndole cosas horribles, en otro imaginé que simplemente sería capaz de golpearlo, pero, jamás imaginé que en realidad lo único que haría, sería perder el habla.Y sí, ahí estaba yo, completamente muda, con mi cuerpo tembloroso al no saber cómo actuar frente al hombre que me dio la vida y que, a la vez, fue capaz de abandonarme.—Un mes… dos meses, me la he pasado imaginando este momento por dos meses completos, hasta que fui capaz de decidirme a venir a verte —suelta al apoyar una mano en el marco de la puerta, descansando todo su peso en un solo pie—, he sid
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42. “La cena”
—Ahora me cuesta mucho trabajo verte —se queja mi madre en cuanto abro la puerta de mi departamento para que ella pueda ingresar, tuerzo una sonrisa al ver la cantidad de bolsas que carga, lo que se podía ver como comida, además de golosinas, la mujer sabía perfectamente lo que me gustaba y por ello, no paraba de sorprenderme.—¡Hola suegrita! No sabíamos que vendría de visita —la saluda Kyle al salir de la habitación, acomodándose la camiseta después de haberla pasado sobre su cabeza.Mi madre lo mira, manteniendo una ceja levantada, para luego observarme a mí, dedicándose a negar con la cabeza.—¿Vine en mal momento?—¡Que va! Ya hemos terminado —le aseguro al guiñarle un ojo—, íbamos a cenar, estás invitada.Ella chasquea la lengua, para luego soltar una risita cargada de diversión, al continuar observando a Kyle.—Es extraño saber que primero fuiste prometido de Layla y ahora lo eres de Ximena.—Creo que jamás pude considerarme prometido de Layla, Patricia —murmura él al dirigirse
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43. "El jefe"
—Realmente haces un buen trabajo aquí —Fabio se detiene tras de mi escritorio y se inclina para mirar el monitor, donde mantengo algunas hojas de vida abiertas, las cuales comenzaba a revisar para luego llamar a los posibles prospectos para trabajar en una firma de abogados—, los clientes están muy satisfechos de tu atención, eliges bien.Tuerzo una sonrisa, a la vez de que trato de ignorar la cercanía que aquel hombre está teniendo conmigo, su respiración choca contra la parte trasera de mi cuello, provocando que los vellos se me ericen.—Solo hago mi trabajo, no pasa nada.—¿Tienes algo que hacer al medio día? Te invito a almorzar —propone al retroceder, me giro en la silla para poder mirarlo.Joder, ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué parecía que Fabio aprovechaba cualquier oportunidad que se le presentase para acercarse a mí? Por lo general, él siempre me veía de una forma distinta, me sonreía con dulzura y por lo general, siempre me traía algo para comer en la mañana.Al principio lo t
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44. “¿Te gusta Layla”
—¿Qué te ocurre? Estás muy extraño.Drake me mira, torciendo una sonrisa mientras se dedica a negar con la cabeza.—Jamás, estoy bien, eres tú quien se nota algo nerviosa.—Drake, ¿te das cuenta de que nos conocemos desde que éramos peques? Está más que claro que algo te ocurre, así que anda, suelta la sopa.Un lento suspiro abandona sus labios, mientras se detiene frente a un local desocupado cerca de uno de los centros comerciales que pertenecen a la familia de Kyle, asiente con la cabeza hacia el local, tal y como si lo estuviera autorizando.—Ese es lindo.Y es que le había pedido a que me acompañara a buscar un lugar donde pudiera poner el pequeño restaurante con el que ahora soñaba, él ni siquiera me había preguntado el por qué, muy a pesar de que sabía que ahora tenía un trabajo estable. Pero, lo cierto era que, en verdad ya no quería trabajar más en la empresa de Fabio, había pensado tanto en lo que hablé con Kyle, que al final me di cuenta de que él tenía razón, probablemente
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45. “Reunión madre e hijas”
LaylaApoyo mi cabeza contra la pared, cierro los ojos y dejo salir un lento suspiro cargado de pesadez.Mi viaje a Japón me había ayudado para llenarme de paz, pasé algunos días con unos monjes, los cuales me enseñaron a encontrar mi paz interior, con ellos aprendí perdonar y cómo pedir perdón. Quería arreglar mi vida, y, al hacerlo, debía de comenzar con pedir perdón.Sabía que Ximena no tenía culpa alguna de todo lo que había pasado, el único culpable de ello, al final había sido el abuelo, la única persona que presionó a mi padre para hacer algo tan horrible como ello. Luego estaba mi padre, el pobre hombre había estado tan ciego por el poder, que no pensó bien en lo que hacía y aceptó, cometiendo con ello el peor error de su vida.Abro los ojos, tratando de pensar en una solución ante aquel problema, Ximena no quería verme ni en pintura, no creía en mi arrepentimiento, busqué a Drake, con la esperanza de que él pudiese ayudarme, pero al parecer, la chica estaba tan llena de odio
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46. “Una locura”
XimenaJamás imaginé que iba a llegar a divertirme con ese par de mujeres, tal y como lo estaba haciendo ahora.Primero fuimos juntas a cenar pizza, mi madre y Layla bebieron cerveza, mientras que yo debí de conformarme con una limonada con hierbabuena, gracias a la gran cantidad de pastillas que aún debía de tomar por el único motivo de cargar el corazón de alguien más.Reímos, hablamos e incluso, Layla había tomado una fotografía de las tres para postearla en las redes sociales, donde ya me había agregado a todas, lo que provocó que sonriera, incapaz de creer en lo fácil que me estaba resultando olvidarme de todo lo que esa chica me había hecho.Y es que, al ver su sonrisa, y en lo sincera que era su mirada, había comenzado a creer que su arrepentimiento era sincero. Después de todo, todos merecíamos una segunda oportunidad.—¡Ya! ¡Estoy lista! ¿Dónde vamos a ir a tatuarnos? —pregunta Layla al dejar la nueva lata de cerveza vacía sobre la mesa.Saco el móvil al sentir la llegada de
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47. "Un nuevo amor"
Layla —Entonces, al fin has logrado que te perdone —afirma Drake al sentarse frente a mí en la cafetería a la que lo había citado.—Sí, estoy tan feliz —le sonrío, estirando mis manos para tomar las suyas sobre la mesa—, incluso me he reconciliado con mi madre, ahora puedo decir que hemos comenzado a tener una bonita relación, incluso con Ximena, ahora soy capaz de ver en sus ojos un brillo diferente, ya no me odia.—Esa noticia me hace feliz, Layla —repone él al apretar mis manos—, fuiste una bruja, pero has cambiado, y soy de los que opina que todos merecemos una segunda oportunidad. —Gracias por ser el primero en brindarme esa oportunidad —lo miro fijamente, a la vez de que siento como mi corazón comienza a latir de una forma diferente. Drake había sido la primera persona a la que decidí acercarme, tratando de encontrar su perdón, pues, durante todo el tiempo que fingí ser Ximena, me había portado como una completa perra con él, cuando él tan solo había procurado ser una buena p
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48. “El desayuno”
Me despierto con un horrible dolor de cabeza, llevo una mano hasta mi frente, tratando de controlar la forma en que esta palpita sin parar. Trato de abrir los ojos, pero en cuanto lo hago, el fuerte resplandor del día, me obliga a cerrarlos otra vez.Joder, me había pasado con los tragos, pero, la había pasado tan bien, que me fue imposible lograr detenerme. Bailamos, cantamos, tragos iban y venían, mientras, además, parábamos por ratos solo para besarnos.Tuerzo una sonrisa, sintiendo como aquella enorme felicidad vuelve a invadirme… ¿hace cuánto no tenía una cita tan grandiosa a como la que había tenido anoche? Creo que nunca.Mi vida siempre se había basado en ser la chica perfecta, en ser recatada, bien vestida y portarme como la más educada en los eventos sociales, dejando de lado la diversión pura a como la había tenido al lado de Drake.Mi móvil suena a mi lado, mostrándome la llegada de un nuevo mensaje. Escucho un gruñido a mi lado, a la vez de que una mano rodea mi cintura,
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