Capítulo 1

Lucian abordó el avión con una pequeña maleta.

En junio, la temperatura en la ciudad de Washington es muy baja. Lleva una camisa blanca, pantalón de traje negro y zapatos de cuero brillante sin rastro de polvo, que se pueden usar como un espejo.

Las comisuras de sus labios están alzadas, mostrando una expresión seria, sacó la revista de negocios del maletín y le dio la vuelta.

A Lucian no le importaba que alguien se sentara a su lado. Centrándose en la revista, hay un articulo importante que obtiene toda su atención.

−Alcalde Landong, hola.

Una mano blanca se extendió hacia él, delicada y hermosa. Se puede ver que el propietario está muy bien mantenido. El hombre siguió la mano, su cabeza miró hacia arriba. Lucian se perdió en el rostro de la chica por un momento. Un segundo después se recupero rápidamente y dijo indiferente – Hola.

−Disculpe. − La mano de la mujer todavía estaba extendida − ¿El alcalde Landong, cree que le molesto?

−No − Extendió su mano y tomo la de la mujer, pero al instante Lucian rápidamente retiró su mano. Con una evidente confusión en sus ojos.

La mujer sonrió y retiró la mano sin sentirse avergonzada. Las comisuras de sus labios aún sonreían levemente

−¿El alcalde Landong cree que soy atrevida? Lo siento. Aunque lleva menos de un año en la ciudad, ha llevado a cabo reformas drásticas, con resultados evidentes. Así que, me tomé la libertad de saludar.

Los labios de Lucian se curvaron, pero su sonrisa no llegó al fondo de sus ojos. La gente suele hablar de burocracia y adulación. Nunca le ha gustado este comportamiento. − Simplemente estoy haciendo mi parte.

−No es fácil hacerlo − La mujer sonrió de nuevo, y cuando sonrió, su rostro se volvió un poco más lindo. Parecía segura de sí misma, con una falda bien entallada y una camisa de seda blanca. La hace ver astuta y capaz.

−Tienes mucha razon − asintió Lucian, su mirada volvió a la revista, no tenía la intención de seguir hablando con esta mujer. Ella le recordaba un pasado que no le hacía bien recordar.

−En realidad soy de New York. Nuestra empresa tiene algunos proyectos en la capital, así que vine aquí por negocios.

Lucian no respondió, y la mujer no expresaba molestia Mirando la cara de Lucian, dijo en voz baja. −Lo siento, olvidé presentarme. Mi nombre es Natalia Rinaldi, pero puedes llamarme Nat.

Lucian cortésmente giro la cabeza y, si no se lo perdió, el destello en los ojos de la mujer pareció ser una provocación.

− Señorita Rinaldi. – dijo.

−Es demasiado educado de su parte, llamarme señorita, como dije, puedes llamarme Nat.

Natalia, es una hija de grandes empresarios. Siempre ha confiado en su apariencia, conexiones y estatus. De hecho es la niña mimada de su padre.

La mano de Lucian que sostenía la revista se apretó, pero involuntariamente volvió la cara y miró con calma la sonrisa coqueta en el rostro de Natalia.

−Señorita Rinaldi, creo que no estamos familiarizados.

Su tono era frío, y sus ojos estaban más fríos, no había temperatura en ellos. Natalia no se inmuto por su temperamento.

−Jeje, sí, no somos personas conocidas. − Ella sonrió levemente, suspiró y pareció avergonzada. – Pero, no sé por qué veo al alcalde Langdon y me siento familiar, es como si lo hubiera visto antes. Así que, quiero hablar contigo. Solo unas pocas palabras, pero si le molesta, le pido disculpas.

−No − Lucian bajó la cabeza y continuó leyendo la revista.

Natalia vio que era ignorada por el, y también tomó la revista en el asiento delantero y leyó. En ese momento, se escucho la voz de una azafata, recordando a los pasajeros que el avión estaba a punto de despegar.

Pronto, el fuselaje blanco voló hacia el cielo. Lucian hojeó la revista y no se vio afectado en absoluto por el despegue del avión. En este momento, una leve fragancia salió de la punta de su nariz. Ese olor es claramente de …

Volviendo el rostro, miró a Natalia. Estaba mirando la revista con una mirada seria. El retrajo la mirada, volvió a colocar la revista en su lugar, ajustó su asiento y cerró los ojos para descansar.

Dos horas después, se escuchó una voz desde la cabina del avión anunciando que estaban a punto de aterrizar, y se invitó a los pasajeros a sentarse y prepararse.

Lucian abrió los ojos y se dio cuenta de que se había quedado dormido, casi todo el viaje.

−¿El alcalde Landong está despierto? – la chica observe como el avión aterrizaba en la pista. − Me desperté realmente a tiempo, el avión acaba de llegar.

Lucian, no dijo una palabra, viendo a algunos pasajeros no pudo evitar levantarse para tomar su equipaje, se sentó en el asiento y no se movió. Rara vez se quedaba dormido cuando volaba, pero ahora lo habia hecho. Ni siquiera sintio que el avión aterrizara.

Frotándose las cejas, atribuyó su sueño al hecho de que ayer leyó varios documentos, demasiado tarde. No respondió a las palabras de la mujer. El avión se detuvo y los pasajeros bajaron del avión uno tras otro.

Se puso de pie y se dispuso a salir. Cuando vio una pequeña caja de color blanco, en el costado de su maleta, la cremallera de la caja tenía un objeto decorativo.

El objeto decorativo es una mini foto fácil de tomar.

¿La persona en la foto es Franchesca?

El estaba realmente asombrado, había dos mujeres en la foto, dos mujeres que eran exactamente iguales.

−Alcalde Landong −la voz de Natalia sonó suavemente, suplicando un poco −¿Puede ayudarme con la maleta?

Lucian no habló, pero la maleta y se la entregó. Si miro bien,

¿la imagen de ahora muestra a Franchesca y esta mujer llamada Natalia?

−Ella es mi hermana − parecía estar murmurando la chica, para sí misma − Somos gemelas. Nos parecemos, ¿no?

«¿Franchesca tenía una gemela?»

Lucian no lo creía, esta mujer no le gusta. No dijo nada más se dió la vuelta para mirar por la ventana, ignorandola

 

 

 

 

 

 

 

 

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