Actuar trae consecuencias

*Thessa*

—¿Puedo tocarte?—pregunte cuando dude en recorrer su tórax o no.

—Soy todo tuyo mi Luna—respondió él tomando una de mis manos y apoyándola sobre su pecho desnudo.

Dibuje el recorrido de cada uno de sus músculos una y otra vez hasta que le saque la camisa.

Nos besamos nuevamente, Uziel gruñía sobre mis labios y no sabía si eso era bueno o era malo.

—Creo que es algo bueno—afirmo Dak ante mis pensamientos.

Me llevo a la cama y me recostó en medio, se separó de mis labios y recorrió con besos todo mi rostro para ir a mi cuello.

—Por la Diosa Luna—grite cuando Uziel mordió el lóbulo de mi oreja izquierda.

—No sabes lo deliciosa que es tu piel mi Luna—dijo Uziel continuando con los besos.

Siguió bajando y cuando estaba por llegar a mis pechos me sobresalte.

—Yo...—intente decir cubriéndome.

—¿Quieres que pare?—pregunto Uziel ante mi reacción.

—Tengo vergüenza—dije casi en un susurro.

Uziel se rio por mi respuesta.

—Eres hermosa y no sabes las ganas que tengo de recorrer cada centímetro de tu cuerpo Thes, pero si aún no estás lista, no quiero que hagas algo porque piensas que yo lo deseo—dijo él acariciando mi mejilla.

—¿Me puedo quedar a dormir contigo?—pregunte al final.

—¿Acabas de cambiar de tema?—pregunto Dak sin poder aguantar la risa.

Talento oculto, Dakota usa el sarcasmo, yo puedo cambiar de tema la conversación con tanta facilidad como a ella se le da ser sarcástica.

—Si mi Luna, ven—dijo Uziel acomodándose a un lado de la cama.

Se puso boca arriba con los brazos debajo de la cabeza, su pecho subía y bajaba, pero lo que más llamaba mi atención era su...

—Eso no nos entrara—dice Dak y yo me carcajeo en respuesta.

—¿Que te causa tanta gracia?—pregunta Uziel volteándose de lado.

—Solo...—empiezo, pero la vergüenza no me deja continuar.

—Me encantaría saber en qué piensas, cuando estemos enlazados podre reírme yo también—dice el acariciando mi mejilla.

—¿Has estado con muchas mujeres?—pregunte para cambiar de tema.

—Otra vez lo volviste hacer—dice Dak riéndose de mí.

—Tengo más de quinientos años Thes, ¿Eso responde a tu pregunta?—dice mi compañero destinado en respuesta.

—Creo que sí, yo nunca había besado a alguien—digo con rapidez y en voz baja.

—Lo sé, no sabes cuánto deseo que seas mía—dice Uziel con anhelo en la voz.

Lo empujo y me subo sobre él.

Bueno en realidad lo hace Dak, pero básicamente somos la misma persona.

—Tengo miedo—digo sinceramente.

—Me gustaría decirte que no te dolerá mi Luna, pero eso sería mentirte, lo haré lo más despacio que pueda y si no puedes soportarlo no volveré a insistir—dijo él tomándome de la cintura.

No le respondí, al menos no con palabras, lo besé, esta vez fui yo quien lo beso.

Al finalizar el beso por falta de aire continúe besándolo en la mejilla y luego en la oreja como había hecho él, al morder su lóbulo el lanzo un gruñido que le hizo vibrar todo el pecho.

Continúa besando y mordiendo su cuello y su tórax.

Pero al saber que si bajaba tenía que llegar hasta allí me frene y lo mire dudosa.

—Yo quiero estar encima de ti—dijo el cuándo me detuve.

Me moví y me acosté en la cama, lentamente Uziel se sacó el pantalón y el bóxer hasta que quedo completamente desnudo.

—Por la Diosa Luna—exclamo Dak al ver a nuestro compañero destinado completamente desnudo.

—Eres hermoso—dije sinceramente ante la visión del Rey de los Lobos.

Uziel se acercó y sin apoyar todo su peso sobre mí comenzó a besarme, pero también su mano derecha se movió por mi cuerpo acariciando suavemente todo a su paso.

—Quiero que seas sincera conmigo y me digas si no lo puedes soportar—dijo él cuando su mano llego a mi muslo izquierdo.

—Seré sincera—dije mirándolo a los ojos.

Uziel continuo con sus besos y su mano se dirigió a mi entre pierna.

Un gruñido salió de su boca cuando toco mi parte sensible.

Me acaricio por encima de la fina capa de hielo que cubría mi desnudes hasta que sin esfuerzo me la saco por las piernas, aunque bueno eso no era necesario ya que cuando la fina capa se despegó de mí se desintegro en el aire, cuando su mano regreso a ese lugar un gemido salió de mis labios por sus caricias.

—Estas muy húmeda mi Luna—dijo Uziel muy agitado.

—¿Eso es malo?—pregunte inocentemente.

—No—respondió y se llevó el dedo que tenía recorriendo mi humedad a la boca—es delicioso—dijo cuando termino de saborear mi sabor.

Me beso salvajemente mientras con su mano regresaba a mi entrepierna, metió uno de sus dedos en mí y cerré mis ojos disfrutando de su toque.

Una y otra vez metió y saco su dedo hasta que sentí que todos mis músculos se contraían pidiendo más.

—Córrete para mí—dijo sobre mi oído con la voz ronca.

Creo que así lo hice porque toda esa tensión desapareció en un abismo de placer haciéndome sentir que me hacía pedazos y me volvía a reconstruir en un instante.

—Por la Diosa Luna quiero más—dijo Dak completamente excitada.

—¿Cómo te sientes?—pregunto mi compañero destinado cuando normalice mi respiración.

—Increíble—respondí con una sonrisa.

—Me alegro mi Luna, ¿Quieres descansar?—pregunto nuevamente con cierta preocupación.

—Quiero más—dije sonrojándome en el proceso.

Uziel sonrió y luego me volvió a besar, primero empezó lento y suave, pero con el paso del tiempo el calor aumento y el deseo se hizo presente.

—Relájate—dijo posicionándose en mi entrepierna.

Me miro a los ojos y yo hice lo mismo.

Sentí como hacia presión para entrar hasta que lo logro y el dolor se hizo presente.

Se quedó quieto sin dejar de mirarme a los ojos.

—Espera—dijo cuando vio que intente moverme.

Me acaricio y me beso hasta que se internó más en mí, el dolor aparecía unos minutos y cuando se iba Uziel repetía la acción.

Salió de mí y se volvió a internar, casi por completo.

—¿Quieres que pare?—preguntó cuándo lo hizo por segunda vez.

—No, ya no duele tanto, me está empezando a gustar—dije sinceramente ante todas las sensaciones que me recorrían el cuerpo.

Me beso y repitió la acción varias veces hasta que uno de mis gemidos le dio una señal que él solo pudo interpretar.

Sus movimientos se intensificaron y se volvieron más fuertes y profundos.

—Te amo mi Luna—dijo sobre mi oído con la voz ronca y agitada.

—Yo también te amo mi Lobo—dije en respuesta a sus palabras.

Uziel me miro y me beso salvajemente como si mis palabras hubieran soltado algo en él.

Sus movimientos se volvieron más y más salvajes hasta que nuevamente sentí que todo mi cuerpo quería liberarse de una prisión que me estaba sofocando.

—Córrete conmigo mi Luna—dijo Uziel como si pudiera leer mi mente.

Mi cuerpo respondió a sus palabras y así lo hice, sentí que estallaba en mil pedazos y a Uziel le paso lo mismo porque maldijo de una forma incoherente y luego se desplomo sobre mí sin apoyar todo su peso.

—Esto ha sido increíble—dijo Dak cuando toda la sensación del orgasmo se terminó.

—Ven—dijo Uziel moviéndose en la cama y acomodándome sobre él.

Apoye mi cabeza sobre su pecho, escuche como su corazón se tranquilizaba y así como el suyo lo hizo el mío también se normalizo hasta que mis parpados ya no se abrieron más y el sueño me invadió.

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