Soy Alisa Walton...

Capítulo 4

Alisa…

−¡No! Si a ti, lo único que te interesa es estar con cuanta chica, puedas llevar a la cama ¿No es así? –espete dirigiéndome hacia él.

−Sí, para eso tengo el suficiente dinero para tener a la chica que se me antoje, digo si mi padre lo hace y hasta mamá también, ¡¿porque yo no?! –Dijo sobándose el estómago de todo lo que comió, si era un refractario grande y se acabó todo lo que preparé, solo dejo la porción que serví en mi plato. ¡Tragón!

−¡Pero tienes razón! Eso haré, llamaré a papá. – Tomando su celular, llamando a su padre–. Bueno papá, oye sabes me interesa mucho hacer las prácticas de la maestría en la empresa, así irme empapando sobre los asuntos de la empresa. –Dije muy convincente, para que no se diera cuenta que era otro mi interés.

−Pero hija… Yo no puedo enseñarte, sabes bien que ando fuera por negocios. −Abrasando a una brasileña en sus piernas.

−Sí, lo sé, pero puedes decirle al tío Edward que me enseñe. –comente llevando una de mis uñas a la boca, esperando su respuesta.

−Le llamaré para que te ponga a alguien, Edward por el momento anda de luna de miel y estará unos meses fuera. –Besando el escote de la brasileña, que tenía en sus piernas.

−Papá, estaba pensando que pongas a Larry, que él me enseñe sé que, es bueno en su trabajo y es la mano derecha del tío ¿Quién más? ¡Me negaré a que sea alguien más! Sabes bien que me gusta lo mejor de lo mejor, así que te pido que solo sea Larry el que me enseñe. –Dije haciendo changuitos, de que mi padre accediera a mi petición.

−Está bien, bebe… Será como tú quieras, llamaré a Edward para hacerle saber tus peticiones, solo porque sé que te harás cargo de la empresa, porque lo que es tu hermano solo no ha querido aprender nada. –comento en lo que hacía que la chica, que tenía en sus piernas se levantara, para seguirla a su habitación.

Recuerdo que brincaba de alegría, con solo el hecho de saber que estaría cerca de Larry, que si apenas y podía creerlo, ¡Regresare a Boston! Estaré cerca de Larry. Se me hizo larga la espera hasta que mi padre me confirmó lo que quería, que él sería mi mentor, así que arregle todo para llegar al departamento, que compartía con mi hermano. Al llegar a Boston fui directamente para instalarme, me moría porque fuera mañana, que sería cuando me presentara en la empresa. ¡Quería verlo! Solo esperaba que no se me notara mucho el entusiasmo, de querer estar cerca de él, me moriría de la vergüenza que se diera cuenta. ¡Vamos Alisa! A eso viniste ¡No te puedes acobardar ahora! Ya estás a más de medio camino, nada de echarse para atrás.

Esa mañana, me arregle con una blusa que me quedaba muy bien ajustada, Para que resalten mis senos, con una falda tubo abierto de atrás, con unos zapatos de aguja y mi pelo recogido, tome mi maletín y me presente en la empresa de mi tío. Llegué con la recepcionista y esta me indico, donde estaban las oficinas de presidencia ¡En verdad que me puse nerviosa! Pero debía controlarme.

 Pero con paso firme, llegue hasta donde estaba el elevador hasta que llegue a las oficinas, saliendo de ahí casi me atropella una mujer que llevaba una gabardina, con el pelo rojo la cual volteo para mirarme, pero no hice caso, así que, solo me seguí de largo hasta llegar con su secretaria, que ya se iba almorzar…

−Disculpe el Dr. Larry Dumont. –Su secretaria, creo que por el hecho de que ya se quería ir, solo me miro, con una sonrisa.

−Él está en su oficina, solo que no se si la puede atender, ¿Tiene cita? –Me pregunto mirando su ordenador, para checar mi nombre.

−¡Oh sí! Soy Alisa Walton, sabía que iba a venir. –Dije casi transpirando de los nervios, estaba a una puerta, solo una puerta para estar frente a él.

−Eh si, le anuncio. –Tomando su teléfono para informarle a Larry que yo había llegado, pero ¡No! Así no había soñado nuestro encuentro ¡Llámenme romántica empedernida! Es solo que he soñado por años, con este encuentro. Y se preguntarán ¿Cómo es que en diez años no nos hemos visto? Pues la respuesta es no, cada que yo llegaba de vacaciones, ya sea para navidad, año nuevo e inclusive por fallecimientos de familiares, él se iba como si no debiéramos encontrarnos. Como si los planetas no se alinearon, para que pudiéramos estar juntos, pero esa maldición terminaba hoy.

−¡No! –exclame casi como súplica, deja yo paso; digo quiero darle una sorpresa sabes, lo conozco desde hace mucho, sé que le dará gusto verme. − La secretaria hizo una mueca, pero me sonrió al final.

−Sí, pase. –Dijo un poco abrumada por la hora, me percate de eso así que le dije…

−Si quieres puedes ir por tu almuerzo, supongo que ya es tu hora. –Comente mirando mi reloj que marcaban las diez de la mañana, pero supongo que ella no había desayunado, se notaba por su cara.

−Si gracias, solo iré a la cafetería por algo ya que mi jefe, no me ha dado ni un respiro y la verdad muero de hambre. –Tomando su bolso para salir, sonriendo por lo que le dije.

Al dirigirme a la puerta de la oficina, esta estaba abierta así que sin más, él estaba de espaldas, cuando escucho que entre.

−¿Margarita se te ofrece algo? –pregunto aun metido en lo que estaba haciendo, buscando unos archivos o algo así, solo podía ver sus brazos que sobresalen de su silla.

−¡No, soy Margarita! Hola buenos días Larry, soy Alisa, me dijo mi tío que me reportara contigo.

Él se giró y podía jurar que hasta lo hizo en cámara lenta, solo me quede estática mirando la perfección hecha hombre ¡Dios es tan guapo! Yo solo estaba con una media sonrisa, que no podía hacer más o se me notaría lo eufórica que estaba.

Cuando era adolecente me encantaban las novelas románticas, donde el caballero miraba a la mujer, solo acudía a ella y la besaba con muchísima pasión, ese sueño era el mío solo que en este caso ¡Eso tendrá que esperar! No mucho, solo hasta que él sea mío.

Nos miramos a los ojos, su mirada conectó con la mía, sus ojos verdes resplandecía con un color que me mata, solo sentí su loción al instante, igual al que recuerdo y me replanteo en aquella ocasión cuando me llevó al aeropuerto ¡Lo hubiera besado! Al menos para tener con que coquetear un poco, sabría a qué saben sus labios, esos delegados labios ¡Que me llaman a besarle!

¡Contrólate Alisa! No solo puedes llegar y besarle ¿Qué pensaría de ti?, ¿Qué eres una demente? Pero la realidad es que ni siquiera puedo articular palabra, solo estoy embelesada viendo y puedo hasta jurar, que él está igual que yo, aunque solo sea mi deseo de gustarle.

Hola soy Alisa Walton y este es mi diario, donde les contaré mi historia sobre una pasión de un hombre del cual me he enamorado, desde que era una adolecente−Hola buenas tardes Larry, soy Alisa, me dijo mi tío que me reportara contigo…

Larry…

−Eh si perdón, estaba mi mente en otro lado.− Recojo los papeles en el suelo que desde mi perspectiva observo sus piernas, con sus tacones Jimmy Choo color ocre que hacen ver sus piernas muy largas y sensuales, sino dejo de mirarla simplemente voy a reventar, trato de ocultar parte de mi hombría, con los papeles que los pongo en ese nivel y discretamente me siento en mi escritorio.

−Pero siéntate, si me dijo Edward que vendrías, dime ¿Con qué quieres empezar? –Pregunto tratando de solo mirar sus ojos, pero me es imposible bajar un poco la vista para observar sus senos, los cuales desde la última vez que los vi, bueno que les digo; ahora tan redondos y perfectos que se asoman un poco del escote de su blusa, tal parece que va a reventar, -vuelvo a carraspear mi garganta. – Bien, dime.

Alisa…

−Bueno yo estaba pensando, en conocer la empresa primero, así como toda su estructura, ya después meterme en materia.  – Al entrar a su oficina, me parecía un sueño estar ahí con Larry, tan cerca ya que los últimos años solo lo veía por fotos ¡Dios es tan guapo! Cada vez que sus ojos verdes me miran siento que me derrito, muerdo mi labio al ver que se acerca a mí para salir de su oficina.

Larry…

−Claro, si vamos te daré un tour por todas las oficinas. −Ella se levanta, pero al hacerlo me da el aroma de su fragancia que entra en mis fosas nasales, las cuales solo hacen que me estremezca ¡Dios! La tengo tan cerca. Entramos al elevador el cual comienza a bajar hasta la primera planta, donde iniciaremos nuestro recorrido, cuando noto que un puñado de gente entra al mismo elevador haciendo que vayamos apretados, ella está delante de mí, se recorre cada vez más hasta sentir sus posaderas muy cerca de mi cuerpo, el cual no deja de reaccionar.

La gente, se recorre, pero haciendo que ella quede cada vez más pegada hacia a mí, casi me rosa mis pantalones, trato de pensar en otra cosa, para que mi miembro no haga nada que pudiera avergonzarme, pero la realidad es que lo que quería hacer es voltearla y ponerla entre mis brazos para besarla, aunque la multitud estuviera aquí, hacerles saber que ella es mía solo mía.

Alisa…

−Cuando la gente en el ascensor entra, solo me queda recorrerme sé que está detrás de mí, siento su aroma y casi lo puedo sentir rozando mi falda detrás de mí, solo cierro los ojos para soñar que me volteo para besarlo, observó cómo las mujeres lo miran y realmente siento que quisiera posarme en sus brazos para que sepan que él, es solo mío he venido por él y no se los pienso dejar.

Larry…

Tín, tín, tín −Suena el elevador para poder salir, trato de acomodar mi pantalón y pensar que no pasó nada, solo suspiro al salir de esa caja enorme dando lugar a que ella salga primero, comienzo presentarla con los empleados desde la recepción, hasta llegar a los de más alto nivel.

Alisa, por sí sola brilla con su cabello rojo y lo sexy que es, hace que todos volteen a verla, el hecho es que todos murmuran al verme con ella, con su metro sesenta y su sonrisa que ilumina, aunque cuando era más joven nunca fue nada amable, ahora es una joven agradable con sus 25 años que pareciera aún más joven de lo que en realidad es.

Alisa…

−Al iniciar el recorrido observó como las empleadas me clavan la mirada, si voy con el hombre con el que sueñan todas, pero que creen, seguirán soñando porque desde ahora haré todo lo que esté a mi alcance para que me corresponda, quisiera llevarlo de la mano, como si me estuviera esperando, aunque solo es un sueño, dicen que los sueños se hacen realidad.

Cuando estaba fuera del país, solo pensaba ¿Cómo sería estar cerca de Larry?, ¿Cómo sería trabajar con él? No desaprovechare esta oportunidad ¡No señor! Así tenga que tatuarle mi nombre, para que sepan que de ahora en adelante este hombre tiene dueña.

Larry…

−Terminamos el recorrido y regresamos a mi oficina, en la cual estaba Margarita solo esperando para darme unos documentos que tenía que firmar, los tomo, le doy las gracias entrando a mi oficina y detrás entra ella, para tomar asiento enfrente de mi escritorio.

Comienzo a hojear las páginas y al tomar el bolígrafo por los nervios solo cae al suelo, me apresuro a recogerlo, pero en el proceso, quedo en shock ante aquella imagen que me regalaba aquella vista. Alisa había abierto sus piernas, para que observará su ropa interior de encaje, que a todas luces ella estaba haciendo intencional, trato de salir de mi trance y me levanto, pero en el proceso me pegó en el escritorio, el cual sonó fuerte del golpe.

Alisa…

−Hice algo que solo fue para saber si no le soy indiferente, necesito saber su reacción, así que en la mañana venía dispuesta a todo, me puse mi ropa interior de encaje, ya que cuando la compré lo hice pensando en él. Cuando a Larry se le cae el bolígrafo, yo solo abro mis piernas, para que vieras mis bragas ya que las compre exclusivamente para él, pero escuche un golpe fuerte cuando se levantó ¿Será que lo perturbe? –¿Está bien, Larry? –pregunte consciente de mi travesura.

−Eh si, si, solo me golpee en el escritorio, pero si estoy bien. –Sobándose en la cabeza, realmente sé que lo perturbe viendo mi dulce, adornado con esa ropa.

−Ahora sí estoy completamente segura, que no le soy indiferente, realmente me puedo sacar un diez al pensar todo lo que estoy haciendo, para que él me corresponda, pero al verlo que se soba la cabeza, solo quisiera correr y darle de besos para que no sienta dolor, así que mejor voy al punto. –Bueno, creo que es hora de que me digas en ¿Dónde voy a tener mi oficina? –pregunto un poco indiferente, haciéndome tonta de que lo que acabo de hacer, lo hice realmente consciente para perturbarlo.

−Oh siii, bueno tu oficina estará al lado de la mía, para que cuando necesites preguntar algo puedes hacerlo con confianza, Margarita te llevara para que te instales. –Marcando a Margarita para que entre.

−Sí, dígame señor.

−Puedes llevar a la señorita a su oficina, pedí que ya la tuvieran lista. –Buscando algunos archivos de mi ordenador.

−Claro que sí señor, por aquí señorita. –Saliendo las dos de mi oficina.

Larry…

Cuando vi que desapareció, sentí que mi alma solo respiro, mis nervios estaban destrozados, no podía pensar después de la imagen que ella me había regalado, solo siento que esta noche no podré dormir, que solo de pensar en tener cerca a Alisa, todo ese tiempo va a ser un suplicio, pero en realidad también es un regalo, uno que nunca pensé que la vida me daría.

Alisa…

−Después de que salí de su oficina, solo tenía una sonrisa en la boca, sé que vio mi ropa interior, quería gritar de la emoción, si mi amor esa ropa es para ti, para que solo tú me la veas, en cuanto llego a mi oficina la cierro para dar saltos de alegría, ya estoy aquí y no me iré hasta que esté con él, a eso vine y no me iré hasta conseguirlo.

Mi padre me marca para preguntarme si ya estoy instalada, sobre todo para saber si Larry me recibió bien, a lo cual yo le contesto diciendo puras flores de él, solo espero y no se dé cuenta de mis intenciones, después de que cuelgo le llamo a mi secretaria, para persuadir sobre mi hombre.

−¿Beatriz te llamas? No es así. –pregunto cómo boba con una sonrisa en la boca, pero debo saber todo, para saber cómo actuar de ahora en adelante.

−Sí, señorita. –Sentándose en una de las sillas, que están enfrente de mi escritorio.

−Bien dime Beatriz ¿Cuánto tiempo tienes en la empresa? –pregunto recargándome en el respaldo de mi asiento, que la verdad que si no lo hago no podré aguantar mi emoción.

−Casi, casi, tengo cinco años, señorita. –Un poco abrumada por la pregunta.

−Bien Beatriz te seré honesta, como sabes he venido a la empresa de mi tío para aprender sobre los negocios de la familia así, que necesito saber algo sobre mi mentor, sabes sobre todo que estaré mucho tiempo con él y quiero saber sino incomodo a nadie, tu sabes si él tiene novia o una amante de la cual debe preocuparme.

No, porque me interese Larry, no me mal entiendas, es que no quiero que si tiene a alguien, pueda pensar mal; de que yo no saldré de su oficina en los últimos meses, sabes cómo son los chismes, es por eso que pregunto. –‹‹Mentirosa te saldrá la nariz de pinocho, me digo a mi misma en mi mente.››

−Pues señorita, es que como sabe yo no puedo divulgar nada sobre el vicepresidente, si sabe que yo cuento lo que se dé la empresa puede despedirme. –Dice un poco temerosa, al contestarme.

−Sí, lo sé, pero solo no quisiera cometer una indiscreción o estar tan cerca, si es que después él va a tener problemas, estaré muy, pero muy cerca y me da pesar causarle algún problema, no te preocupes que de aquí no saldrá nada. –digo con una sonrisa que le de confianza, para que comience hablar, pero estoy a punto de hacerle una transferencia de dinero para que hable sin reservas, lose, lose, soy una desesperada, pero él lo vale.

Continuara…

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