CAPÍTULO CUATRO

“Hay almas que se encuentran a pesar de todas las advertencias de la vida, simplemente porque se pertenecen”.

AURORA

Hay muchas cosas que logran que mi mente se calme y una de ellas es estar en aula, como en la que estoy ahora mismo, el estar explicando sobre los diferentes precursores del renacentismo como son Dante Alighieri, Francisco Petrarca, Juan Bocaccio y Juan Giotto. Hablar de ellos es como volver a esa época y verlos escribiendo con su pluma e utilizando una simple vela para alumbrarse, es mágico, la escritura me encanta, me fascina, la vivo, la siento, la disfruto en todo su esplendor, el leer o escribir para mi es despegarme de mi realidad.

Así estoy hablando de ellos cuando me interrumpen con un paquete, son unas rosas combinadas entre blancas y rojas, las que me gustan, me las entregan, se escuchan los suspiros de las chicas, y yo solo pienso, ¿quién me ha enviado esto? ¿Será alguno de mis compañeros o algún alumno? miro curiosa  la tarjeta que trae y me deja fría el saber de quién es.

“Loco por volver a sentirte” Tu eterno amor, Nahuel

No, creí que la orden de restricción que tiene le había dejado entendido que no quiero saber nada de él, luego de un año sin aparecer, creí de verdad que nunca sabría de él, Dios que estoy pagando.

Termino mi clase sin problemas a pesar de la gran impresión del regalo, recojo todo junto con las flores y cuando salgo la dejo en el primer zafacón que encuentro, no quiero absolutamente nada de él.

Cuando ya estoy tranquila y de camino a mi apartamento alguien se posa delante de mí, subo mi mirada al percatarme y me encuentro con unos ojos verdes que ya conozco llenos de peligro, lujuria y fuerza, frente a mi esta Ethan Cordona, luciendo un traje que le queda como un guante y le realza cada parte de su cuerpo.

— Hola Aurora, que gusto verte de nuevo — saborea mi nombre como si fuese el mejor vino.

— Eh… — me aclaro la garganta — Hola Ethan.

— Me alegra que te acuerdes de mi nombre — dice con picardía, este hombre todo lo que le sale es pura sensualidad.

— Soy buena memorizando.

— Yo también, hay cosas que no se pueden olvidar — siento que lo dice por lo del beso y me hace sonrojar — estoy aquí buscando a mi hermanita, pero al verte no quería desaprovechar la oportunidad, quiero hablar contigo, ¿Te gustaría tomar un café conmigo mañana? — que educado para tener pinta de mujeriego.

— ¿Mañana? 

— Si, quiero hablar contigo de lo que sucedió en el ascensor — se acerca a mi oído — no puedo olvidar ese momento — se me eriza la piel, su aliento, su voz, es pura ambrosía.

— Bien — toso y doy un paso atrás, no vaya y cometa una locura en mi trabajo — Está bien, tomaré ese café, para que hablemos, solo eso — le advierto y sonrie picaro.

— Excelente — sonríe de medio lado, lo que lo hace mas sensual de lo que es, estoy segura que las chicas a mi alrededor también se le esfumaron las bragas, ya las mías ni se donde estan solo con esa sonrisa — te recojo aquí a esta misma hora — me da un beso en la mejilla — te veo mañana hermosa.

Se va y me deja toda temblorosa, me calmo, trato de caminar lo más erguida posible a pesar de lo que siento, creo que acepte demasiado fácil, pero es que me descoloca, con estos mellizos siento un imán que es inevitable para mi rechazarlos, no entiendo nada de nada.

Entro al edificio directo al ascensor, pienso, ¿Será que los conocí en algún momento de mi niñez? podría ser, pero no me acuerdo para nada de haber visto alguna vez esos hermosos ojos verdes, claro, en mis sueños si, pero cualquiera puede soñar aunque no como yo con tan exacto color como el de ellos, el ángel de la historia que estoy escribiendo lo tiene así, la historia de la cual siempre sueño y que me he decido que es hora de escribir sobre ello.

Estoy distraída ya dentro del ascensor creyendo que subire sola y a salvo, pero no, el destino me los da a dos por uno y Edan para las puertas a tiempo, me quedo petrificada viéndolo en su uniforme de doctor sexy que hace que mis hormonas se revolucionan y me hagan una guerra para que lo coja y lo viole.

Sacudo mi cabeza, ya no sé ni lo que pienso.

— ¡Uf! creí que no lo lograría — dice aliviado sin reparar en mí — disculpa si te asusté.

— No hay problema — al escucharme voltea rápido, cuidado si le da una tortícolis.

— Aurora — no sabía que mi nombre se podía escuchar tan sensual hasta que estos mellizos lo pronuncian, morire, esto es seguro.

— Si, esa soy yo — se acercó a mí tan rápido que no lo vi venir.

— He querido hacer esto desde que te vi en mi oficina — y antes de que pregunte que era ¡Me besa! 

Sus manos atrapando mi cara con suavidad, para empezar un beso lento, identificable, pero que para mi era más entrañable, como si me muriera de sed y el fuese el agua que necesitara, mis manos salieron de la impresión del momento y fueron a para a su cuello para acercarme más, eso fue un detonante para el donde una de sus manos la subió a mi cabello para agarrarlo con fuerza y profundizar más el beso, volverlo más intenso, fuerte, más… exigente.

Sin poder evitar la pasión que sentíamos el uno por el otro, que para mí era incomprensible en ese momento, subí una pierna para sentirlo más cerca, en eso él saca tajada de ese momento y con sus fuertes brazos me carga, rodeando yo sus cintura con mis piernas.

En ascensor llega a nuestro piso y no paramos, el sale conmigo encima directo a su puerta, yo gustosa en una nube haría lo que sea con él ahora mismo, mi mente no funcionaba y que ni decir de mi cuerpo, solo respondía a sus besos y caricias, queria que esto llegara a mas, no me importaba nada.

Pero el sonido de un celular sonando, con la canción de crazy in love de Beyoncé, hace que mi compañero que comparte el fuego arrasador que sentimos, despierta de su hipnosis, me baja apurado, se pone más rojo que su cabello y solo me dice:

— No se que me pasa contigo… lo siento — se pasa las manos por la cara —¿Qué es lo que me haces? — con esa pregunta me deja y entra a su apartamento dejándome temblando, palpitando y muy mojada a la par de extremadamente avergonzada.

¡Hay diosito! ¿Qué es esto?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo