“ El amor no consiste solamente en mirarse el uno al otro, sino en mirar juntos en la misma dirección”.

AURORA

Parpadeo ubicandome, por lo que veo estoy en mi sala, pero me inquieto al darme cuenta que estoy en un silla, con las manos amarradas detrás y los pies en cada pata de esta, me remuevo tratando de soltarme sin éxito, aunque vuelvo a tratar.

— No podrás soltarte por más que lo intentes — escucho la voz de mi pesadilla, está sentado en uno de los sofás, no lo había visto porque estaba en un rincón en la oscuridad, hasta que prendió la lamparita para que lo mirara.

— ¡Suéltame! — le grito.

— No, cariño, eso no va a pasar —se levanta del sillón acercándose lentamente y yo sigo moviendome, tratando de soltarme.

— ¡¿Qu-e quieres de mi?!

— Yo solo quería que volvieras conmigo, cumplí el castigo, ¡debias esperarme y no enredarte con nadie! — grita encolerizado — ¡Menos con dos hombres a la vez! ¡Puta!

— Una orden de alejamiento no es un castigo de niños, ¡Casi me matas!

— Es que no