Capítulo 2

Enzo

Hola, soy Enzo cumplo cinco mil años en cinco días, seré el alfa real milenario, buscando a mi pareja hace dos mil años, soy hijo único. Porque Erik y Sofía le pidieron un hijo a la diosa luna y eso les dio un único hijo.

Soy alto mido 1.90, mis ojos son verde, como mi padre, mi lobo es negro.

Aquí estamos desnudos el despacho de mi padre con Izan mi beta y Joel mi delta.

—Esto no puede seguir así —dice mi padre con vos de alfa milenario-

—ustedes son los que se encargaran de la manada milenaria, tú— exige mi padre y me señala

—te estás equivocando, no estás escuchando lo que dice tu delta— dice en voz baja y deja caer cabeza entre sus manos, dice en voz baja

—que será de mi manada en manos de estos inconscientes.

—Joel, si tu alfa no te escucha no hay equilibrio entre ustedes.

—El alfa es poder, liderazgo — hace una pausa.

—El beta es la mano derecha y toma el riesgo de seguir a su alfa.

—Y tu el delta, es el que escucha y son capaces de hacer acuerdos, donde unos respetan a otros como iguales y aceptan cierto acuerdo de justicia. Deberían escucharte y …

—Padre, no seas injusto con Joel— replico, pasando mi mano por mi cabello.

—Injusto— grita mi padre mientras se levanta de su silla.

—dime que es injusto que una manada se destruya por un trío de lobos inmaduros que solo se preocupan por su propio bienestar y el de los demás miembros con que se quedan. Entonces dime que es injusto —ordena el alfa real de mi padre, lo sé porque en estos momentos tiene los ojos negros y sus manos convertidas en garras y simplemente bajamos la cabeza porque mirar a un alfa milenario a los ojos es una falta imperdonable.

— Fuera de aquí ahora— grita mi padre enojado.

Salimos y encontramos un grupo de alfas y sus familias en la sala, mi madre se nos acerca y me abraza y desprende ese olor único que hace que nos relajemos

— hijo— toma mi rostro entre sus manos.

—lo sé madre— le doy un beso en la mejilla y entro a mi recámara.

*Maslo, sé que estuvo mal.* estoy sentado en mi sofá.

Siempre debes pensar que nuestras acciones tienen consecuencias* dice mi lobo y pienso en lo que paso, mi beta y yo solo queríamos divertirnos, estábamos en una cabaña que cerca al acantilado había algunas lobas y un grupo de lobos y que no nos dimos cuenta de que estábamos en peligro.

Los Rogers llegaron y secuestraron algunas lobas y quemaron la cabaña, todavía estábamos allí cuando sucedió, no nos dimos cuenta hasta se propagó el fuego.

La diosa luna estuvo de nuestro lado y nadie resultó herido y las lobas ya están en sus hogares.

*que voy a hacer, Maslo, para que el alfa vuelva a creer, estoy listo para tomar el control.*gruño y echo la cabeza hacia atrás.

Salto por la ventana del dormitorio. Salgo a correr y dejo que Maslo tome el control de mí. No quiero estar cerca de nadie, solo quiero suponer que esta es la única manera en que puedo despejar mi mente.

*Maslo quiero cazar.* Maslo se detiene y olfatea allí, un rastro de olor a venado a unos cincuenta metros Maslo corre, esquiva, árboles y se detiene a unos metros del venado y salta sobre él y lo agarra del cuello así asfixiándolo…

Diosa luna, cuando estaré con mi mate la he esperado durante siglos, solo quiero poder disfrutar los momentos con ella, tener nuestros cachorros y salir a cazar para ella.

Después de haber casado y estirar sus patas, decido irme a casa, ya que hoy será la cena de bienvenida a los alfas.

Llevo al castillo y tomo mi forma humana, uno de los guardias me da unos jeans, me los pongo y dirijo a mi recámara en donde busco ropa adecuada para la cena de esta noche.

En el baño calmo mis necesidades y luego me ducho, me tomo mi tiempo…

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