Pov Ally

Me rehusaba abrir mis ojos ante el insoportable sonido de la alarma de mi celular, abrí lentamente mis ojos e inmediatamente los volví a cerrar al sentir los rayos de sol sobre mi cara. Estire mis brazos y mi cuerpo, me levanté de mi cama colocando cada uno de mis pies en el piso y caminé hacia el baño para poder hacer mis necesidades, incluyendo mi aseo personal.

- Allyson Sofía  prepara el desayuno - Mi "querida" madrastra me dijo con su característico tono autoritario.

La ignore totalmente, saque mi leche del refrigerador, un tazón de la platera y mi cereal.

- ¿¡ESTAS SORDA ACASO!? - me dijo jalándome del brazo.

- ¡SUELTAME! si no quieres que este tazón de cereal termine en tus falsas extensiones.

Mariana me soltó, y ambas nos dimos una mirada retadora.

-¿QUE SON ESOS GRITOS? - mi padre bajo de las escaleras mirándonos a ambas.

- Tú hija rebelde que no puede ser acomedida y preparar el desayuno - Mi madrastra le dio la queja a mi papá.

Mi papá negó con su cabeza y me miró muy serio.

- ¿Cuantas veces debo repetirte que debes de obedecer a Mariana? - Me quedé en silencio - mejor date prisa y vete a la universidad.

Mariana me sonrió petulante y beso a mi padre en los labios, lo que hizo revolver mi estómago y que mi hambre se fuera por completo.

Coloque mis audífonos en cada uno de mis oídos, después coloque mi mochila en mi hombro, abrí la puerta y salí sin siquiera decir adiós.

Iba caminando por las Elenas al ritmo de la canción de "Rolling in the Deep" de Adele, cuando me sobresalte al sentir que me hicieron cosquillas.

- ¡Buuu! - me quite uno de mis audífonos y miré a mi mejor amiga quien me miraba divertida.

- Algún día me vas a matar si me sigues dando esos sustos Laura - Le reclamé y ella me sonrió.

- ¡Me encanta asustarte! - se quedó Callada y observo atenta mi rostro - ¿Qué te pasa Ally?... No me digas, mejor adivinó. Tú madrastra de nuevo ¿Verdad?

- No tienes idea de cuánto maldigo la hora en que mi padre la conoció, el cambio mucho desde que está con ella, agradezco de que Vale este donde mi abuela porque si no, de seguro le da un ataque de asma de nuevo al escucharnos discutir.

- amiga mía, sé que es difícil alquilar un departamento con el salario que recibes de mesera ya que tú te pagas la universidad, pero deberías alquilar alguno económico y llevarte a Vale - Laura me propuso esa idea y la verdad es que no me desagrado para nada.

- tienes razón, quizá le haga un préstamo a mi jefa y vea algunos departamentos para poder irme con Vale, pero debo esperar unos días en lo que Vale regresa de donde la abuela y preguntarle si se quiere ir a vivir conmigo.

- Estoy segura de que Vale va a querer, hasta a mí me provoca querer salir corriendo de tu casa cuando está ahí tú madrastra - Laura hizo una mueca que me hizo reír.

- Solo espero de que mi papá deje que Vale se vaya a vivir conmigo, ella aún es menor de edad, así que no puedo llevármela así como así, debo tener su autorización.

- ¡La secuestramos!

- No Laura esa no es buena idea.

- Si no... Podemos contratar a alguien para que secuestre a tu madrastra y que venda sus órganos.

- ¡WTF! Laura ya no veas esos programas de crímenes porque te afectan - Le dije dándole golpes en su frente con mis dedos.

Llegamos a la universidad y nos fuimos a nuestro salón a recibir clases junto con Laura.

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Al salir de la universidad estaba esperando a Laura cuando recibí un mensaje de mi jefa diciéndome que tenía un nuevo cliente, Laura salió del baño y camino al lavabo a lavarse las manos, guarde mi celular rápidamente en mi bolsillo, cuando ella venía hacia a mí, Laura me vio con una ceja alzada y torció su boca.

- ¿Porque guardas así el celular? ¿Qué ocultas? - me preguntó ahora con una sonrisa pícara.

- ¡Nada! Mi papá quiere que vaya a casa lo antes posible, tengo que irme. Bye. - me despedí de ella antes de que siguiera con sus preguntas, y caminé decidida a ir atender a mi nuevo cliente.

Pov Elena

Flashback Elena Bravo:

Me encuentro jugando con mis muñecos mientras veía una de mis películas favoritas de Disney, me encantaba ver cómo el príncipe iba detrás de Cenicienta después de darse cuenta que era la chica que tanto estaba esperando, no paraba de sonreír al pensar que cuando sea grande yo también encontraré el amor, remoje mi galleta oreo en mi leche y me la metí a la boca. Escuché la puerta abrirse y al poco tiempo mi papá corría hacia a mí con sus extendidos.

- ¡Mi ratona! - mi papá me alzó en sus brazos y me dio muchos besos en mi rostro.

- ¡Papi! - le dije riéndome por las cosquillas que me provocaba su bigote.

- ¡Amor, llegaste a tiempo para la cena! - mi mamá se acercó a mí papá con su típica gabacha color rojo y le dio un beso a papá en los labios.

Yo sonreí al verlos, a pesar de tener solo 6 años ya era muy fan de las historias de amor, pero sobre todo amaba la historia de amor de mis papás.

Fin del flashback.

"Amaba" hasta que con el pasar del tiempo el amor entre mis padres se acabó, todo eran gritos y peleas entre ellos, ya nunca se daban un beso, ya no dormían en la misma habitación, casi ni se hablaban...

Hasta que llegó el día que más odie en mi vida... "El día del divorció" el día en el cual mis padres me rompieron el corazón y el que me hizo entender que el amor no es para siempre, que el amor no existe o que es momentáneo... ¿Entonces para que amar? Si a la final el corazón quedará hecho pedazos, así como quedó el corazón de mi madre.

No podía permitir que a mí me pasará lo mismo, no podía permitir que alguien tuviera el control sobre mí y que me destruyera sin piedad alguna. Viví esa experiencia tan horrible desde pequeña por medio de mi madre, simplemente deje de creer en ese amor que me vendieron desde pequeña... Es falso, como todo cuento de hadas  solo existe en nuestra imaginación. Mis padres me robaron la esperanza de creer que el amor es incondicional, real y para siempre.

¿Cómo creer en el amor? Si mi padre mil veces me dijo que me amaba y aun así no le importó y se marchó.

— ¡ELENA BRAVO DESPIERTA!

Escuché el gritó reprochado de mi madre, pero me dolía tanto la cabeza que no podía si quiera abrir los ojos.

— Mamá ¿Puedes dejarme dormir? ¡Me duele demasiado la cabeza! — Le pedí colocando mi almohada encima de mi cabeza.

Sentí como había quitado las sábanas que cubrían mi cuerpo, escuché el sonido de las cortinas abrirse y sentí el sol que pego fuerte sobre mi cara.

- ¡No es posible Elena Bravo! ¿Cuándo vas a entender que hay una vida más allá de las fiestas? — No le respondí a mi mamá ya que no estaba de humor para discutir tan temprano — ve a bañarte rápido, te cambias y bajas a desayunar.

Escuché los pasos de mi mamá al salir de la habitación, restregué mis ojos y estire todo mi cuerpo, sostuve mi cabeza al sentarme en la cama y me levanté torpemente hacia la ducha.

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- ¿Seguirás viéndome de esa forma  mamá? — le pregunté mientras comía de plato de cereal.

- Es que no puedo creer que tu vida sea solo andar de fiesta en fiesta Elena, además que cada noche te veo besándote con una chica diferente fuera de la casa... ¡Por Dios hija, sosiégate ya! — solté un suspiro y me levanté de la mesa, me acerque a mi mamá y le di un beso en su mejilla.

- Vida sola hay una madre y hay que vivirla como se debe — tomé mi mochila y le di una sonrisa a mi madre antes de cerrar la puerta e irme.