Capítulo 1: Primer día de clases

Capítulo 1: Primer día de clases.

9 años después...

—Escúchame bien Alyssa Sofía Spencer. —Empezó a decir Celia mientras entraban al aparcamiento del Instituto. Alyssa se estremeció, que su hermana dijera su nombre completo solo significaba una buena reprimenda. —No quiero que te metas en más problemas este año. —Demandó con voz firme y la rubia resopló.

—Tú también te metes en problemas, Lia. —Contestó Alyssa tomando su mochila y saliendo del auto.

—Eso es solo porque tú me convences.  —Se defendió la castaña ya no tan castaña. Ese año, Celia había decidido teñirse las puntas de su cabello de color rubio.

—Porque soy la reina del convencimiento, hermanita. —Alyssa acomodó su cabello y le guiñó un ojo a su hermana desde la ventana de su auto.

—Sí, si, como sea, el punto es que mamá ya no me cree la excusa de "Alyssa está depilándole las piernas a Cameron" cada vez que te quedas castigada. —Después de que Celia tomara sus cosas, ambas chicas empezaron a caminar hasta el instituto.

—Voy a tratar, pero sabes perfectamente que no es mi culpa que siempre que algo sale mal, el director esté presente. —Volvió a excusarse la rubia viendo divertida como su hermana rodaba los ojos.

Con 17 años, las mellizas estaban a unos minutos de iniciar su último año de clases en el instituto. Se sentían bastante ansiosas ante lo que este nuevo año les traería a ambas.

— ¡Las mellizas llegaron! —Celebró Cameron, el mejor amigo de ambas chicas dándoles un enorme abrazo de oso.

— ¡Cam! —Ambas chicas saludaron con entusiasmo al pelinegro.

—Ya déjalas respirar, Cameron. —Se escuchó la voz de su otra mejor amiga, Harper, una hermosa rubia que rápidamente fue a abrazarlas. — ¡Malditas, las extrañé mucho!

Los cuatro empezaron a hablar animadamente sobre las recientes vacaciones de verano. Celia y Alyssa les contaron a sus mejores amigos que tal le fue visitando a su abuela en la aldea vecina de Lake Louise. Cameron les contó sobre su viaje a Toronto y las chicas que conoció, mientras que Harper hablaba del gran concierto al que asistió durante el verano.

Después de hablar durante un buen rato, Alyssa decidió ir a guardar sus cosas en su casillero, se despidió momentáneamente de sus amigos y fue antes de que el timbre sonara para la primera clase.

Guardó sus libros nuevos, su bolso y acomodó las fotos que llevaba sin ver casi 3 meses. Tomó su celular y cuando se dispuso a irse para llegar a tiempo a su clase escuchó unas (irritables) risas. Connor Mahone llegaba con su sonrisa burlona, sus hoyuelos marcados y su cabello castaño oscuro perfectamente ordenado.

— ¡Uy! miren a quien tenemos por aquí. —Comentó Connor con diversión mirando a Allysa.

—Spencer dos, volvió. —Uno de los amigos de Connor al que Alyssa no le recordaba ni el nombre, continuó con la burla. Cansada, les sonrió de manera burlona.

— ¡Uy! Los idiotas haciendo cosas de idiotas. ¡Que novedad! —La rubia fingió sorpresa colocando una mano en su boca, se burló internamente cuando Connor la miró irritado.

— ¿Quieres una paliza tan pronto, Spencer? —El moreno se acercó a Alyssa de forma intimidante pero la chica seguía firme en su posición.

— ¿Y tú quieres perder tu dignidad tan pronto, Mojón? —Contestó de la misma manera, mirándolo fijamente. Gris y verde chocaron en una competencia de miradas.

Connor y Alyssa empezaron una rivalidad hace tres años aproximadamente. Alyssa pertenecía al equipo femenino de Lacrosse siendo la capitana de este, Connor pertenecía al masculino y sus diferencias se debían a que cada año ambos equipos competían por los fondos del instituto: mejores uniformes, privilegios estudiantiles, bonos para el almuerzo y mejores equipos de juego. Alyssa al haber conseguido la copa por dos años seguidos, le había quitado todos esos privilegios al equipo masculino y gracias a eso, el odio de Connor era exclusivamente suyo. También su odio era gracias a las bromas que le hacía a su novia, pero a Alyssa poco le importaba.

—Cariño, te busqué por todos lados, ya es hora de irnos. —Alyssa cortó su contacto visual con el media neurona al escuchar esa voz. Tragó saliva y se encontró con su mirada.

Ana Campbell, la capitana del equipo de porristas del Instituto y su otra eterna enemiga. La pelinegra de hermosos ojos oscuros que conocía desde hace 9 años y que llevaba más de tres meses sin ver. Sin poder evitarlo, Alyssa la recorrió con la mirada, la pelinegra llevaba una blusa que descubría un poco su abdomen, falda y tacones.

¡¿Quién diablos trae tacones para estudiar?! Al parecer la única retardada era ella... ¡Ah! y sus fieles seguidoras. Pensó Alyssa mientras sin querer se le escapaba una sonrisa.

— ¿Qué tanto miras, Spencer? —El  animal sacó de sus pensamientos a la rubia, Alyssa logró ver como rodeaba la cintura de su novia con un brazo y al mismo tiempo la mataba con la mirada. —No veas así a mi novia, ella no se irá a la cama contigo.

Alyssa soltó una carcajada desde el fondo de su alma mientras escuchaba el timbre del inicio de clases.

—Sin neuronas. —Alyssa chasqueó la lengua con fingida lástima. —Si quisiera llevarme a tú novia a la cama, hace mucho lo hubiera hecho. Pero como soy un alma piadosa dejo que los orangutanes como tú tengan la oportunidad de estar por lo menos con una chica en su vida. —Alyssa miró sus uña despreocupadamente escuchando las risas de algunos del séquito de idiotas quienes eran callados por Connor.

—Así no estuviera con el orangu... Digo, Connor, jamás me acostaría contigo. —Saltó Ana a la defensa.

—Eso dicen todas Anita, pero al final estarás deseando quitarte a este estorbó de encima. —Le guiñó y se fue triunfante hasta su primera clase del año que era Historia, adoraba esa clase y adoraba a su maestra quien a veces era un poco gruñona.

Tocó dos veces la puerta y su maestra la dejó pasar mientras fruncía el ceño.

—Primer día de clases y llega tarde señorita, Spencer. —La maestra señaló el reloj que se encontraba arriba de la pizarra y Alyssa sonrió con inocencia.

—Lamento la demora, maestra. Hay muchos desadaptados en el camino. —Alyssa se encogió de hombros y después le brindo una amplia sonrisa. —La extrañé mucho, maestra y hoy luce encantadora. —La rubia le guiñó un ojo con complicidad escuchando como sus compañeros reprimían una risa

—Siéntese señorita Spencer y agradezca que hoy es el primer día de clase. —La maestra soltó un suspiro pesado pero a la vez divertido mientras le señalaba su asiento a la rubia.

—Como les decía. La historia de la humanidad empezó hace 350.000 años en el Centro de África. Los primeros humanos se demoraron 200.000 años para llegar a Europa... ¿Si señorita Spencer? —La mujer cerró sus ojos brevemente al ver la mano de Alyssa levantada.

— ¿Cuál es la fecha de hoy? —Preguntó con inocencia y todos soltaron una pequeña risa.

(...)

— ¿Volvió a amenazarte ese imbécil? —Preguntó Cameron tomando una manzana y sentándose en la banca que tenía al lado. Era hora del almuerzo y todos se encontraban en la cafetería hablando sobre su verano o simplemente comiendo.

—Sabes que no pierde el tiempo, Cam. —Alyssa se encogió de hombros y tomó un poco de jugo de su cajita.

—Su única neurona solo puede pensar en molestar a otros. —Comentó Harper y todos asintieron de acuerdo riendo suavemente.

— ¿Qué sucede, Lia? —Alyssa preguntó con inocencia fingiendo no saber la razón de porqué su hermana la veía de mala manera

—No te hagas la inocente que no te queda, Sofía. —Celia le dió un golpe bastante fuerte en el brazo demostrando su enojo. —Primer día y ya tienes un retardo, sabes que debes ser más responsable con tus materias o te penalizan en el equipo.

— ¡Auch! —Alyssa frotó su brazo con un puchero. —La violencia no es la solución, hermana, tienes un buen derechazo. —La rubia presionó su brazo adolorido mientras Cameron y Harper se burlaban.

— ¡Y te daré uno más fuerte si... —Las palabras de Celia murieron al escuchar unos fuertes murmullos.

— ¡Ten más cuidado, estúpida! —Todas las personas de la cafetería giraron a ver de dónde provenía el grito y encontraron a Ana Campbell acomodando su ropa con fastidio. — ¿Qué acaso no sabes caminar?

—L-Lo siento. —Contestó una chica de cabellos castaños apretando fuertemente sus libros. —Tú perdiste el equilibrio y tropecé contigo, no me fijé por donde iba

— ¡Entonces aprende a mantener tu distancia, inútil! —Ana siguió gritando a la pobre chica hasta que alguien más se metió a la discusión.

— ¡Ella ya te pidió disculpas! —Se escuchó la voz de otra chica que se abría paso entre la multitud. Tenía la piel un poco bronceada y su cabello era oscuro.

—Lo que me faltaba. —Contestó Ana colocando sus manos en su cintura. — ¿Desde cuándo existe la defensora de los imbéciles?

—Desde que existen estúpidas como tú. —Contestó la otra chica y todos en la cafetería gritaron ante la respuesta.

— ¿Quién te crees para hablarme así? —Ana se acercó a la otra chica muy enojada dispuesta a arrancarle la cabeza si era necesario.

—Maldita arrogante. —Murmuró Harper y sus amigos se sorprendieron al verla caminar hasta el lugar del problema. —Campbell déjalas en paz, ya se disculpó, no seas inmadura. —Se metió la rubia parándose frente a la otra chica que le estaba haciendo frente a Ana.

— ¡No te metas, niñita! —Dijo Connor saliendo en defensa de su novia y Cameron, Alyssa y Celia reaccionaron dirigiéndose hasta ellos.

—No le hables así a Harper. —Cameron le plantó cara a Connor y este lo miró con ira.

— ¿O qué? —Connor lo miraba listo para empezar una pelea y en ese momento Celia también intervino.

—Ya basta ustedes dos. No me hagan hacerles una citación al consejo estudiantil. —Amenazó la casi rubia mirando a ambos chicos. Cameron sabía que su amiga era bastante imparcial en estos temas, así que decidió alejarse.

—La lame suelas del instituto volvió. —Comentó Connor con una sonrisa burlona. Cameron intentó acercarse otra vez pero Celia se lo impidió.

—La chica ya se disculpó, Ana, deja de hacer escándalos.

—No le hables así a mi novia. —Connor se acercó de la misma forma que había hecho con Cameron hace unos minutos y allí es donde Alyssa decidió intervenir.

—Y a mi hermana no te le acercas así, media neurona. —Alyssa se hizo al lado de su hermana. —Deja este tema aquí, no es culpa de ella que tu novia no sepa caminar con esos zapatos y parezca Bambi recién nacido. —Toda la cafetería estalló en risas y Ana se acercó a la rubia.

—Nadie dijo que te metieras, Spencer. —Comentó a milímetros del rostro de la rubia. Alyssa respiró hondo al sentir tan cerca el perfume de la pelinegra pero su posición aún era firme.

—A tu novio tampoco nadie lo llamó y aquí está, Campbell. —Contestó Alyssa firmemente. —Mi hermana no se anda con rodeos, si no quieren que todos terminemos en la dirección será mejor dejar esto aquí. —Dijo mirando a Celia quien asintió afirmando lo que su hermana decía.

—No te quiero ver cerca, Spencer. —Connor señaló amenazadoramente a Alyssa. —Ni a tus amiguitos. —Señaló a los demás que se involucraron en la discusión.

—No te preocupes, mojón, capaz y se nos pega la estupidez. —Alyssa dio la estocada final y Connor y Ana se fueron de la cafetería con el resto de sus amigos.

Después de la discusión, Harper se giró hacia las dos chicas e intentó calmarlas. Cameron, Celia y Alyssa se le unieron en unos segundos.

—No se preocupen por ellos, son unos idiotas a los que no hay que prestarles atención. —Comentó Harper con una sonrisa hacia ambas chicas. La morena aún tenía su rostro serio mientras que la castaña sonreía agradecida.

—Gracias. A todos, enserio pensé que iba a ser peor. —La chica castaña suspiro de alivio volviendo a abrazar sus libros.

—Ella vino primero. —Contestó Cameron señalando a la morena con una sonrisa.

—Gracias, Alexia, no tenías que. —La castaña le dió un pequeño abrazo de agradecimiento a la ahora nombrada Alexia.

— ¿Cómo te llamas? —Preguntó Cameron con interés.

—Danna... Danna Graham —Respondió algo tímida.

—Un placer Danna. —Dijo Harper estrechando su mano. —¿Y tú eres? —Su mirada azul se dirigió a la morena que miraba los intercambios en silencio.

—Alexia Miller. —Contestó simplemente desviando la mirada hacia el piso, Harper seguía mirando su rostro.

— ¿Ustedes se conocían? —Celia levantó una ceja y las señaló a ambas.

—Nos hicimos juntos en la clase de Biología, mi padre fue transferido de la compañía de cable. —Contestó Alexia encogiéndose de hombros.

—Mi madre y yo nos mudamos con mi abuela. —Respondió Danna.

—Bueno chicas, ya tuvieron la desgracia de conocer a los dos idiotas mayores de aquí. —Comentó Alyssa con gracia. —Soy Alyssa Spencer, ella es mi hermana Celia, miembro del consejo directivo del instituto. —La rubia señaló a su hermana quien hizo un pequeño asentimiento. —Él es Cameron, juega en el equipo de Lacrosse y ella es Harper, porrista. —Terminó de presentar y ambos chicos sonrieron.

—Gracias de nuevo por su ayuda. —Alexia volvió a agradecer y los demás sonrieron.

—No te preocupes, solo quédense con nosotros, ellos no pueden hacernos la vida imposible. —Harper se encogió de hombros.

— ¿Por qué a ustedes no? —Danna preguntó curiosa.

—Porque nosotros se las hacemos imposible a ellos. —Contestó Cameron con una sonrisa divertida mientras volvíamos a nuestra mesa.

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