Capitulo 3: El Arte de Matar

Una semana después de la pelea contra La Legión...

Sarah se encuentra en su habitación con su guitarra en su mano, ella intenta tocar alguna melodía, pero al tocar las cuerdas siente de nuevo esos recuerdos de aquella batalla, todos esos momentos que vivió contra la Legion, la muerte de Zack y las de sus amigos en Covenant.

En eso, nuevas imágenes empiezan a emerger en su cabeza, momentos que ella está segura de no haber vivido nunca, son los recuerdos de su antiguo yo, Ratchel, ella los intenta ignorar, pero son más fuertes que ella.

Sarah se ve a sí misma en un enorme galpón completamente desnuda y colgada de los brazos siendo azotada, un castigo que incluso siendo la hermana de uno de los miembros de la Trinidad no eran suficiente como para romper las reglas.

Sarah logra romper ese recuerdo, pero al abrir los ojos observa a Zack frente a ella, con su machete chorreando sangre y mirándola.

-¿Estas seguras de esto?- le pregunta él con una voz seria.

- Zack...yo no...no quería que tú..- intenta decir ella, pero el interrumpe. -Pero pasó...ahora...Zack está muerto-.

Zack mueve su mano hacia su rostro, empezando a quitárselo lentamente, como si de una máscara se tratase, otro rostro empieza a verse debajo, uno con un rostro sonriente y ojos rojizos.

-Es tu culpa-

Sarah se asusta de tal alucinación, no hay nada en su habitación más que ella, esos recuerdos que Ratchel había vivido no le ayudan en nada, tiene deseos de acabar con su hermano, pero no entiende si son motivos de ella o de Ratchel, pues esa vida acaba de volver a base de recuerdos vagos, eso no es buena señal, siente que el odio de Ratchel es algo que debe aceptar para continuar.

En ese momento alguien toca la puerta de su habitación y ella se levanta a abrirla, es Edward, quien está completamente devastado por la muerte de su hermano, se siente culpable por abandonarlo y porque perdió la vida salvando a lo que era más importante para él, ahora es su deber cuidarla.

- Aiden me lo contó todo, tienes planeado ir por Isaac. - le dice Edward.

-No quiero escuchar tu discurso de "es mala idea". – le contesta ella mientras se gira y camina

-Sarah, no vengo a detenerte, se de buenas a primeras que es algo que ya tienes decidido y no piensas cambiar de opinión, solo quiero que sepas que estuve hablando con Roman, y queremos ir contigo, se lo debemos a Zack. -

- Eso es una decisión mía, no tuya Edward-

- Zack era mi hermano, y quiero hacer justicia a su muerte-.

Sarah se encoge de hombros y se da la vuelta y dice –Pensé que estaban peleados-

-Lo estábamos- responde el, -Pero eso no cambia el hecho de que somos familia, Zack no murió por deseos de venganza, él sabía que iba por algo muy importante para él, murió para salvarte...no puedo detenerte, pero quiero apoyarte...vi lo que Isaac es capaz de hacer y no puedo quedarme de brazos cruzados y dejarlo ahí fuera, así como así.

- ¿Y cuál es tu plan? - pregunta ella. –Esperar a Roman, se fue con un grupo de reconocimiento para seguirle el rastro a tu hermano, espero que vuelva con información mañana. - responde.

-Bien...entonces esperare. -

-Te dejo sola, parece que tienes mucho en que pensar- dice Edward para luego pasar a retirarse, pero se detiene al instante.

-Espera...olvidé...darte esto. - dice el, sacando algo de su bolsillo, está envuelto, Sarah lo toma y lo abre. –Sé que...no es lo mejor para ti que te esté dando esto, pero igual te lo doy- dice Edward, Sarah mira el objeto, es el cuchillo de Isaac, el mismo que Zack le arrebató y usó en su contra, y aquel que fue el que lo mató.

-¿Qué es esto?- pregunta ella.

-Lo tenía Zack......pero, supuse que esto pertenece a Isaac- dice Edward, Sarah ve el cuchillo, el cual se enciende en la parte de las cuchillas.

-Es demasiado filoso en ese estado....ten cuidado a donde cortas con eso, no quieres rebanarte un dedo con el puro roce- le indica Edward, quien se pasa a retirar, Sarah deja el cuchillo en la mesa.

Sarah se queda sola en su habitación, Edward tenía mucha razón, necesita estar sola, ella se dirige al baño a lavarse el rostro, al mirarse al espejo nuevamente se mira a sí misma, pero más joven, el rostro de Ratchel.

Región Desconocida

En un automóvil blindado de la Legión, Isaac se prepara para su expedición en el territorio de los Jinetes del Apocalipsis, tras un largo viaje, él y otros dos compañeros armados con blindaje militar y fusiles semiautomáticos llegan a una región presumiblemente tomada por los Jinetes.

Tras abandonar el vehículo, el trio observa una casa abandonada y un callejón bastante peculiar, viendo dos cadáveres en el suelo, uno sin un brazo y otro con varios disparos, Isaac revisa los cadáveres.

-Sangre en la ventana, del interior al exterior de la casa, intentó escapar mientras era socorrido por su compañero, estos no son de la Legión ni de los Jinetes. - dice Isaac, deduciendo la escena.

-Demonios, tiene un corte limpio en el brazo, o el maldito tenía una katana o una trampa muy bien colocada- dice uno de sus compañeros.

-Presten atención, puede que haya una trampa- advierte Isaac, en eso los tres se acercan a una puerta y uno de los compañeros abre la puerta sin importarle nada, viendo una escopeta lista para descargar sus balas contra él.

-M****a....casi me cago....hay un cable en el suelo, de haberme acercado más....- dice el compañero aliviado, pero de repente Isaac empuja al sujeto y el cable es accionado, la escopeta dispara y destroza la cabeza del sujeto.

- ¡NO! ¡¿Qué carajos?! – grita el otro compañero, Isaac solamente lo mira –Dije...cuidado, sigamos. - responde con frialdad, ambos continúan el camino, el interior de la casa está lleno de cuadros pintados a mano de gente siendo torturada, rostros deformes o gritando, dibujos muy arcaicos, pero desprenden un aura negativa.

- ¿Qué es esto? - pregunta su compañero.

-Están hechas a base de sangre y órganos, definitivamente no son los Jinetes- responde Isaac, al abrir una puerta ven un cadáver colgando de un gancho con su estómago abierto y en estado de putrefacción.

El compañero de Isaac se quita el casco y empieza a vomitar.

-Así que es él, pensaba que eran puros cuentos, vete a la base e informa, trae contigo un grupo de limpieza, yo me encargo de este sujeto y los esperaré aquí- dice Isaac.

El compañero obedece y se retira, Isaac continúa subiendo las escaleras observando los cuadros tétricos

- ¿Sabes con quien te estás metiendo? - pregunta Isaac, a lo lejos se escucha una voz grave –Líder de la Legion, Isaac, los Jinetes me han contado muchas cosas de ti, lástima que ninguno haya vuelto para informar de mis actos. Supongo que sabes quién soy. -

-El Artista- responde Isaac mientras avanza. –Había oído rumores sobre tu trabajo sangriento, creía que eran bromas para asustar a los pocos niños que quedan vivos en el mundo-.

-Así es, y la tuya será una gran adquisición para mi mejor obra- responde el Artista a lo lejos

-Lamento decirte que esa obra no se concretará- responde Isaac, la risa del Artista se escucha –Claro, déjame adivinar. ¿Lloverá el infierno sobre mí? -

Isaac camina hasta un largo pasillo donde se pierde la vista, una puerta se abre lentamente y el se acerca lentamente, sin ver que atrás de él, alguien lo sigue

-Precisamente- responde Isaac para voltearse rápidamente y disparar su escopeta a la cabeza del Artista, quien porta un traje blindad completo, su armadura tiene una combinación metálica y sangre seca decorándolo.

- ¡Tú no eres como los demás, Isaac!.No...tu eres especial....tu muerte será épica y tu sangre bien aprovechada.

El Artista alza su arma para disparar a Isaac, pero este evade el potente disparo para sacar su kukri y encenderlo, la daga apuñala la rodilla del Artista, atravesando su coraza, este empieza a reír de alegría.

-¡En tantos años, nunca había habido alguien que me hiciese sentir dolor.......ya lo había olvidado.....! ¡LO AMO! - Grita el Artista mientras saca el kukri de su rodilla, viéndolo encendido, su herida en la rodilla no sangra, pues el material luminoso de la daga cauterizó la herida.

-¡No creía en todas esas barbaridades que hablaban sobre ti, pero ahora que te conozco en persona....eres perfecto! ¡No solo usaré tu sangre para terminar mi oda, sino que lo complaceré tanto que dejare de verlo! - dice el Artista.

Este golpea a Isaac en el rostro, dejándolo en el suelo, El Artista coloca un cargador en su arma y apunta, pero Isaac le desvía el arma y el disparo falla, el disparo es explosivo, por lo que hace que el piso se derrumbe y haga que ambos caigan a la planta baja, a una habitación llena de cuadros.

-Mi Santuario- grita el Artista, pero Isaac se levanta rápidamente y toma su arma para dispararle en el casco al tipo, destrozándoselo, su rostro está completamente quemado.

-¡Tú me entiendes....entiendes todo esto....comprendes el arte de matar, tu y yo, Issac, tenemos tanto en común!- dice el sujeto.

Isaac dispara a la rodilla del Artista, logrando penetrar el blindaje, dejando al tipo de rodillas.

-¡Yo no mato por diversión, lo hago por un objetivo.....por un futuro próspero para mi gente!- grita Isaac, disparándole en su otra rodilla.

El artista ríe descaradamente –Parece que sabes disfrutar demasiado con tu objetivo-

Isaac se acerca al Artista con su propia arma y comienza a golpear su rostro con furia, dando varios golpes consecutivos, rompiendo su cráneo, salpicando sangre por todos los cuadros, este no se defiende, solamente deja que los golpes sigan fluyendo, por fin ha encontrado a quien buscó durante años, alguien tan violento como él.

Isaac deja de golpear y se sienta en el suelo, su trabajo ha terminado, pero en ese momento ve como el Artista se pone de pie lentamente, Isaac no puede creerlo, pero el Artista empieza a caminar hacia el lado contrario, hacia un cuadro en específico.

Él toma un poco de sangre con la yema de sus dos dedos y con su propia sangre dibuja dos pequeños trazos y dos puntos parejos.

-Somos iguales......la mía...también sirve entonces.......he terminado.....¿Estas feliz ahora?- dice el Artista para finalmente caer al suelo, completamente muerto.

Isaac se levanta lentamente y revisa su cadáver, realmente está muerto, Isaac se empieza a retirar y voltea a ver la habitación una última vez, específicamente hacia aquel cuadro final, el rostro de Isaac muestra incomodidad ante tal rostro pintado en sangre con una sonrisa inhumana y sus recién pintados ojos rojos, finalmente deja la habitación.

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