Capítulo 2

El lugar no era nada exótico como Kiyan pensaba, después de todo conocía los gustos de su amigo. En realidad, era algo bastante tranquilo, en medio del lugar había una barra circular con una chica preparando las bebidas de quienes estaban ahí sentados. Había algunas mesas alejadas y una zona un poco más privada con un gran letrero arriba donde se leía “La cueva”, parecía ser un lugar donde las parejas podían estar más tranquilas sin tanta gente viendo o molestando. Era algo bastante acogedor si era honesto, las luces tenues del lugar de algún modo hacían que todo luciera mejor. 

Y en el fondo, junto a unas cuentas mesas, estaba un pequeño escenario, lo bastante grande para que un grupo se presentará, pero no tanto para ocupar demasiado espacio. Aún no había nadie, pero Kiyan suponía que la banda que su amigo le mencionó debería presentarse pronto. Después de todo a esa hora era cuando la gente comenzaba a salir para pasarla bien. Los lobos debían mantener una vida como si fueran un humano cualquiera, así que muchos tenían aburridos trabajos de oficina o trabajos que les consumían mucho tiempo, principalmente aquellos que no hacían trabajos sucios para sus manadas. Después de todo, no todos tenían la fuerza física y mental para poder formar parte del lado criminal de las manadas. Y muchos no querían verse envueltos en peleas o situaciones peligrosas al tener familias. Así que salir de fiesta era algo que podía distraerles de sus monótonas vidas. 

Adalrik le hizo una señal con la mano para que le siguiera a la barra, la forma circular de esta permitía a todos los comensales ver como sus tragos eran preparados, la encargada de hacer los tragos, una pelirroja llena de tatuajes, preparaba los tragos con gran agilidad, el collar en su cuello indicaba que tenía pareja pero no había sido marcada aún, muchos omegas solían llevarlos para evitar ser tomados por algún alfa creyendo que estaban disponibles, antes era común ver parejas enlazadas, ahora eran pocas las que seguían esta tradición, les bastaba saber que su pareja les amaba y estarían juntos. Una marca era una responsabilidad que muchos lobos no querían tener que tomar a menos que se sintieran listos para ello, la manada de Kiyan era una de las pocas que permitían que sus lobos no marcarán a su pareja así que estaba familiarizado con ese tipo de collares.

-Claire, dame dos aullidos de medianoche. Hoy por fin pude traer a mi líder a divertirse conmigo- Mencionó un bastante animado Adalrik a la chica, la cual fijo su vista sobre el alfa, sonriendo suavemente mientras asentía con la cabeza

-Nunca dijiste que tu líder era tan guapo, si lo hubieras mencionado antes habría aceptado tu reclutamiento para su manada- Claire, como escuchó se llamaba la chica, volvió su atención a lo que preparaba después de escanearle y sonreír un poco más -Una pena que ya estoy con alguien, no desperdiciaría una noche con alguien como el

-No pierdas tu tiempo, este chico solo tiene ojos para un fantasma que desapareció sin dejar rastro hace 10 años. Ni siquiera recuerda su nombre, pero le es fiel a alguien que seguramente ya le olvidó.

-Hey, no tienes que contarle eso a todas las personas que conoces. Hay cosas que son privadas- Adalrik solo comenzó a reír ante ese comentario, en especial por el sonrojo que invadía las mejillas de su amigo. La omega sólo pudo reír con él, negando con la cabeza mientras preparaba los tragos de ambos.

-Tu amigo tiene razón Adalrik, no puedes comentar esas cosas privadas con cualquiera. Aunque, tampoco es bueno seguir esperando a alguien que no llegara. La espera podría ser dolorosa que seguir adelante- Mientras servía los tragos, una mezcla de cerveza con licor de café y un poco de vino, Claire miraba con un poco de pena al alfa, ella sabía lo doloroso que podía ser amar a alguien que no le correspondería o que no volvería -No es de mi incumbencia, alfa. Por a veces es mejor seguir adelante que esperar cosas que no van a pasar. Disfruten su trago, Shi y su banda deberían subir pronto así que disfrútenlo también.

Y como si sus palabras pudieran invocar a alguien, las pocas luces que había prendidas para alumbrar el lugar se apagaron, alumbrando hacia el escenario donde el sonido de una guitarra comenzó con una melodía lenta. Los miembros de aquella banda iban vestidos con unas largas gabardinas con capuchas que cubrían su rostro. Cada una era diferente, el chico que tocaba la guitarra lucia una gabardina café oscuro con un par de cintas en las mangas las cuales daban la ilusión de correas. En el fondo, el baterista llevaba una gabardina azul sin mangas, dejando ver la piel de sus brazos cubierta de tatuajes, la capucha tenía unos pequeños cuernos como si de un demonio se tratase. Y finalmente el vocalista, a quien todos aclamaban aún sin empezar a cantar, Shi como se hacía llamar, llevaba una gabardina negra, las mangas parecían haber sido cortadas y unidas después con un cordón, aunque más cerca se lograba apreciar que en realidad eran unas cadenas delgadas. El resto de su vestimenta también era algo bastante extravagante, bajo la gabardina abierta se lograba apreciar una especie de chaleco que daba la impresión de ser un corsé por lo justo que estaba a su delgado cuerpo, el estilo era un poco victoriano, algo que posiblemente hubiera vestido un príncipe, la parte inferior era un short bastante corto con el mismo estilo del chaleco. La gabardina también era de un estilo victoriano, parecía ser algo que al joven le gustaba llevar. Bajo todo eso unas altas botas negras que llegaban a sus muslos se podían apreciar, estas tenían varias correas a lo largo de la bota, aunque no parecía que todas fueran necesarias para ajustarlas sino más una decoración un poco extravagante.

Y finalmente el chico comenzó a cantar, la canción no era algo que Kiyan gustara de escuchar, pero eso no le importaba ahora. La suave voz de Shi era hipnotizante, te atrapaba con sus suaves matices. Era la mezcla perfecta entre una voz grave pero suave. Algo que no querrías dejar de escuchar en ningún momento. Podía entender porque es que la gente que iba ahí le fascinaba tanto. Era imposible apartar la vista de él. Y en el momento en que retiro la capucha, revelando aquel blanquecino cabello que cubría parte de su rostro, Kiyan pudo sentir como el aire dejaba sus pulmones, aún en la distancia podía asegurar que era lo más hermoso y etéreo que había visto, la forma en que su cabello se movía conforme cantaba con tanta energía y pasión le hacía sentir encantado. Las luces blancas que usaban para alumbrar el escenario sólo hacían que su cabello brillase más. Era incapaz de hacer algo, no podía apartar sus ojos de aquel joven. Era simplemente hipnotizante. 

-Te dije que te iba a gustar- Escuchó entre todo el ruido a su amigo, obligándolo a apartar su vista del chico, por suerte la canción estaba llegando a su fin así que no se perdería de mucho -Es genial ¿no? No importa que cante, siempre es así de increíble 

- ¿No canta solo eso? 

-Para nada, Shi canta lo que sea, a veces está solo y canta cosas más suaves, esos días tenemos más gente solo porque vienen a verlo. Un día solo llego y nos preguntó si podía presentarse, no teníamos música en vivo, pero quisimos hacerle una prueba. Esa misma noche tuvimos más gente que nunca, le dimos trabajo y poco tiempo después los otros dos se unieron. Aunque decir que se unieron está mal, Shi los trajo con él un día y dijo que eran su banda. No vimos problema en que lo hiciera, después de todo atraen clientes y eso es lo que nos importa- Claire, quien se había recargado contra la barra, observaba con atención al chico en el escenario que hacía pequeñas reverencias en forma de agradecimiento. Anunciando que buscaría algo de beber antes de continuar y así bajar del escenario 

-Tienen suerte de encontrar a alguien como él. La gente parece amarlo- Mientras hablaba Kiyan daba ligeros tragos a su bebida, la cual había quedado intacta por la presentación del joven albino, mismo que ahora se acercaba con calma hacia la barra, saludando con la mano a un par de personas, aunque su rostro daba la impresión de que no deseaba demasiado tener que saludar a nadie. Era más una obligación que veía por ser saludado primero. Se sentí junto a Adalrik, observando un momento a ambos, arrugado un poco la nariz antes de girar su atención a Claire 

- ¿Lo de siempre? - Preguntó la chica, recibiendo un suave asentimiento de cabeza antes de recibir un vaso de agua con un par de rodajas de limón y regresó su atención al alfa y beta, como si fueran un par de fenómenos que nunca había visto. 

- ¿Y ellos? El rubio lo había visto, ¿y el otro? - La forma en que dijo “el otro” con una ligera pizca de desagrado en su voz hizo fruncir el ceño a Kiyan, ¿acaso podía notar a simple vista que era un alfa y no le agradaba por eso? Podía entender si ese era un problema, pero de algún modo también le molestaba. 

-Es el líder de la manada de Adalrik, trata a mis clientes con más respeto. No quiero problemas con un alfa como la última vez. Se bueno- Amenazó la pelirroja antes de ir al otro lado de la barra a atender a nuevos clientes. Shi solo hizo una mueca por ser regañado como si fuera un niño pequeño. 

- ¿Tienes problemas con los alfas? - De un momento a otro Adalrik parecía más interesado en el chico de lo que pudo haber estado antes, en especial porque, si descubría algo nuevo de él podría llenar su curiosidad. Era ese tipo de persona curiosa que no podía dejar un misterio sin resolver después de todo. 

-Los alfas son desagradables. Creen que pueden hacer lo que quieran sin recibir su merecido. Que sean más fuertes que el resto no los hace reyes del mundo, pero esperan que todos actuemos como si les deberíamos algo. Creen que les merecemos respeto solo por ser alfas sin ganarlo. Me repugnan- Shi no dudo en responder ni un segundo, su mirada violeta fija sobre Kiyan, como si quisiera que entendiera que no era bienvenido en su mundo, para él, dejar en claro su desprecio hacia los alfas era una prioridad, por más veces que Claire le regañase por ello. 

- ¿Somos tan terribles? Las únicas veces que he oído esas cosas son de deltas celosos por no poder llegar a ser como un alfa. ¿Acaso estas celoso? - Adalrik volteo sorprendido a ver su amigo, pocas veces había visto al alfa responder a una provocación como esa, pero tal vez la mezcla de licores que habían bebido había suficiente para soltarle la lengua, no tenía muchas referencias de Kiyan ebrio como para hacer una comparación. 

-Lo son. Son nefastos y asquerosos. Haciendo lo que quieren y creyendo que todos están celosos de ustedes. No necesito ser un alfa, soy mejor que muchos de ustedes- El tono engreído con el que hablaba podría haber destruido el encantamiento que Kiyan había sentido al escucharlo cantar, pero la realidad era que de algún modo sentía curiosidad por la forma en que se dirigía hacia los alfas. Y por supuesto, al descubrir que el chico albino era un delta, se intrigada aún más. 

- ¿Eres mejor? Diría que tienes mucha seguridad en ti mismo como para decir eso. ¿Te crees capaz de ganarme en una pelea? 

- ¿Kiyan qué estás haciendo? No lo provoques. Ya descubrimos que es un delta, déjalo tranquilo. No queremos una pelea- Adalrik puso una mano en el hombro de su amigo para relajarlo, podía notar el cambio amenazante en el aroma suave y dulce de sus feromonas y conocía bien a su amigo como para saber que eso era una clara advertencia para que no jugará con su suerte. 

-Podría ganarte en una pelea cuando sea. Pero anda, alfa. Hazle caso a tu amigo. No vayas a salir herido por pelear con un defectuoso delta como yo- Una sonrisa divertida se plantó en los labios del joven antes de percatarse de la mirada filosa que Claire le estaba dedicando, chasqueo la lengua antes de levantarse, dedicando una última mirada al alfa y su amigo y regresar con su banda para preparase para el espectáculo. Adalrik soltó un suspiro aliviado, al menos el delta era lo bastante inteligente como para alejarse antes de que algo malo pasara. 

-Amigo, ¿Qué diablos fue eso? ¿Desde cuándo pierdes la calma a la mínima provocación? Tú no eres así 

-Lo lamento, es cierto que nunca actuó así. Tal vez el alcohol se ha encargado de nublar mis sentidos un poco. Me deje llevar por una provocación infantil- Kiyan suspiro, ¿por qué había actuad de esa forma? No era la primera vez que se encontraba contra un delta que tuviera esas ideas de los alfas así que, ¿cómo se había dejado llevar tan fácil? Era un líder, no podía caer tan bajo como para pelear con el primero que se cruzase en su camino 

-No te preocupes. Shi adora molestar a todos los alfas que vienen aquí. No es la primera vez y seguramente no será la última que un alfa caiga en sus provocaciones- Claire se acercó a ellos, ofreciendo un vaso de agua para el alfa antes de empezar a limpiar un poco su estación de trabajo -La primera vez que estuvo aquí un alfa quiso pasarse con una omega, Shi decidió meterse, todo terminó en llamar a la policía y que se encargarán del alfa mientras limpiaba las heridas de Shi. No sabemos porque odia tanto a los alfas, pero no es un mal chico. Justificar sus acciones no es lo mejor, pero creemos que debió pasarle algo horrible con un alfa para reaccionar con tanto odio. 

-Tal vez tuvo un romance con un alfa y le rompieron el corazón- Mientras Adalrik hablaba la música volvió a sonar, siendo esta vez solo Shi quien tenía la guitarra y comenzaba a cantar una canción más suave a la anterior. Parecía una persona completamente distinta estando sobre el escenario a la que habían conocido minutos antes y les había molestado con una pelea y palabras desagradables. Y eso no podía llamar más la atención de Kiyan. ¿Quién era ese delta que parecía querer eliminar a todos los alfas que existían con tan sólo mirarlos? ¿Qué historia tan terrible traía consigo como para odiar a los alfas de esa forma? 

-Tal vez perdió a su familia por un alfa. Una ruptura de corazón no te lleva a querer exterminar todo un género idiota. Y no creo que Shi sea el tipo de persona que deja que le rompan el corazón 

-Es cierto, posiblemente sea del que te rompe el corazón y de paso un brazo- Tanto Claire como Adalrik soltaron una carcajada por eso, Kiyan solo negó con la cabeza con diversión. Su madre solía decir que si no tenía nada bueno que decir entonces que mejor no dijera nada en absoluto. Solo se quedó observando al chico mientras bebía el agua, esperando que eso fuera suficiente para bajar el alcohol en su sistema.

Estaba dispuesto a usar sus influencias con la policía para descubrir quién era en verdad Shi. Estaba intrigado y necesitaba respuestas. Por primera vez en años había olvidado por un momento a su viejo amor de la infancia y con suerte, podría seguir así. 

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