Capítulo 8

Al volver al departamento recorre con tranquilidad el lugar en busca de Dani, camina hasta su habitación y se deja caer sobre la cama mirando el techo por unos minutos, con las manos bajo su cabeza cierra los ojos y piensa en la manera de empezar esa necesaria conversación con el fantasma de su ex. Respira hondo para tomar valor y no sobresaltarse con su presencia.

—¡Dani! Dime qué está pasando. Ahora soy yo el que necesita tu ayuda, mi vida es un caos y no sé qué hacer. ¿Dónde estás?

“Estoy aquí” se escucha su dulce voz, por más concentrado que estaba, no puede evitar sobresaltarse un poco, su corazón se acelera y abre los ojos, girando la cabeza hacia su lado. Puede verla tendida sobre la cama con los ojos cerrados y sus manos bajo la cabeza, sonriendo, como si estuviese en medio del paraíso. Al sentir que la observa lo mira, hipnotizándolo con ese brillo de su mirada.

“Tienes un departamento hermoso” dice, en tanto sus ojos se mantienen fijos en los suyos, estremeciéndole hasta el alma.

“Lamento haber provocado ese caos en tu vida Leonardo, no quería que ella se fuera y te dejara lleno de tristeza. Pero en mi defensa, déjame decirte que era una perra” Se pone de pie.

— ¡Espera! No puedes hablar así de Amber, no la conoces. —La sigue, en tanto ella cruza la puerta de la habitación.

Tú no la conoces, Leny” Se detiene al pie de la puerta cruzando los brazos. Cada vez que hacia eso era porque no estaba de acuerdo en algo y odiaba reconocer que nunca se equivocaba. “¿Por qué la elegiste?” Prosigue, causando que su corazón colapse de incertidumbre.

¿Por qué la eligió? Pensó por unos segundos, más, su mente seguía en blanco. ¿Fue solo porque lo levanto de entre las cenizas y le devolvió la vida o porque lo deslumbró con su falsa personalidad? Ya que cuando se marchó, dejo ver la peor de ella.

No lo sabes y aun así vas a casarte ¿Crees que serás feliz?” Dice Dani en tono triste.

— ¿¡Entonces estás aquí para decirme que no me case con ella!?

“No tengo idea de porque estoy aquí. Al principio me desorienté y en verdad creí que estaba viva, porque tú me veías y… Bueno, ya cuando crucé la puerta, entendí que… Es difícil de decirlo, pero no sabía que la vida continuaba después de la muerte, fue algo nuevo y aterrador”.

Sigue su camino hasta la sala.

—¿Cómo es que llegaste aquí?

“No tengo idea”

—¿Sabías que iba a casarme?

“¡Claro que no! Y si lo haces creo que no debería interferir, después de todo, es tu decisión. No me veo como aquellas exnovias locas que llegan a impedir una boda” Se carcajea. “Tú decidiste echarme al olvido y continuar con tu vida. ¿Verdad? Entonces no debe importarme el que vivas con otra”

Daniela lo mira con esa tristeza enorme en su mirada que le hace temblar el corazón. Parece decirle que traicionó su amor, su infinito amor que una vez prometió respetar hasta la muerte.

—Dani… —Se sienta en el sofá. —Pasaron muchas cosas desde que llegué al país, sé que no es excusa, pero mi corazón estaba roto, el no poder despedirnos me devastó por completo ¿Crees que fue fácil subir al maldito avión sabiendo que jamás volvería a verte? ¡No fue fácil! —lleva mis manos a la cabeza y trata de explicar lo que siente en estos momentos. —Te amé con cada poro de mi cuerpo, te amé y lloré incontables noches tu ausencia. No fue fácil creer olvidarte, de hecho tu recuerdo sigue guardado en mi corazón y sigo temblando por este encuentro inusual ¿Sabes por qué? Porque en el fondo deseo que estés aquí.

Su voz se quiebra y llevando las manos a la cara, deja correr unas lágrimas. Entonces Dani, se sienta a su lado.

“Estoy aquí”.

—Me refiero a… Ya sabes, en carne y hueso.

“Si en verdad hubiese aparecido aquí, así de la nada ¿Qué hubiese pasado si Amber me veía? ¿Me elegirías sobre ella o me obligarías a salir?”

Leonardo guarda silencio unos segundos, no sabe qué responder.

“Te creo cuando dices que estás confundido. ¿Sabes por qué? Porque tu mirada no miente, has sido sincero con cada palabra que has dicho, pero aún hace falta que escuches a tu corazón y puedas hacer lo correcto”

—¿Y qué es lo correcto?

“No tengo idea. Solo soy un fantasma aterrador” habla con voz de ultratumba moviendo los dedos en el aire, mostrando esa linda sonrisa traviesa en su rostro angelical, no parece estar muerta, cuando se veía tan llena de vida.

—No eres aterradora, solo inoportuna —sonríe—Sigues siendo tan bonita como cuando te conocí.

Han pasado muchos años. Te ves muy diferente y más bueno que el pan”

—Dieciséis largos años. Me hiciste mucha falta.

“Se siente raro escuchar que me extrañaste”. Sonríe. “Sabes, nunca pensé que los espíritus puedan tener sentimientos tan fuertes, lo digo porque el verte con Amber me hizo sentir revoltijos en mi estómago y luego sentí que el corazón se me desgarra inexplicablemente, fue extraño sentir miedo, angustia y no sé cómo explicar ese escalofrío que…”

—No deberías estar aquí. Te está lastimando mi nueva vida.

“Sí, supongo que tienes razón”. Se pone de pie. “Pero no puedo evitarlo”

— ¿Qué es lo que te detiene? ¿Qué es lo que te trajo hasta aquí? —Pregunta tratando de entender por qué su espíritu se aferraba a su vida.

“Ya te lo dije, no tengo idea. De un momento a otro estuve frente a ti y bueno… fue un lugar inapropiado”. Responde sonrojándose.

— ¿Qué es lo que recuerdas?

“Lo último que llega a mi memoria, es que manejaba mi auto y supongo que iba a casa, porque recuerdo a mis padres. De pronto me vi mirando el cielo negro y me quede dormida, cuando desperté, estaba aquí”. Dice sin poder creerlo del todo.

— Tuviste un accidente —Expresa preocupado, mirando el vacío. — Entonces, así fue como moriste.

“Es lo más probable. Lo que no comprendo, es ¿Qué hago aquí atormentando tu vida, provocando caos y todo tipo de delirios? Hasta te dejé sin novia. No creo que ese haya sido mi objetivo para esta nueva vida".

—Tal vez moriste odiándome y…

“No lo creo, estoy segura de que no te odiaba”

—¡Dani!—insiste— ayer dijiste que necesitabas mi ayuda ¿Recuerdas para qué?

“No lo recuerdo, te dije que todo es tan confuso, puedo verme en el espejo y todo eso, me veo normal, no como nos pintan en las películas y... ¿Sabes? Quiero ver a mis padres y no sé cómo regresar, no sé como diablos llegué hasta España”.

—Quizás la promesa que nos hicimos hace dieciséis años, te trajo aquí.

“Si no me buscaste ¿Por qué te buscaría ahora?”

—No lo sé. Quizás porque sabes que Amber no me ama y estaba a punto de cometer un gran error al casarme con ella.

Daniela se carcajea.

“Tú tampoco la amas y no hace falta que te lo diga, eso se nota. ¿Quieres un consejo? Ya no la busques, con el correr de los días te darás cuenta de quien es en realidad”.

—¿Qué es lo que sabes de ella?

“Nada en especial”

—¿Cómo supiste que vi un espanto en su rostro, lo causaste?

“No tengo poderes mágicos y tampoco creo poder hacerlo, pero también lo vi, por eso lo dije”

—Mañana iremos a ver a alguien que dice poder ayudarnos, no estoy seguro de que funcione, pero no perderemos nada con visitarlo.

“Juro que no quería poner de cabeza tu vida”

—Pero ya estás aquí, así que si vas a quedarte, pondremos ciertas reglas. Para iniciar una convivencia armoniosa.

“Me gusta escuchar eso. Más bien, diría que estoy emocionada por esta proposición”

—Regla número uno y la más importante. Está prohibido aparecer en el baño o espiarme mientras tomo una ducha.

“¿Pero por qué si estás bien buenas?”

—¡Dani!

“Está bien. ¿Algo más?”

—Regla número dos, no quiero que me hables por la espalda y menos si estás invisible.

“Entendido capital ¿algo más?”

—Regla tres, si estarás aquí, no quiero que desaparezcas y vuelvas aparecer, eso me pone los pelos de punta.

“Todo anotado” se ríe apuntándose la cabeza “Pero olvidas que soy un fantasma inquieto y pervertido y no tengo por qué obedecer las reglas, menos si puedo disfrutar de tu perfecto cuerpo desnudo bajo el chorro de agua”

—¿Qué?

Daniela se carcajea y desaparece.

—¡Dani! Eso no hace, ya tenemos reglas. —le grita a la nada.

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