– ¿Qué carajos haces aquí? ¿Cómo sabes de esta casa? –me acerqué en dos pasos fuertes y decididos a Ryan.
– Cálmate, Elena, por favor –estiro sus palmas al frente en señal de rendición.– Contéstame, imbécil –me lanzó una mirada de advertencia a mi lenguaje.– Contéstame – dije tratando de respirar para calmarme.– Conozco muchas cosas de ti porque te he investigado, lo hice para saber quién eras antes de hacerte la propuesta.– ¿Qué más sabes sobre mí?– Lo sé todo, Elena –salió lentamente del coche.– ¿Quién demonios eres para hacer esto?– Es mi trabajo, pero toda esa información está a salvo conmigo –Ahora me tocaba mirar hacia arriba para hablarle, era un hombre alto.– No te creo – crucé mis brazos y me planté firme frente a él.Dio un largo suspiro.– Elena… – dio un paso lento para acercarse.– Hemos tenido dos placenteros momentos, si quisiera arruinarte de alguna manera, ya lo hubiese hechoObra con copyright © prohibida la distribución por fuera de esta plataforma.