Capítulo 2

Sus padres organizaron una celebración a todo lo grande, no exactamente tan deslumbrante como la que Nicolás tenía planeada. Pero para el viernes la prensa, sus amigos, socios y algunos amigos de la familia, estuvieron presentes en el salón principal de la mansión. Por supuesto que el abuelo se encerró en su burbuja de desprecio e indiferencia toda la noche y no perdió la oportunidad de repetirle a quien tratase de sobresaltar las virtudes de Thiago, que él era solo un don nadie, un recogido, un extraño, un error que nunca debió llegar a sus vidas.

—No cree que es demasiado cruel con ese muchacho. —le recuerda Camilo, su abogado.

—Lo odio, porque sin ser un Mulder se destaca más que el inútil de mi único nieto. ¿Cómo es posible? —responde Eugenio sin poner atención a lo que dijese su amigo.

—Quizás intenta acercarse a usted de la manera correcta.

—Haga lo que haga, jamás lo reconoceré como mi nieto.

—Creo que esa actitud, solo lo llevan a parecerse a su padre, señor — pone el dedo en la herida.

—¡No me recuerdes a ese hombre! Él jamás llegó a donde estoy en estos momentos. Esta empresa es la mejor gracias a mí.

—Me refiero a su orgullo, señor. Ambos sabemos el potencial que tiene Thiago sea o no un Mulder. ¿Ha considerado que sea su nieto bastardo? —sugiere mientras bebe un trago de su copa.

— ¡Que locuras dices Camilo, Geraldine no podía tener hijos!

— ¿Y Alejandro?

— ¿Estás oyendo lo que dices? ¡Cómo te atreves! Alejandro jamás haría algo así. Nunca se lo perdonaría, desde que quiso andar en amoríos con aquella bailarina de cabaret se lo deje bien claro ¡Lo desheredaría de inmediato!

—No está de más hacer una prueba de ADN.

—Eso sería como aceptar que Alejandro fue infiel.

—Pero no hay que cegarse solo por los celos, desde hace algunos años he notado ciertos rasgos entre los muchachos y….

—¡Basta! Te prohíbo que vuelvas a hablar del tema. —se marcha muy enfadado.

Camilo ve alejarse a su viejo amigo Eugenio y aunque diga lo que diga, nadie le quita de la cabeza que Thiago era hijo de Alejandro y aunque se opusiera a su investigación, él, como abogado de la familia tenía todo el derecho de hacerlo. Aunque más por justicia y lealtad a la amistad con Eugenio Mulder.

Por otro lado, Nicolás disfruta ser el centro de atención una vez más. Tiene todo para ser el rey; el carisma, la belleza, el estilo, la gracia y el talento para rodearse de influenciar. Todos por supuesto, por dinero y media hora de fama. Aunque o que más disfruta es hacer sentir mal a su hermano.

—No está nada mal la fiesta. Pero supongo que está muy a tu estilo, ya sabes; modesta, silenciosa, con perfil bajo y elegante, sin mucho brillo, pero con lo suficiente para decir que es la celebración de un Mulder. Y eso gracias a las decoraciones de prueba de mi fiesta, esto seguro que mi celebración volverá hacer un éxito. ¿Sabes? Lo que me gusta de tu fiesta, es que hay muchas chicas lindas de donde escoger —Expresa con una enorme sonrisa el pequeño Mulder.

—No deberías decir eso cuando tienes novia. —dice Thiago ignorando el resto de sus palabras.

—Eso lo dices porque no tienes a una novia como Elena, ¡es tan desesperante!

—Quizá porque te comportas como un egocéntrico niño rico.

—Tal vez sea porque lo soy. —sonríe—¡eh! No tengo la culpa de ser tan guapo y millonario.

—Pero si, de ser tan estúpido y mimado. Aprende a valorar a las personas que te aman.

—Eso lo dices porque eres la oveja negra de la familia. Me refiero a esta familia, no a la que te abandonó en la puerta de nuestra casa.

Thiago respira profundo y vuelve a tomar un trago de su vaso. No quiere explotar en frente de los muchos invitados.

—Será mejor que me retire o terminaré matándote. —gruñe mirándolo fijamente.

—Pero es tu fiesta hermanito. ¡Disfrútala! Es tu momento de brillar. Seré yo el que me retire a descarnar, las reuniones aburridas me dan sueño.

Se retira, con su típico chiflido desesperante, Thiago termina de tomar su trago y está por retirarse de la fiesta cuando ve a su madre acercarse. Tiene que reprimir su rabia por unos segundos.

— ¿Cómo te sientes hijo?

—Incómodo, no es nada fácil estar en donde no perteneces.

—No digas eso. ¡Mira a tu alrededor!, los aquí presentes te quieren, aprecian tu trabajo, te has ganado cada halago a pulso.

—Al igual que cada bofetada con guante blanco de parte de todos. Sigo siendo un don nadie con apellido reconocido.

—No te menosprecies, querido. Cuando regresemos de París todo será diferente.

Los ojos de su madre tenían algo que lo llenaba de tristeza y no le gustaba. Algo que le decía que no era del toda sincera en sus palabras, se podía notar la decepción en su mirada.

—Cuando regresen todo seguirá exactamente igual. — Respira hondo —Me iré al club un rato, mañana no tengo que ir a la oficina.

— ¡Hijo! —Quiso detenerlo, pero no pudo hacerlo.

Thiago abandona la fiesta sin ser notado, después de que se percaten de su ausencia, lo más seguro es que la prensa se retirará de inmediato y así uno a uno el salón elegante los Mulder quedará vacío.

Luego de subir a su auto, se dirige al club “Destino” donde sus socios secretos lo esperan para celebrar su día. Sin embargo, el motivo principal es tomar medidas, pues sus negocios ilegales peligran y las soluciones extremas ahora eran la alternativa más eficaz. Pero, ¿Thiago estaba dispuesto a tomar ese riesgo sin remordimiento alguno? A pesar de que es lo que intenta mostrar, nunca ha sido un corazón de piedra y la presión que ejercen sus socios está a punto de descubrirlo.

— ¿Qué te sucede idiota, ahora te tiembla la mano? —Pregunta Justino, uno de los socios.

Thiago lo mira unos segundos con los ojos temblando.

—Parece que te estás meando de miedo, muchacho. —Dice Palomino. —¿acaso siempre nos han engañado con esa manera ruda de ser?

—Una cosa es lo que hacemos bajo la mesa y otra muy distinta es jalar del gatillo para matar a mis padres. —Expresa Thiago.

—No tendrás que ver correr la sangre si tanto te asusta. Solo ponerle fin a la persecución innecesaria. Todo seguirá igual, solo que sin las piedras del camino. Recuerda que cuando entraste dijiste que harías lo que fuese necesario para mantener esta sociedad a salvo. Además, piensa en lo afortunado que serás cuando se lea el testamento de la familia. —Dice Palomino.

—No soy un Mulder, el viejo jamás me dejará nada. —Le aclara Thiago.

— ¿Y tus padres? —Insiste Justino. —Son muy amorosos con un don nadie. Seguro ellos te dejarán una buena tajada. —Termina riéndose.

—¡Ya basta! —Grita Thiago —Podemos dejar de hablar de estos temas por hoy, es mi cumpleaños y solo quiero divertirme.

Pide una ronda más de tragos y las risas de los demás acompañantes no cesa por un rato, siguen bebiendo por unas horas hasta que Thiago divisa a una pequeña diosa recorriendo el lugar con sus encantadores ojos.

—Si me disculpan señores —se pone de pie — iré a terminar la celebración en otro lado.

La vista de los socios, se dirigen a la hermosa chica vestida de rojo que sonreía a unos metros.

—¡Oh! Después de todo es tu día ¡Diviértete! —Festeja palomino.

Todos en la mesa sonrieron, quizás porque saben a dónde iba a continuar esa celebración o quizás porque saben quién era esa hermosa mujer. Sin decir más, Thiago va al encuentro de la única chica capaz de descontrolar sus latidos cardiacos. Se acerca despacio por su espalda susurrándole al oído “Estás buscando a alguien en especial, pequeña gatita”

Ella sonríe al reconocer su voz mientras siente sus manos deslizarse por su cintura. Sin duda lo mejor era sentir el calor de su cuerpo. Se gira sin dejar de sonreír y deslizando sus brazos sobre el cuello de su alto romeo acerca sus labios para besarlo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo