8

—¿Te gusta?— la voz de Nikolai suena en mi oído y eriza la piel de mi nuca. Lo tengo a mi lado viendo conmigo el avión.

—Es bastante lindo ¿Es tuyo?

—Así es, ya tengo un par de años con el— camina hasta ponerse frente a mí, me ve de arriba abajo y sonríe de lado, su mirada es tierna y me hace sonrojar —creí que no vendrías.

—Bueno, pues aquí estoy.

—Lo veo. En verdad estás hermosa— acomoda un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me quedo paralizada.

—¿Van a venir o qué?— escucho que grita Óscar, tanto él como Cat están subiendo al avión y ríen al vernos.

Nikolai me ofrece su brazo y empezamos a caminar hacia el jet, con forme subo los escalones empiezo a sentirme ansiosa, como si fuera mi última oportunidad para salir corriendo, bajar las pocas escaleras y llamar a Kurt para que me lleve a casa, pero mis pies no funcionan, simplemente sigo subiendo hasta que entro al interior del avión, el lujo y la ostentosidad gritan en cada rincón del lugar, veo a Cat sentada junto a Óscar, se acurruca en su hombro y él besa su frente con cariño; sigo sin poder creer que su amor sea comprado. Avanzo un poco más y me siento en uno de los asientos grandes, me acomodo en el que está pegado a la ventana y casi de inmediato Nikolai se sienta a mi lado, lo veo y simplemente me quedo fascinada por su belleza, en verdad es un hombre atractivo, me es imposible negarlo, además despide varonilidad por cada poro. Pone su mano sobre la mía y entre laza sus dedos con los míos, siento su calor y me es reconfortante, es agradable sentirlo.

—Prometo que no te arrepentirás— su voz grave y a la vez suave resuena en mi oído.

—Aun no acepto.

—Lo sé, pero este fin de semana sé que te enamorarás de mí— sonríe de oreja a oreja cantando su victoria desde antes que empiece el juego.

—Jajajaja eres muy soberbio.

—Jajajaja no soy soberbio, pero obtengo siempre lo que quiero y te quiero a ti.

—Que me tengas no significa que me enamoré de ti, tú lo dijiste, es meramente trabajo.

—Pues entonces amarás tu trabajo.

Me limito a sonreírle y desvío mi mirada de él en cuanto el avión empieza a moverse, veo por la ventana como avanzamos, la azafata nos pide que nos pongamos el cinturón y noto como sonríe pícaramente tanto a Nikolai como a Óscar, no puedo evitar sentir una punzada de celos lo cual no tiene lógica por qué no hay nada entre Nikolai y yo y creo que aunque acepte el trabajo no es que lo vaya a haber.

El viaje es tranquilo, hablamos Nikolai y yo sobre mí principalmente, cuando trataba de indagar sobre él simplemente decidía no contestar, es un hombre muy cerrado cuando se trata de hablar de su pasado. De vez en vez veo a Cat y Óscar, ellos parecen ser la pareja perfecta, él se ve protector y ella lo ve con adoración, ¿De qué dependerá que ellos escojan a sus acompañantes? ¿La edad? Cuando Cat envejezca ¿Óscar buscará a otra? Un sinfín de preguntas se vienen a mi mente, pero la descarga de estrés y el arrullo del vuelo me hacen caer dormida en mi asiento.

Cuando abro los ojos noto que estoy apoyada sobre el pecho de Nikolai, él me abraza con delicadeza, me envuelve y me mantiene lo más cómoda posible; por un momento dudo en si será buena idea alejarme o volver a dormir, decido por lo segundo, creo que será más fácil que el viaje termine en silencio. Cierro los ojos y vuelvo a conciliar el sueño mientras inhalo su aroma, su loción me encanta, tiene un aroma fresco, dulce, pero no empalagoso. Al poco tiempo un par de dedos acarician mi rostro mientras que Nikolai pronuncia mi nombre suavemente en mi oído. Abro los ojos y él sonríe sin dejar de verme con ternura.

—Llegamos— me despego de su pecho y doy un vistazo por la venta. Todo está oscuro solo las luces de las lámparas y la pista de aterrizaje iluminan el lugar.

Bajamos tomados de la mano y frente al avión nos espera un auto negro bastante bonito, Óscar y Cat ocupan los asientos delanteros mientras que Nikolai y yo los traseros; me mantengo asomada por la ventana viendo con incredulidad todo a nuestro alrededor, la ciudad da un espectáculo sorprendente de luces. Cuando volteo hacia Nikolai noto que está absorto en su celular, mandando mensajes y haciendo llamadas, parece que desde que aterrizamos ha tenido trabajo.

Llegamos a un hotel muy lujoso, cinco estrellas, me quedo sorprendida por ver la clase de gente que camina por los espacios, se saben adinerados y parece no importarles demostrarlo. Óscar se acerca a la recepción con Cat de su brazo y me quedo absorta viéndolos.

—Es uno de los mejores hoteles del lugar, aquí se llevará a cabo una reunión importante entre socios— dice Nikolai sin despegar sus ojos del teléfono.

—Vaya, no me imagino el dinero que costó tal reunión.

—Jajaja demasiado, pero lo vale, el servicio es excelente y la comida una delicia. Mañana temprano desayunaremos y en la noche será la cena, baile, comida y mucha gente importante, el domingo en la mañana saldremos de regreso en el avión para que en la noche ya estés en casa.

—Aquí está tu llave, los botones ya llevaron la maleta a su habitación— Llega Óscar y le da una tarjeta a Nikolai. Por un momento creí que tal vez tendría una habitación para mí o quizá una que compartir con Cat, pero es obvio que ella dormirá con Óscar.

Veo a mi amiga sonreír de oreja a oreja en cuanto Óscar le susurra algo al oído y ambos caminan hacia el elevador. Nikolai posa su mano con delicadeza en mi cintura y seguimos a la pareja. Saliendo del elevador tomamos caminos diferentes, Cat me dedica un último guiño antes de perderse detrás de la puerta de su habitación. Con forme Nikolai y yo avanzamos a la nuestra de nuevo los nervios me traicionan, veo a Nikolai y me lo imagino desnudo y siento que mis mejillas se sonrojan, ¿Si quiere que tengamos sexo? ¿Lo permitiré? Nunca lo he hecho, sé que la mayoría de las mujeres a mi edad ya lo hicieron por lo menos una vez y no es que yo no quiera o que busque llegar virgen al matrimonio, pero jamás conocí a un hombre digno de tal situación, preferí seguir buscando a mi príncipe azul, no creí que fuera a ser un hombre más grande que yo y que me pagaría por ser su compañera.

Entramos a la habitación y veo lo grande que es, tiene una sala y un televisor, unos ventanales enormes con cortinas de terciopelo y unas puertas dobles que separan el espacio de una segunda habitación donde está la cama y un guardarropa; la cama es enorme y un tocador bastante elegante reposa frente a ella, me quedo maravillada por los detalles de las paredes y los muebles, Nikolai enciende la televisión y busca el noticiero, lo ve con atención y por un momento me siento ignorada.

—Si te sientes cansada puedes ir a dormir, descuida no pienso compartir la cama contigo, me quedaré en la sala haciendo unas cosas, tu descansa cómoda y con confianza— me sonríe al mismo tiempo que saca de una de las maletas una computadora y la pone en la mesa de café entre los sillones.

—Bien… gracias— ¿Por qué le agradezco? Simplemente no sé cómo comportarme con él. —Buenas noches— me sonríe de lado y pone su mano en mi mejilla, acaricia mi piel con suavidad.

—Buenas noches Samantha— se inclina y de nuevo me quedo paralizada. Deposita un beso en mi mejilla, sobre la comisura de mis labios y mi corazón se acelera como un loco. Vuelvo a sonreírle de forma nerviosa y camino hacia la cama mientras él pone su atención en la computadora que sacó.

Cierro las puertas detrás de mí y me quedo quieta, pensando en lo que está pasando. Camino hacia la maleta y veo vestidos y ropa, busco entre todo una pijama o algo con lo que pueda dormir, si no tendré que solo usar mi ropa interior. De repente saco un baby doll de encaje color uva con una nota pegada con una aguja: “después me lo agradeces”. Claramente lo puso ahí Cat, me siento horrorizada, pero ya que dormiré sola decido ponérmelo, además, tengo curiosidad por saber que se siente usar algo así.

Me veo ante el espejo y admito que me siento sexy y provocativa, lo cual no es algo común en mí, por lo general no soy una mujer que le guste llamar la atención como Cat, mientras yo veo a mi amiga como todo un pavorreal, con hermosos colores llama la atención de los hombres, yo soy una simple gallina, picoteando el piso y siguiendo con su vida lo mejor que puede. Me meto en la cama resignada y me dispongo a dormir, pero no puedo, doy vuelta tras vuelta y no concilio el sueño, si mi madre me viera diría que es la conciencia que me pesa tanto que no me deja dormir. Vuelvo a salir de la cama y me asomo por las puertas dobles buscando con la mirada a Nikolai, está caminando de un lado a otro con papeles y el teléfono en su oído, se ha quitado el saco y la corbata, tiene la camisa remangada y noto que uno de sus brazos está tatuado a partir de la muñeca. De repente se deja caer en el sillón dándome la espalda, parece cansado, deja su celular en la mesita de enfrente junto con los papeles y se empieza a masajear sus ojos, se ve vulnerablemente sexy.

—Creí que ya te habrías dormido— dice con voz apesadumbrada y pego un brinco al sentirme descubierta. Decido salir de mi escondite y hacerle frente.

—No pude dormir.

—¿Hice mucho ruido? Lo siento— se levanta del sillón mientras rebaso las puertas algo apenada.

—No, simplemente no estoy acostumbrada a dormir en otra cama que no sea la mía, lo siento, ideas mías supongo— una sonrisa se dibuja en su rostro cuando sus ojos me recorren por completo, recuerdo como estoy vestida y me siento desnuda ante él, mi rostro se siente caliente y me cubro de manera inconsciente con las manos.

—Jajajajajajajaja supongo que es un regalo de Cat— me dice al mismo tiempo que toma su saco y camina hacia mí, lo pone en mis hombros.

—Si, eso creo, lo dejó en mi maleta— camino hacia el sillón y me siento en el otro extremo mientras él recoge sus papeles de la mesa y los apila. —¿Mucho trabajo?

—Algo… algo— una vez que pone todo en su lugar voltea hacia mí —¿Te volvió a molestar ese maestro?— recuerdo ese desagradable momento en la biblioteca con Ildefonso y un escalofrío recorre mi piel.

—No, ya no— suspiro con pesadez y recuerdo de nuevo mi tragedia escolar —ese maldito— cierro los puños y me cruzo de brazos. —No puedo creer aún que por su culpa mi vida se esté yendo a la m****a, lo tenía todo, la fe de mis padres, una carrera prometedora, una beca con la cuál solventar mi vida y lo perderé.

—Creo que haces una tormenta en un vaso de agua.

—Gracias— mi comentario lo hace voltear con sorpresa esperando una explicación. —No sé qué hubiera pasado si no hubieras llegado a la biblioteca ese día. No creo haber permitido que llegara más lejos, pero me hubiera costado, en verdad estaba paralizada.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo