Eón bajo la lluvia
Eón bajo la lluvia
Por: Oyuki Jimenez
Una coincidencia fatal

Son cerca de las 6 de la tarde y empieza a oscurecer, estoy muerta de hambre, y en el taller aun queda una montaña de trabajo, mi padre esta ahora soldando una mano mecánica y Reznor no vino a trabajar hoy.  Finalmente me rindo con un suspiro y decido ir a comprar comida.

  • Papá, ¿Quieres algo de comer?

Mi papa esta tan ocupado que apenas asiente ligeramente, no quiero interrumpir lo que hace. Hoy fue un buen día y decido podamos darnos un pequeño lujo. A unos 10 minutos de aquí venden la comida china mas deliciosa en todo Eón, bueno eso creo yo, a penas y he visitado algunos lugares cerca de donde vivimos. En lado norte de la ciudad hay un pequeño barrio de clase media, es un lugar bullicioso lleno de comercios en todas las calles, la gente del centro de la ciudad viene aquí a buscar servicios: reparar sus computadoras, adquirir droids de limpieza, reparar sus droids sirvientes, etc.; aquí es donde vivo yo, en el distrito comercial de Eón.

Ya es algo tarde y estoy cansada por lo que decido usar la moto de papá, la usa regularmente para recoger droids por lo que tiene un compartimiento al lado; es uno de esos viejos vehículos de combustión interna de los que ya nadie usa y que probablemente seria bien recibida en un museo, la rescatamos de un basurero, aunque no pudimos conseguir el combustible que usaba así que mi padre la modifico para que funcionara con una mezcla que el fabrica en su laboratorio. 

Cuando llego al restaurante “La gran Muralla” veo una enorme fila, había olvidado que los sábados siempre está lleno este lugar, pero ya he llegado hasta aquí así que seria una perdida de tiempo regresar; además el aroma dulzón de especias y jengibre me llama, y mi estomago ruge en respuesta.

- ¡Evie! – escucho que alguien me llama y al volver la mirada, Reznor me mira desde en medio de la fila, yo se que esta mal colarse; pero simplemente me acerco a el y finjo que venimos juntos.

- ¿Qué haces aquí Reznor?

- bueno, no pude resistirme a venir por unos dumplings, y algo de arroz.

- ¿quieres venir a comer al taller con mi papá y conmigo?

- suena como a ir a comer a tu trabajo en tu día libre- se ríe

- uhm... es cierto, pero te ofrezco pagar la cuenta ¿Qué dices?

- digo que es un gran plan, aunque vengo en mi deslizador, será mejor si te alcanzo, o mejor dicho si tu y tu tortuga-dice señalando mi moto- me alcanzan a mí.

En respuesta le enseño la lengua porque se que lleva la razón, no es que mi moto sea especialmente lenta; pero si se que no me gusta conducir muy rápido.

Después de casi 20 minutos de espera finalmente estamos frente a la fila, hago mi pedido y pago la cuenta, Reznor lleva los paquetes, pero me doy cuenta que he olvidado en el mostrador los palillos y el té de jazmín

  • Adelántate- le digo a Reznor- te veo en el taller y mas te vale que no empiecen sin mi
  • No te prometo nada, muero de hambre y compraste pollo agridulce, ¡es inhumano pedirme que espere tanto! – hace una mueca de fingido drama y acto seguido lo empujo y le digo:
  • Si empiezas sin mí no beberás té, ¿oíste?

Cuando entro por la puerta un tipo choca contra mí, lleva una gabardina color beige que luce cara, una gorra azul y lentes de sol. ¿Quién carajo lleva lentes de sol en plena noche?, de verdad que hay personas raras en esta ciudad; me volteo esperando una disculpa; pero el tipo se ha ido, en el suelo hay una especie de reloj, aunque no se ven manecillas ni números, supongo que se le ha caído al sujeto en cuestión, así que cojo el reloj, tomo mis paquetes del mostrador y me dispongo a seguirlo.

Una vez afuera lo veo en la esquina mas alejada de la cuadra; casi ruego que no se caiga el té mientras lo arrojo al compartimiento de la moto y corro en dirección a donde esta él; cuando doy vuelta en la esquina veo que esta subiendo a un auto deslizador azul rey, probablemente este hombre sea alguien muy importante, con ese auto debería enviar a sus empleados a comprar rollos primavera, a menos que haya robado el auto. Estoy a punto de gritarle cuando veo que lo rodean cuatro hombres y empiezan a quitarle todo lo que lleva encima, la cartera, la llave del deslizador y finalmente le dan una descarga a la altura del pecho, dejándolo inconsciente y tirado mientras huyen de la escena.

-¡joder! – maldigo por lo bajo, me acerco para ver que tan mal esta, pero esta inconsciente, toco su pecho y veo una quemada que se extiende hasta el cuello, y su pulso es muy bajo; no hay hospitales cerca, y ni siquiera me alcanza para pagar uno. Hay otra opción; pero mi padre va a matarme por meterme en problemas.

Corro en dirección opuesta a donde esta el cuerpo y subo a mi moto, me acerco a donde esta el chico tirado y lo subo con mucho esfuerzo al compartimiento de carga de mi vehículo y manejo lo mas rápido que he manejado en mi vida. Llego corriendo y llamo a mi papa a gritos, Reznor y mi padre salen preocupados y miran el cuerpo desmadejado que descansa en el compartimiento

  • No hay tiempo para preguntas, ayúdalo papá, lo asaltaron
  • Evie, sabes que esto no es un hospital
  • ¡Papa no lo conozco, no puedo llevarlo a un hospital, me van a culpar!
  • Debiste dejarlo donde lo encontraste- dice mi padre con los ojos llenos de preocupación
  • ¿Vas a ayudarme o vamos a discutir aquí hasta que se muera? - y noto las lágrimas en mis ojos.

Mi padre entiende entonces lo grave de la situación, con ayuda de Reznor lo llevan dentro y empieza a retirarle la camisa, está prácticamente deshecha desde el pecho hasta el cuello y al retirarla se ven las marcas de quemaduras

  • ¿Qué le paso? - pregunta mi papa mientras empieza a retirar la ropa rota con mucho cuidad para no lastimar la carne quemada
  • Lo asaltaron y electrocutaron, supongo que querían deshacerse de la evidencia
  • Su corazón no va a resistir mucho más tiempo; la única opción es tan arriesgada como dejarlo sin atención hasta que sepamos quien es
  • ¿Vas a ponerle el corazón mecánico?

Tener un corazón mecánico no es muy común hoy día, mi padre tiene algunas piezas de recambio que usaba para atender a quienes se han lesionado a tal grado que no se pueden recuperar; sin embargo, se considera inhumano y muchos prefieren la muerte, además, el corazón es una pieza tan delicada que la única vez que lo intento la persona no resistió y murió. El mismo recuerdo pasa por la mente de mi papá, y veo el sudor en su frente. Mi hermano también se había lesionado en un accidente, y murió en manos de mi padre mientras intentaba salvarlo, habían pasado ya 5 años y desde ese momento dejo de atender a personas que necesitaban ayuda medica argumentando que solo atendería a droids y que las personas debían ir a los hospitales.

Veo la duda cruzar por sus ojos y finalmente decide que puede ayudar. Aunque antes me dice:

  • Te hago responsable por cualquier cosa que pueda pasar
  • Te ayudaré- le digo mientras tomo el ultimo corazón que nos queda, leo la etiqueta del fabricante: Sanders

 limpio todo tan rápido como se puede y me ato el cabello en una coleta, lavo minuciosamente mis manos y retiro la bolsa del empaque, mi padre ya ha empezado a cortar carne y hueso para salvar al herido; Reznor a su lado sostiene los utensilios para cortar que ha sacado del botiquín de mi padre, y limpia el sudor de su frente, luego me mira y pone los ojos en blanco, yo se lo que quiere decirme: “tenias que meterte en problemas”, eso es lo que silenciosamente dice su mirada.

Empiezo a retirar con mucho cuidado los seguros del aparato, es muy tedioso, pero debe ponerse en función justo antes de implantarlo, con las manos temblorosas empiezo a activar el mecanismo y mi padre estira la mano para recibirlo. Le tiendo un corazón de tejido semisintético con sistema de monitoreo, el color azul delata lo artificial que es; aunque en apariencia es como un corazón humano normal; salvo por las baterías que he insertado y los cables que conectan los pequeños motores que harán funcionar las bombas. Mientras mi padre termina su labor veo al hombre tendido en nuestro mal improvisado quirófano: su piel es clara, casi translucida, seguro necesitara una transfusión y solo hay dos personas que pueden donar sangre en esta habitación. Casi como si me leyera el pensamiento mi padre me tiende una bolsa, jeringuillas y guantes.

  • Tu responsabilidad- dice, recordándome que yo lo traje.

Me acomodo en el sofá y con ayuda de mi amigo me dispongo a donarle un poco de mi sangre. Finalmente, después de unas horas mi padre termina de operarlo; el corazón que saca de su pecho esta tan quemado que ni siquiera se como lo mantuvo vivo por las ultimas 4horas, todos estamos agotados y la comida que descansa en la mesa se burla de nosotros por no haberla probado siquiera.

Nos acomodamos en los sofás y caemos rendidos, parece que el misterioso hombre en la “mesa de operaciones” seguirá inconsciente un rato. Sin mas que hacer caliento la comida y la devoramos sin conversar, cada uno sumido en sus propios pensamientos. En algún momento Reznor y papa se quedan dormidos. Supongo que me toca la primera guardia.

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