Acompañame a no morir

Manchester, Inglaterra 2020

Primavera

Richard cubrió su rostro con sus manos, los primeros rayos del sol entraron sin su permiso a su ventana despertandolo al instante, se enderezó en la cama y restregó sus ojos para despabilarse y asi quitarse el sueño que aún permanecia en su cuerpo, buscó su teléfono para ver la hora, cuando vio que una de sus margaritas estaba perdiendo sus primeros pétalos, abrió los ojos con rapidez y tomó los pétalos que se estaba cayendo y abrió la ventana. Un aire fresco estremeció todo su cuerpo mientras observaba con tristeza cómo los petalos se marchaban con el viento, en eso escuchó una risa en su mente. Richard divago en su memoria sintiendo un dolor en su corazón.

— ¿Porqué te gustan tanto las margaritas?. — Preguntó Richard una mañana mientras miraba afanada a Natalia quién regaba las flores con mucho amor. — Hay flores más hermosas, las margaritas son tan simples.

Richard observó las delicadas facciones de Natalia mientras esperaba su respuesta.

— Cuando tenia diez años mi mamá murió de un infarto. — Respondió con tranquilidad. — Mi papá en aquel entonces antes que falleciera mi mamá, trabajaba en una floristería y todas los días le llevaba Camelias a mi mamá, que según mi papá significaba en el lenguaje de las flores: " Te amaré por siempre", mientras que el siempre se representaba como una Dalia que significa: " Gracias por estar siempre a mi lado", y a mí unas margaritas que significaba la inocencia y la pureza. — Sonrió al ver las flores que tenia de frente, Richard la observó y luego vio la tristeza en sus ojos. — Cuando mamá murió, mi papá quedo muy devastado, asi que la habitación donde ellos descansaron durante veinte años los lleno de puras Dalia, Camelia y margaritas, para que mi mamá nos llevará siempre hasta a la eternidad. — Limpió sus lágrimas y sonrió. — Por eso, cuando me vaya quiero morir rodeada de flores, no es necesario que llenes la habitación de margaritas, pero quiero aunque sea ver una mientras me voy de tu lado.

Richard caminó hacia donde ella estaba y buscó su mano mientras la besaba con cariño, y intentaba lo posible por no llorar.

— ¡Esta bien!. — Sonrió enternecido. — Cuando te vayas de mi lado, pondré margaritas y tulipanes que en el lenguaje de las flores significa: "Amor eterno". — Richard suspiró mientras la abrazaba con fuerza. — Porqué si te vas, quiero que me lleves contigo aunque sea en espíritu, porque nunca amaré a alguien como te he amado a ti.

Richard escuchó los sollozos de Natalia y escuchó un: "Asi será cariño".

(.......)

Tres años después

Observó con aburrimiento a las personas que estaban en la mesa, por una extraña razón Richard se sentía ansioso y no sabia el porque, a cada momento observaba su teléfono como si estuviera esperando una llamada de alguien pero lo más divertido es que no sabia de quién. Sintió la mano de su prometida en su hombro y se dio cuenta en la realidad que estaba viviendo, esbozó una sonrisa tranquila mientras intentaba comer lo que tenia en su plato. Su hermano mayor Andrew habló sobre sus planes de tener su primer hijo con su esposa, todos en la mesa celebraron la decisión del mayor de la familia y a pesar de que intentó sonreir para demostrar su alegría no estaba tan contento como esperaba.

— ¿Te sientes bien?. — Preguntó Amelia preocupada al ver la inquietud en su cuerpo. — No has probado ni un bocado de tu comida, y estas ansioso, ¿Te molesta algo?.

Escuchó una risa y Richard levantó la vista.

— Debe estar nervioso por la boda. — Respondió Roxane con una sonrisa. — Cálmate hermano tú boda, será maravillosa.

Richard quiso responder cuando escuchó su teléfono sonar se levantó de la mesa y vio que era Natalia, escuchó la voz apagada de la fémina alertando al doctor. Se levantó en dónde estaban todos estaban cenando y se despidió rápidamente, Amelia se levantó de la mesa con educación y lo tomó de la mano.

— ¿A donde rayos vas?. — Preguntó seria. — Estamos a la mitad de una cena, ya son casi las oche de la noche.

— Disculpame amor, pero una de mis pacientes no se siente bien y tengo que verla me preocupa su estado de salud.

— ¿Acaso no hay más doctores en el hospital?. — Sé cruzó de brazos molesta. — ¿Porqué te tiene que llamar a ti?.

Richard observó su reloj de mano y besó la mejilla de su prometida el tiempo era oro, y si jugaba a responderle todas las preguntas a su prometida no llegaria a tiempo, salió casi corriendo mientras escuchaba las palabras de su prometida quien estaba molesta pero las ignoró completamente, él le habia prometido Natalia que siempre estaria a su lado asi que cumpliría su palabra. Llegó a la casa de Natalia y vio que todas las luces estaban apagadas, tocó la puerta y luego el timbre pero nadie respondió, Richard puso la mano en el pomo de la puerta y vio que estaba sin seguro, gritó el nombre de Natalia pero solo el silencio fue su única respuesta, abrió todas las puertas de la casa, hasta que entró a la última habitación. Abrió la puerta y vio que una luz estaba encendida caminó con pasos suaves hasta que vio a Natalia en el suelo del baño, su cuerpo se movió por si solo y la ayudo a levantarse en eso vio el golpe en su rostro. Una ira poco conocida inundo el cuerpo del médico, jamás habia sentido rabia en su vida pero tenia unas ganas enormes de matar al cobarde de su marido.

— Ese maldito te hizo eso ¿Verdad? — Preguntó molesto. — Dime, ¿Dónde está ese maldito para matarlo?.

Natalia se estremeció y abrazó el cuerpo del doctor con brazos débiles, Richard la llevó hasta su cama y puso una mano en su frente. Estaba ardiendo en fiebre, quiso buscar uno de sus medicamentos pero una mano suave lo detuvo, Richard la observó tan débil y tan pequeña que sintió como su corazón se encongia, ¿Quién podia ser tan cobarde para golpear a un ángel?. Pensó con molestia en su mente. Natalia sollozó mientras apretaba con debilidad su brazo.

— ¡No me dejes sola!. — Lloró en la oscuridad de su habitación. — Si te vas tengo miedo de que la muerte me vea sola e indefensa y me llevé, quédate a mi lado.

Richard se quedó helado ante sus palabras mientras la abrazaba con fuerza, Natalia lloró entre sus brazos mientras se estremecía del dolor. ¿Cuánto tiempo llevaba con fiebre tendida en el frió suelo del baño?, ¿Cuántas veces vómito hasta quedar tan débil?. Eran tantas las preguntas que rondaba por la cabeza del médico pero ninguna tenian respuesta.  Richard escuchó la respiración suave de Natalia y la acostó en la cama. Salió de la habitación y buscó un pañuelo con agua para ponerlo en la frente, buscó la cocina cuando vio una foto de Natalia quien estaba abrazada de un hombre supuso que era su esposo. Richard quedó maravillado ante la belleza natural de Natalia, mostraba una gran sonrisa y se notaba lo feliz que era en aquel entonces, vio las facciones del hombre y la grabó en su mente, tomó la foto y rompió la parte donde salía el.

— Ella no merece estar con un maldito como tú. — Habló serio Richard mientras botaba la mitad de la foto en la basura, quiso sentirse culpable pero sintió alivio al hacerlo.

(........)

Roxane observó a su novio y vio la desesperación en sus ojos, intentó abrazarlo pero este la apartó inmediatamente.

— ¿A ti que demonios te pasa?. — Preguntó seria. — Tienes una cara como si hubieses matado a alguien, ¿Acaso has matado a tu esposa y quieres que entierre su cuerpo?. — Dijo lo último con burla.

— No estoy de broma Roxane. — Bramó molesto. — Hoy golpeé a Natalia y la dejé muy mal. — Roxane abrió los ojos sorprendida. — No era mi intención hacerle eso, pero ella descubrió nuestra relación y no sé como. — Edward pasó una mano por su cabeza con ansiedad. 

— No me digas que veniste asustado hasta mi apartamento para terminarme porque si es eso no te lo voy a permitir. — Habló con angustia. — ¡Tú no me puedes dejar!.

— Es bueno que por el momento nos dejemos de ver, me siento mal por lo que estoy haciendo, Natalia no merece que la haga sentir miserable, soy un cobarde.

Roxane tiró el jarrón que tenia a su lado al suelo de la rabia, Edward la observó y vio la molestia en sus ojos azules.

— No me puedes decir que sientes "Culpa". — Hizo comillas con las manos. — Cuando llevamos más de un año juntos, además no me puedes dejar porque estoy embarazada. — Roxane vio la sorpresa en los ojos de Edward sabia que el anhelaba un hijo con todo su ser. — Tengo un mes de embarazo, he aguantado todo esto por ti, porque te amo pero ahora seremos una familia.

— ¿Y que deseas que haga por ti amor?.

— Quiero que te separes de ella ahora mismo y me des el lugar que me merezco.

(......)

Natalia abrió los ojos poco a poco le dolía la cabeza y el paladar lo tenia amargo, se enderezó en la cama y vio como Richard entraba a su habitación, se sorprendió al verlo pero luego recordó que ella misma lo habia llamado. Sonrió con pereza y vio el plato de avena que le extendió el médico, Natalia arrugó la cara y escuchó la risa de Richard.

— ¡Oh vamos Natalia!, se mira fea la presentación pero el gusto de la avena lo compensa todo. — Bromeó al ver la cara de ella. — Además a como se que eres, de seguro no comiste nada, y también vomiste dos veces en la madrugada, es bueno que tengas algo en el estómago. — Richard le puso la cuchara en frente, y al ver que no la tomaba, tomó algo de la avena y hizo el sonido de un tren y vio la sonrisa de Natalia. — Tengo una paciente muy mimada, ni modo el tren de lujo Dixon entrará a tu boca. ¡Chu, Chu!.

Natalia se sonrojó al ver lo que estaba haciendo Richard, sabia que si no le hacia caso la molestaría hasta no más poder y extrañamente su estómago sentia hambre, abrió su boca y probó la avena de dudosa procedencia y sonrió al ver que era verdad. Sabia delicioso. Sabia que Richard tenia curiosidad acerca de lo que habia pasado con su esposo pero este no preguntó y ella lo agradeció en su interior. 

— ¿No te molesta si me quedo con tú bufanda?. — Preguntó Natalia después de su sexta cucharada, Richard intentó darle otro bocado pero Natalia negó, ya no podia con más. 

— ¡Claro que no!, ¿Pero porque quieres quedarte con ella?.

— Es que se que mi esposo no regresará sino hasta mañana, el cada vez que hace algo malo siempre huye, es algo muy típico en el, asi que si me siento sola abrazaré la bufanda asi me sentire acompañada por ti. — Sonrió con ternura.

Richard se quedo helado y la abrazó con suavidad, esas palabras tan tierna habia llenado su corazón, en eso se separó de su cuerpo, y vio sus labios algo en su cuerpo se movio por si solo y besó sus labios, se quedo por cinco segundos asi cuando se levantó rápido de la cama, observó el sonrojo en las mejillas de Natalia y se despidió de ella. Richard salió de la casa y tocó su pecho.

— ¿Que me esta pasando?. 

Natalia ordenó su cama pero no tenia la energía para hacer algo en la casa, guardó la avena cuándo vio que no estaba una de sus fotos en la pared de la sala, le pareció extraño pero no tenia cabeza para pensar en donde habia dejado la foto, abrió la basura y tiró algunas cosas cuando vio la mitad de la foto donde estaba su esposo, sintió una tristeza en su pecho,  cuando escuchó el timbre de su casa sonar pensó que quizás Richard habia olvidado algo, abrió la puerta y vio un par de ojos azules quien la miraron con despreció.

— ¿Qué haces en mi casa Roxane?. — Preguntó molesta.

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